Caperucita

Permiso

Maleny estuvo un poco distraída en la clase, de verdad había perdido su capa y aunque su madre podía hacerle otra, esa capa tenía un valor sentimental muy grande en su corazón, no sería la misma sin ella. Cuando terminaron las clases se despidió de Grace y acordaron que Maleny la llamaría para confirmar que se verían unos minutos antes de las 4 p.m. para obtener los mejores puestos para observar el partido, caminó a casa y se despojó de su ropa, se tiró un rato en su cama y se quedó dormida, el timbre de celular a lo lejos la despertó, era Grace, llevaba rato llamándola  

—Hola—atendió el teléfono Male

—Hola, ¿estabas dormida? —cuestionó Grace del otro lado—. Quedaste de confirmarme ja, ja

—Ay, sí, es cierto, no me di cuenta, perdón

—¿Llamaste a la señora Tatiana?

—Aún no, no sé cómo me quedé dormida

—Menos mal te llamé, aún hay tiempo, entonces ¿La llamaras?

—Sí, voy a llamarla y ya te regreso la llamada

—Está bien, me avisas, deja de ser tan dormilona ja, ja

—Ja, ja, sí, ya te llamo—respondió Maleny para colgar riéndose.

Inmediatamente llamó a su madre—¿Mamá?

—Hola, hija ¿necesitas algo? — respondió Tatiana desde el otro lado—. ¿Está todo bien? ¿Cómo estás?

—Sí, mamá, todo bien

—¿Cómo te fue en la escuela?

—Bien, mami y a ti ¿Cómo te está yendo en el trabajo?

—Hasta, ahora bien, un poco ocupada, pero bien ¿Pasó algo? —cuestionó su madre un poco dudosa 

—Mamá, hoy habrá un partido de futbol en la escuela y Grace me invitó, van a ser las pruebas y todo ese rollo, será a las 4, llegaré temprano a casa ¿puedo ir?

—Está bien, pero cuídate mucho, no te desvíes del camino.

—Gracias mamá, nos vemos mas tarde