Destino

754 Words
Como si el destino no quisiera que yo contestara a la propuesta  de Tom, todo pasa en un abrir y cerrar de ojos, y no me doy cuenta del poco tiempo que nos queda hasta que estamos en el aeropuerto, despidiéndonos. Tampoco es que fuésemos a vivir juntos, ya que yo estaría en Oxford mayoritariamente, así que no era algo tan del otro mundo… ¿o sí? Mientras le doy un abrazo a Harrison, miro a Tom. Se sentía como un gran paso aceptar aquella llave, pero por mi cabeza no se me pasaba la idea de rechazarlo, porque en el fondo, quería hacerlo. -¿Qué ocurre?-pregunta Harrison, cuando nota mi vacilación. Lo miro, y como si de pronto no pudiese contenerme, le comento todo de un sopetón. -¿No crees que vamos muy rápido?-le pregunto finalmente. Harrison levanta las cejas y se ríe. -Yo creo que no existe eso de ir rápido o lento, porque no creo que las relaciones se mida en tiempo-replica.- ¿Por qué te importa eso? -Porque me parece una locura que con tan solo unos meses de noviazgo nos vayamos a vivir juntos-explico. -En primer lugar, tu misma has dicho que no es realmente vivir juntos, porque casi no estarás en Londres, y en segundo, prácticamente están hace un año juntos-dice Harrison. -Un año es poco tiempo. -Pero has cambiado en un año-argumenta. -Mi vida, sí. Yo, no tanto-afirmo. -¿No eres tú la misma chica que antes se aterraba de que el mundo se enterara de su relación, y ahora manda a la mierda aquellos pensamientos? -¿Eso quiere decir que crees que debo hacerlo?-pregunto. -Lo que creo es que debes hacer lo que te plazca. Asiento, decidida. Es como si en el fondo, supiese exactamente lo que quería, pero necesitaba aquel empujón, que me recordara que nada ni nadie tenía el control de mi vida más que yo. Cuando me acerco a Tom para darle un último abrazo, coloco mis manos en sus hombros y lo miro fijamente. -¿Estas bien?- pregunta preocupado. -Quiero vivir contigo-suelto, sin anestesia.- Sé que en realidad no estaré casi nada de tiempo aquí en Londres, pero no me importa. Quiero estar contigo la mayor cantidad de tiempo posible. La sonrisa de Tom se hace más amplia, me toma de la cintura y me gira, para besarme como si estuviésemos en una película. No me importa nada más que él, más que nosotros, y lo feliz que soy a su lado. Varias horas más tarde, cuando ya estoy en casa y les informo a mis padres de las nuevas noticias respecto a Oxford, no caben de felicidad, y yo tampoco. Es como si de pronto todo se alineara para funcionar a la perfección, como si todo hubiese sido destinado a ser. Mientras termino mi semestre, con notas sobresalientes, y completo los tramites del traslado exitosamente, me olvido de todo aquel desastre que había sido cuando llegue a Londres. Aquel momento en mi vida, era perfecto. Con un futuro prometedor, un increíble novio con el que hablaba, nuestra relación viento en popa. Mi mejor amigo planeando irse junto a mí, mis padres apoyando todas y cada una de mis decisiones, Thor como mi compañero de aventuras. Era todo surreal, todo demasiado bueno. Pero como todo en la vida, siempre hay algo que te devuelve a la realidad. A finales de Julio tenía mi pasaje para Londres, sin ticket de vuelta. Las semanas pasaban, haciéndome sentir cada vez más ansiosa, y por ello, pase por alto lo obvio. Mientras limpiaba la comisura de mis labios después de haber vomitado, recordé como hace unas semanas, había ido a un doctor. Aquello aprecia lejano, pero no por eso, menos cierto. Contaba los días, pensando una y mil veces “por favor, dios, no me hagas esto”. Como si fuese cosa del destino, mi teléfono comienza a sonar, indicando que Tom me llamaba. Mientras controlo los temblores que recorren mi cuerpo, descuelgo y coloco el teléfono en mi oído. -¿Cómo estás? Tengo tan solo diez minutos de descanso entre escenas, pero necesitaba escuchar tu voz-dice él. Aquella ternura derretía mi corazón, y solo me hacía más difícil decirle la verdad. -Tom, yo… necesito contarte algo, pero no quiero que distraerte-replico. Mentalmente, seguía contando. -¿Qué sucede?-pregunta preocupado. -Mejor me avisas cuando estés desocupado-sugiero. -No, ______. Algo te ocurre, lo noto en tu voz-dice él. Me sorprendía lo mucho que había logrado conocerme en tan poco tiempo. Bien, ahora o nunca me digo a mi misma. Tomo una gran bocanada de aire, armándome de valor. -Creo que… -¿Qué?-pregunta, puedo notar la preocupación en su voz. -Estoy con retraso, Tom-susurro. -Retraso… ¿de qué?-pregunta. Me quedo en silencio.- Oh. Noto el cambio en su voz. Muerdo mi labio. -Creo que puedo estar embarazada-sentencio finalmente.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD