— No es tan fácil como tu piensas Derek, los recuerdos van y vienen a cada instante, ojalá pudiera borrarlos para siempre, pero cuando menos lo espero están allí amargando mi día.
— Megan por qué no buscamos ayuda profesional, obviamente esa parte de tu vida te marcó, sola no vas a salir de allí, necesitas superar esa etapa.
—¿Será parte de tu ayuda por fingir ser tu esposa?
— Efectivamente, te dije que quería ayudarte a superar todo tipo de sufrimiento y dolor de esos años que viviste, obviamente nunca se borran esos eventos, pero debes aprender a vivir con ellos sin que te afecten.
— ¡No deseo contar a nadie más sobre mi vida, todo eso me da asco!
— Pero debes solventar ése asunto, es por tu bien, sé que es lo mejor para tí
Ella sonrió y dijo:
— Está bien, busca un sicologo, para que me quite ésta locura.
— Esos profesionales, tengo entendido no curan locuras, solo te ayudan a estabilizar emociones y tú loca, no estás, no vuelvas a decir cosas negativas acerca de tí.
— Está bien— dijo ella avergonzada.
Pronto estuvieron en un buen lugar para comer y pasar un rato diferente, al culminar la cena, Derek dijo:
— Voy a estar fuera de la ciudad por tres días, necesito saber que al quedar sola en casa vas a estar bien, compré éste celular para tí, así será más fácil comunicarme contigo, te estaré llamando para estar seguro de que te estás portando de maravilla.
Ella sintió ternura ante aquel simple gesto, desde que sus padres habían fallecido nadie se había preocupado si ella estaba bien o no, se sintió conmovida, pero sólo sus ojos lo reflejaron. En el regreso a casa ella se sentía más relajada, durmió tranquila, ya al día siguiente cuando se levantó a desayunar, Derek había salido de viaje.
Se sintió triste, pero a la vez esperanzada de saber que él estaría en contacto con ella, a pesar de estar lejos, decidió leer todo los libros que le llamaran la atención, tenía todo el tiempo del mundo. A mitad de la tarde, escuchó el sonido del teléfono móvil que había recibido, allí estaba Derek cumpliendo con su promesa; hablaron pocos minutos, solo lo necesario para tener la certeza de que todo estaba en orden.
Así pasó ese día y el siguiente, leyendo y recibiendo por lo menos una llamada al día de Derek; ya era el tercer día y supuestamente él regresaba, pero a las siete se sentó a cenar, estaba terminando, cuando escuchó sonar su celular, allí estaba la llamada por fin, ésta vez le decía que se retrasaría su llegada, pero que ya mañana o pasado estaría de vuelta.
Cinco días sola en aquel apartamento, solo recibiendo las llamadas de Derek, pero ella estaba tranquila, en paz y sin que nadie la estuviera obligando a estar haciendo cosas que detestaba, esa tarde aún no recibía llamada telefónica, pero escuchó que alguien llamaba a la puerta, su corazón dió un vuelco, allí estaba Derek.
Luego reflexiona y se dice:
«Él tiene llave, debe ser alguien más»
Su corazón se llenó de aprehensión; «¿y si me encontraron?» Entonces se acerca con cautela para ver por la mirilla de la puerta quién está tocando, respira más relajada, es el padre de Derek, se animó a abrir.
— ¡Hola! ¡Qué sorpresa tan agradable!— saludó ella.
— ¿Cómo estás Megan? Derek, ¿está en casa?
— ¡Oh no señor August, retrasó su llegada!
— ¡Ah caray! ¡Eso no lo sabía, pensé que ya había llegado!
— ¡Pase por favor! ¡No va a quedarse en el umbral esperando, venga y siéntese!
— ¡Gracias Megan! ¡Qué pena venir sin que esté mi hijo en casa!
— Bueno, pero no se preocupe, ¿desea tomar algo?
— No querida, mejor me voy y vengo después, no es correcto que te visite si no estás con tu pareja, es para evitar habladurías, ¿me entiendes?
Ella hasta ese momento notó la incomodidad del hombre mayor y respondió:
— ¡Oh, qué vergüenza! ¡Tiene razón, mejor venga otro día!
El hombre salió dejando a una Megan confundida, ¿sería verdad que August no sabía que su hijo no había llegado? Había algo que no le causó buena vibra, pero sacudió su cabeza para alejar cualquier mal pensamiento.
Mientras el padre de Derek se sintió avergonzado por los pensamientos que vinieron a su cabeza al ver a aquella chica allí sola, la vio tan vulnerable, su cabeza se llenó de pensamientos malsanos, él a pesar de ser ya adulto, era aún muy viril, aunque tenía muchos años de viudo, nunca sintió volver a rehacer su vida, pero ésta muchacha le había alborotado las ganas de hombre que habían estado dormidas todo éste tiempo.
«Era la pareja de su hijo» «¿Que sucede contigo August?» Megan tenía algo que invitaba a desearla, eso no estaba bien, por eso decidió salir de allí lo más pronto posible, no quería faltar el respeto a su futura nuera.
Esa noche tampoco llegó Derek, pero llamó pasada las ocho de la noche para informar que llegaría a la mañana siguiente. Ella le refirió la visita del padre de él y aconsejó que lo llamara, “a lo mejor, tenía algo urgente que decir, para haber ido a visitarlo”; le había dicho Megan.
Despertó muy temprano, la expectativa de saber que llegaría en la mañana le hicieron abrir los ojos a primera hora, entró en el área de la cocina a las siete, quería hacer algo especial para darle la bienvenida.
Uso tocino y huevos e inundó con aquel maravilloso aroma el ambiente, pronto Derek salió con el torso desnudo y solo la parte de abajo de la pijama, el cabello revuelto y estrujando sus ojos y aspirando aquel delicioso aroma.
—¡Mmmm, que rico huele, me desperté hambriento.
Ella sin poder contener su impulso lanzó un grito de alegría ante la sorpresa de que ya estuviera allí y corrió a abrazarlo, colgando del cuello de él.
—¡Caray! ¡Tendré que salir más seguido de viaje para gozar de estos recibimientos!
—¡Ay, mil disculpas! ¡Me dejé llevar por la emoción de verte!
—¡Eso está bien! ¡Me encanta que me extrañen! ¿Como estas tú Megan?
— ¡Feliz de que hayas vuelto!— dijo ella sin contener su alegría.
— ¡También estoy feliz de verte Megan!— dijo él, algo contrariado y confundido.
Tenía sentimientos encontrados.
—¿A que hora llegaste? ¡Pensé que estarías a las siete!
Él sonrió ante la emoción que ella demostraba, un sentimiento de ternura y algo aún más extremo lo invadió de repente, queriendo abrazar a aquella muchacha tan genuina en sus sentimientos de cariño hacia su persona.
— Llegué a las tres de la mañana y estoy muerto de hambre, así que ¿Podemos sentarnos a desayunar?
Ella como una niña llena de sentimientos encontrados dijo:
—¡No faltaba más señor! ¡Sientese por favor, ya le sirvo!
Derek obediente de sentó y observó con deleite como ella colocaba todo lo que había preparado para darle la bienvenida a casa, se sintió realmente conmovido, nunca ni siquiera Lorena le había hecho experimentar un sentimiento tan dulce como aquel que estaba sintiendo.
Comieron los dos, de vez en cuando él la veía de reojo, ¿que había sucedido con él? Porque de repente sentía ganas de abrazar a Megan y no dejar que se fuera más nunca de su vida?
Ella recogió todo y él se levantó para ayudar a lavar los trastos a pesar de las protestas de ella el logró su cometido y entre los dos dejaron todo ordenado y recogido. Ella notó que Derek la miraba de manera insistente y preguntó:
— ¿Por que me miras tanto?
Él tragó saliva y respondió:
— ¡Me gustas Megan! No sé qué pasó en mi viaje, pero he descubierto que me gustas más de lo normal.