Caperucita

La bolsa

Maleny se dejó llevar por el frenesí de emociones que descubría con cada  roce de labios entre ella y Ethan, estaba perdiendo la cordura, sentía que su cuerpo se adormecía y no la dejaba reaccionar más que en respuesta a sus labios, su corazón parecía que iba a explotar ante el momento, ahora sus mejillas ardían con cada segundo que pasaba, sin embargo, no se permitía abrir sus ojos por temor a que todo fuera una broma, las palabras de Ethan se colaban lentamente entre sus cuerpo, llenándola de escalofríos, después de unos minutos se permitieron respirar, Ethan tomó su rostro entre sus manos y posó su frente sobre la suya, estaba agitado, se quedaron en silencio por un rato, ella aun permanecía con sus ojos cerrados, él la miró con fascinación, queriendo detener el tiempo en ese preciso momento , no entendía como esa pequeña, que parecía que iba para una fiesta de Halloween con esa capa lo tuviera así, a su merced, no podía permitírselo, no sin antes conocerla bien e identificar que era lo que realmente sucedía, ella abrió lentamente sus ojos y lo miró, ahora sus ojos esmeralda estaban llenos de alegría y nerviosismo a la vez, se saboreo sus labios por instinto y se quedó en silencio, él disfruto de su aroma un poco mas y se alejó hacia el espejo mientras ella lo observaba atónita, se puso la camisa blanca que ella eligió para él y empezó a peinarse y luego a perfumarse

—Si me sigues mirando así, me sentiré incomodo —soltó suavemente Ethan

—Oh, lo siento —se apresuró a decir

—No pasa nada, ¿ya miraste lo que te di?

—No, no quise ser atrevida

—¿Por qué? Ahora es tuyo

—Pero igual… umm ¿Qué tal si lo vemos juntos?

—Puedes mirarlo mientras termino, es sorpresa así que yo tampoco sé lo que vendrá

—No debiste ponerte en esas

—Tranquila, no seas tan esquiva, sé que te gustaron algunas cosas en la tienda y me ofrecieron un regalo por la compra, supongo que eso te hace sentir mejor ¿no?

—Pues, un poco —sonrió

—Míralo, sé que te gustará

Maleny abrió la bolsa lentamente apenada

—¿En serio te da tanto miedo abrir una bolsa?  —se burló él

—No es eso

—Yo te ayudo entonces —se acercó a ella y tomó la bolsa de sus manos, luego cuando estaba a punto de vaciar la bolsa en la cama, ella lo detuvo

—Espera, dijiste que era sorpresa, si lo haces así se pierde la emoción —le dio una sonrisita genuina

—Cierto —afirmó mirándola amablemente —. Bien lo haré despacio y uno por uno

—Dale —respondió ella paciente

Ethan comenzó a sacar lo que contenía la bolsa

—Toma —le entregó una caja de chocolates

—Chocolates… —dijo fascinada

—Sí, ¿Te gustan?

—Sí, me encantan —sonrió

Luego Ethan sacó otra caja que estaba envuelta en un moño

—Sorpresa ja, ja, ja ábrelo —Maleny tomó la cajita en sus manos y comenzó a soltar el moño lentamente mientras el chico la miraba —. Con tu paciencia hasta a mi me dieron nervios

—Lo bueno se hace esperar —dijo ella, soltando finalmente el moño por completo, abrió la cajita y dentro había otra llena de caramelos y otra caja más pequeña de color rojo —. Wow —soltó con sorpresa, en sus manos sostenía una gargantilla de color n***o a juego con su cabello —. Es hermoso —contempló

—Te ves muy tierna así —dijo Ethan mirándola con atención —. ¿Te gusta?

—Totalmente, es… es muy linda, gracias

—Y hay más, no me agradezcas todavía —rio

—No puedo evitarlo —respondió avergonzada

—Mira esto —le entregó una bolsa de masmelos en las manos

—¿Cómo - cómo sabias? —cuestionó ella mirando los masmelos

—Te estuve observando, por eso te dije que varias cosas en la tienda te gustaron

—Pero tú estabas ocupado comprando

—Soy bueno analizando a las personas —le sonrió

—Ya veo —respondió incomoda

—¿Seguimos?

—Sí

—Este te gustará mucho, ya lo veras, cierra los ojos —Maleny se quedó inmóvil por unos segundos mirando la sonrisa del chico que tenia delante de ella —. Ciérralos, o no te mostraré —dijo juguetón, cuando Maleny cerró los ojos puso delante de ella el regalo —. Puedes abrirlos

Los ojos de Maleny se abrieron de par en par, el peluche de lobo que vio en la tienda ahora estaba frente a ella con un moñito en su cuello y al parecer con una tarjeta, tardó en agarrarlo

—Tómalo —dijo Ethan riéndose de su expresión

—Sí —Maleny lo tomó y acarició el peluche por unos segundos—. ¿Por qué un lobo?

—Vi que te gusto, además combina contigo, ya que eres caperucita y él es un tierno lobito

—No sabia que tenias este lado tierno

—No lo tengo —dijo serio

—Pues parece —se burló mirando el peluche contenta —. Tranquilo, no sientas vergüenza no le diré a nadie sobre ese “lado” tuyo.

—Mas te vale —soltó imponente

—Ya volvió tu lado pedante

—Mejor así

—¿Te pasó algo para que seas así? —cuestionó

—Eso no te incumbe

—Entonces sí es así —afirmó

—No te incumbe —repitió

—Lo tomaré como un sí

—Tómalo como quieras

—El que quieras evadir el tema demuestra que eso aun te duele, pero tienes razón no me incumbe, cada persona guarda secretos y los protege a capa y espada porque lo hacen sentir vulnerable

—¿Qué sabes tú de eso?

—Lo suficiente, también soy un ser humano ¿no? —se rio

—Eso parece ja, ja, ja

—Ja, ja, ja, otro de tus “insultos” indirectos

—Te gusta pelear

—A ti también, no hay lio con eso

—Totalmente, puedes seguir mirando lo demás —se puso de pie—. Terminaré con lo mío para que podamos irnos

—¿No vas a seguir viendo las cosas conmigo? Dijiste que me las mostrarías

—De verdad eres caprichosa, caperucita —ella le sonrió

—Bien, pero esta vez riégalo todo en la cama

—Bueno, ya qué, total el tiempo nos apremia

—Exacto, ahí voy —dijo volteando la bolsa con cuidado —. ¿Lista?

—Siempre

—Bien —volteó la bolsa y de esta empezaron a caer todo tipo de dulces y unas pequeñas cajas —. Puedes mirarlas

—Bueno, sigue con tus cosas —lo echó con la mano riéndose

—Que necia eres —soltó

—Aja, como digas —se rio ella mirando cada una de las cosas ahora esparcidas en la cama.

Ethan pudo observarla, por el espejo, ella estaba realmente contenta con todo lo que encontraba, lo iba guardando con sumo cuidado como si se tratara de un tesoro muy preciado

—Hay algo más —dijo de repente Ethan —. Mira —le mostró la capa roja que ella había perdido días antes

—Así que era cierto

—Te lo dije, cumplo con lo que digo

—¿Dónde la encontraste? —cuestionó

—¿Dónde la perdiste?

—Precisamente eso es lo que no sé —sonrió

—Que descuidada

—Ese día tenia muchas cosas en la cabeza, y cierta personita me dañó el día —dijo mirándolo de reojo

—No me digas, esa personita soy yo —se burló —. Ja, ja, ja ¿te dolió lo que te dije ese día?

—Tan gracioso

—De hecho, a mi si me llamó la atención lo que me dijiste, lo recuerdo a la perfección

—¿Qué cosa?

—“Bastardo”

—Ah, eso

—Sí, estabas muy molesta, pero veo que es normal en ti

—Con ciertas personas desagradables —soltó sin darle importancia

—Entonces ¿te parezco desagradable? —se acercó a ella de repente dejándola sin habla —. Dime ¿soy desagradable? —la retó

 —Totalmente —respondió ella girando su cabeza, tratando de evitarlo

—¿Por qué no me lo dices a la cara?

—No tiene caso —respondió riéndose bajito

—¿Te estás riendo de mí? —cuestionó divertido

—Ja, ja, ja, ja tu cara de molestia es tan graciosa que no puedo evitarlo —Ethan la miró serio

—Ya veo —se apartó de ella y siguió arreglándose —. Empaca —dijo cuando terminó

—¿Quieres que me lleve todo esto?

—Sí, es tuyo después de todo

—Pero ¿Qué le diré a Grace?

—Pues nada, que compraste algunas cosas

—¿Por qué no?

—Porque ella sabe que yo casi no gasto plata en dulces o esas cosas, se extrañara mucho, y me llenara de preguntas acerca de ti

—¿De mí?

—Así es

—No me digas que le has hablado de mí

—Solo para decirle que eres un insufrible y que por tu culpa casi me caigo en las escaleras

—Pero te salvé ¿no?

—Si claro, luego te tiraste todo con esa actitud que te caracteriza

—Ja, ja, ja, ja ¿Qué querías? ¿Qué me disculpara acaso?

—Da igual —respondió ella indiferente —. Vamos

—Entonces ¿Qué harás con eso? —dijo señalando la bolsa

—Volveré después por ello

—¿Qué te hace pensar que volverás?

—Lo dejo a la suerte, a menos de que quieras llevarlo a la escuela mañana y me lo entregues allá

—Pero eso es tuyo, ¿Por qué te lo llevaría?

—Precisamente por lo que acabas de decir, sino lo llevas pues te ¿quedas con ello o simplemente vengo después a recogerlo

—Niña, ¿no te queda un poco lejos de tu casa?

—Tienes auto

—Insinúas que yo te traiga por la bolsa

—Es un hecho si no quieres llevarla a la escuela y que todos hablen de ti

—Caprichosa

—¿Algún problema con eso?

—Ja, ja, ja, ja, te doy un regalo y ahora hasta te salgo debiendo —dijo sarcástico

—No te lo pedí, si quieres puedes quedarte con él

—Y resulta que no lo quieres —dijo serio —. Bien, ya que no lo quieres está bien, no hay problema con eso

—No dije eso

—Parece, estás colocando muchos obstáculos ante el regalo —dijo indiferente

—No hay problema comprendo la situación, me quedaré con él —dijo guardándolo en uno de los cajones del closet de pared que estaba a un lado de la cama —. Cuando te sientas lista puedes venir por él

—Bien, gracias por cuidarlo por mi —respondió seria, pero sus ojos reflejaban agradecimiento, él le sonrió indicándole que salieran

  —Cuidado con las escaleras, no quiero tener que salvarte de nuevo —soltó Ethan que caminaba delante de Maleny

—Tan gracioso, no creo que eso suceda de nuevo ni lo otro tampoco

—¿Lo otro? —cuestionó él

—Aja, eso no debe volver a pasar

—¿No te gustó? —cuestionó pensativo

—¿Qué cosa? —se hizo la loca

—Pues lo “otro”

—Ah… pues no sé, es no importa —dijo bajando las escaleras deprisa tratando de evitar el tema 

—Maleny, espera, no corras, te puedes resba… —la chica resbaló y él se apresuró a agarrarla antes de que se cayera —. Resbalar—finalizó

—¡Ups!

—“No volverá a suceder”, que descuidada eres caperucita, mira bien donde pisas, no voy a estar siempre para salvarte

—Sí, sí, lo siento, no pensé que tus escaleras fueran asesinas

—No lo son, el punto es que eres descuidada, por tu afán pudiste hacerte daño

—Ya, ya, no me regañes

—No lo hago, solo te doy sugerencias

—Como sea —dijo ella volviendo en sí, bajando cada escalón con cuidado, se llevó tremendo susto, Ethan tenia razón de no ser por él seguramente hubiese rodado escaleras abajo, él solo sonrió.

Caminaron hacia el auto y se aventuraron hacia la fiesta con cierta alegría que solo el corazón era capaz de comprender.