To be honest

789 Words
Miro a Tom en la pantalla de mi portátil. Esta serio, al igual que yo. Asimilar lo que le que acabo de confesar sobre la ablación, además de comentarle que mi ex novio ha reaparecido para perturbar mi paz mental, no debe ser fácil. -¿Entonces si fue doloroso?-pregunta. -Si-afirmo. -¿Pero ahora ya estás bien? -Perfectamente-respondo. Sus ojos me examinan con detenimiento, hace una mueca y suspira. Sé que debe estar decepcionado por mi comportamiento, pero no podía simplemente admitir que había vivido un infierno, no quería que sufriera. Tal vez es iluso o estúpido pensar que la ignorancia puede hacer feliz a alguien. -¿Y Claudio?-pregunta de pronto. -¿Qué pasa con él? -¿Lo ves todos los días?-pregunta, con una nota de preocupación en su voz. -Casi siempre…-admito. -¿Cuánto?-pregunta. Frunzo el ceño sin entender. -¿Cuánto qué? -¿Cuánto tiempo esperaste para contármelo? ¿Para contarme que él había vuelto a hablarte?-pregunta, y puedo notar la rabia que esta acumulada en aquellas palabras. -Un par de días-musito. -¿Por qué? -¿Por qué qué?-pregunto. -¿Por qué no me lo dijiste antes?-pregunto. Comienzo a enojarme con su tono de reproche. -Estabas ocupado y apenas teníamos tiempo para hablar del viaje. Además, fueron solo un par de días, no te lo oculte adrede-replico molesta. -¿Cómo quieres que confié en lo que sea que digas, si ya has admitido que me has ocultado lo de tu operación?-me reprocha. -Porque son dos cosas completamente diferentes. Y porque si no confías en mí, no sé cómo haremos para que esta relación dure-digo enojada. Nos quedamos en silencio, mirándonos. Parte de mi quiere llorar, pero otra, la más orgullosa, se mantiene firme, enojada. Lo entiendo, se ha sentido algo traicionado por haberle ocultado lo de la operación, pero eso no significa que le haya mentido con todo. Además, finalmente he confesado todo. Sé que he hecho mal, pero a fin de cuentas, he rectificado, en tan solo unos días, no creo que por ello merezca aquellas palabras tan dolorosas. -Debo irme-dice Tom. Pestañeo varias veces, sin poder creerme que realmente vaya a dejar esta conversación hasta acá. -Tom… -Adiós-dice, y la pantalla se vuelve a n***o. Durante los dos días siguientes, paso pegada al teléfono hablando con Zendaya, descargando mi furia, pena y rabia por todo. Ella, claro, no toma partido, se hace pasar por Suiza, completamente neutral. No puedo creer cuando veo que se conecta y no me habla, pero el orgullo me gana, y tampoco le hablo. Martin solo asiente cuando yo me quejo con él, y de vez en cuando, lanza unas exclamaciones para que sepa que me está escuchando, pero en el fondo, sé que no quiere opinar porque teme meterse en la boca del lobo. Después de todo, sé que no soy precisamente simpática y amable cuando me hacen enojar. Anoto con desgana en la ficha del paciente, que por como se ve, no va a sobrevivir esta noche. La muerte, siempre tan cerca de mí, parece una locura que se me haya ocurrido estudiar algo que también este tan cerca de ello. -______-escucho a mis espaldas, con aquel acento inglés que reconocería en cualquier lugar. Dejo caer el lápiz de mi mano, y miro el reloj de la pared de la estación de enfermería, pensando que quizás estoy alucinando. Cuando veo que la manecilla de los segundos se mueve, me volteo con lentitud. Tom está allí de pie, con una gorra cubriendo su cabeza, gafas de sol con las que claramente no pasa desapercibido. Unos jeans oscuros, con sus manos escondidas en los bolsillos. Abro la boca atónita, sin poder creer lo que veo. Hago el amago de decir algo, pero no puedo, es como si mi voz hubiese desaparecido. -Soy un estúpido-sentencia.- Soy celoso, algo inseguro, desconfiado, y bastante testarudo. Pero por sobre todo eso, soy alguien que te ama demasiado como para dejar que una estúpida discusión nos mantenga separados. Te extraño. La gente a nuestro alrededor se detenía a observar a aquel extraño, algunos lo reconocieron por supuesto, y unos pocos pasaban de nosotros. No tarde en notar, por el rabillo del ojo, que Claudio era uno de los que miraba fijamente en nuestra dirección. -Yo también te extraño-susurro, y me abalanzo a sus brazos, hundiendo mi rostro en su cuello para inhalar lo más que pueda el aroma de su piel. Siento el sonido de algunas cámaras sacándonos fotografías, pero las ignoro. Me separo un poco, y Tom deposita un corto pero tierno beso en mis labios, después de todo, estamos en un hospital, y yo debería estar trabajando. Vuelvo a abrazarlo, apoyando mi cabeza en su hombro, mientras el me envuelve la cintura con sus brazos. Abro los ojos y me encuentro con la mirada de Claudio. Agacho la mirada, sintiéndome extraña por verlo allí. Tom se acerca a mi oído para susurrar, sin que nadie más nos escuche. -Te esperare para almorzar ¿te parece?-pregunta. Asiento con una sonrisa de oreja a oreja. -Suena bien-susurro.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD