Happy birthday: parte 5

1004 Words
La música resuena por toda la sala, la mesa está llena de comida, y Harry ha instalado una pequeña pelota de luces. Me resultaba un poco vergonzoso que Tom abriera mi regalo frente a todos. Por fin había conocido a Tuwaine, uno de los mejores amigos de Tom, era un chico simpático y bastante gracioso, pero con Harrison, eran dinamita, no paraban de lanzar bromas. Nos habíamos ido de la casa de los padres de Tom alrededor de las nueve de la noche, después de la cena, que por supuesto, me hizo subir otros diez kilos. Juro que si sigo así, no cabré en los asientos del avión cuando vaya de vuelta a casa. Bebo un sorbo de mi cerveza. Espero que Tom olvide esa idea de abrir los regalos frente a todos. Por el rabillo del ojo veo a Paddy sacando papas fritas sin parar. Me rio por lo bajo. -¿Por qué estas allí escondida?-pregunta Sam, sobresaltándome. -Demonios Sam, me asustaste-digo. Él se ríe.- No estoy escondida. -Estas en la oscuridad, contra la pared. Estas escondida-dice, y se coloca junto a mí, apoyando su espalda en la pared. -¿Qué le diste de regalo a tu hermano?-pregunto. Sam suelta un bufido. -¿Enserio estas aquí por tu regalo? Tom no se interesa por eso. El mejor regalo que pudiste darle es venir aquí hoy-replica Sam. Ruedo los ojos. -No lo entiendes. Tom me ha regalo tantas cosas bonitas, y yo nada-explico. Sam se separa de la pared y se voltea a mirarme. -Eres tú la que no entiendes que eres uno de los cables a tierra que tiene Tom. ¿Sabes lo terrible que es no poder saber si alguien se te acerca por que le agradas o por la fama? Miro a Sam. Jamás había reparado en que, así como yo tengo problemas para confiar, el también debe lidiar con ello, de una manera diferente, claro. Alguien carraspea a nuestro lado. Tom está ahí, mirándome con extrañeza. -Toda tuya, campeón-le dice Sam, dándole unas palmaditas en el hombro, y nos deja a solas. -¿Todo bien?-pregunta. Asiento con la cabeza. -Me gustaría que abrieras mi regalo en privado-suelto de improviso. Levanta las cejas pero luego sonríe. -Claro-dice. Cojo su mano libre y lo jalo para que nos acerquemos a los demás. Suena Downtown. Dejo mi vaso en la mesa del café y rodeo su cuello con mis brazos. Nos movemos lentos, ya que Tom no sabe bailar reggaetón. A nuestro lado, Martin, un excelente bailarín, baila con Zendaya. Harrison se mueve tieso como un robot junto a Tuwaine. En algún momento de la noche, surgió la maravillosa idea (nótese el sarcasmo) de beber shots de tequila. Paddy era nuestro bartender. Comienza a sonar música electrónica, y no paramos de saltar. Es como si nos hubiésemos bebido veinte tazas de café. Estoy tan ebria que siento que las paredes se mueven. Harrison se apoya en sus manos e intenta caminar de cabeza. Se cae, y me arrastra a mí y a Tom al suelo. No puedo dejar de reír, tanto, que me duele mi estómago. Tom, que tiene sus brazos alrededor de mi cintura, se acerca y besa mi hombro descubierto. Harrison se sienta en el suelo y nos observa. -No deberían comer frente a los pobres-dice este, con el ceño fruncido. Tom separa sus labios de mi hombro y se sienta. Yo sigo tendida en el suelo riéndome. -¿Cuándo vas a dejar de estar enamorado de mi novia?-pregunta Tom. -No estoy enamorado de ______-niega Harrison. Me siento y los miro en silencio. La risa se ha desvanecido, y ahora estoy preocupada. -Por favor, ¿crees que no veo como la miras? Entiendo que no puedes controlarlo, pero al menos podrías disimularlo un poco más-le espeta Tom. -No es mi culpa si tu novia prefiere confiar sus secretos en mí y no en ti-le escupe Harrison. Ay mierda. Lo siguiente lo vi venir a kilómetros, pero aun así, me impresionó cuando vi a Tom lanzarse encima de Harrison para golpearlo. Como puedo, me levanto del suelo y cojo a Tom por la espalda. Me empuja y caigo hacia atrás, golpeando mi hombro izquierdo con la punta de la mesa de café. Los cables pienso, abriendo los ojos y llevando mi mano derecha al lugar donde me golpee. Un líquido tibio sale de mi piel. Lo único que puedo pensar es en los cables que conectan mi marcapasos con mi corazón. No debo golpearme nunca el hombro izquierdo. La luz se enciende, y Zendaya se acerca a mí para ayudarme a levantarme. Duele. Tuwaine ha separado a Tom de Harrison, y Martin se ha colocado entremedio de los dos. -¡Cuando vas a aceptar que no te tengo celos! ¡El mundo no gira entorno a ti Holland!-le grita Harrison. Sam y Haarry lo sostienen de los brazos. -¡Cuando dejes de fijarte en mi novia y pretender ser su amigo para acercarte a ella!-le espeta Tom. -¡Basta!-grita Paddy. Tom y Harrison voltean a verlo, y es entonces cuando me notan a mí, con mi hombro sangrando. Zendaya me ayuda a sentarme en el sillón. -Paddy, ¿puedes ver si hay algún botiquín?-pregunta Zendaya entre dientes. Puedo notar que está furiosa con Tom y Harrison, parece como si quisiera sacarle los ojos a ambos. -______...-susurra Tom. -¿Ves lo que has hecho?-le espeta Harrison a Tom. -¡CALLENSE!-les grita Zendaya.- Esto es culpa de los dos. Tom y Harrison se dan una mirada, y luego vuelven su atención a mí. Creo que estoy en shock. No soy capaz de sentir nada más que dolor. Paddy llega corriendo con un apósito, se lo entrega a Zendaya y esta presiona sobre la herida. -Auch-susurro. Concéntrate dice la parte sobria de mi cerebro. Comienzo a colocar mi cabeza en orden. Lo primero, contener la hemorragia, luego ver si es que podría haber afectado los cables. -Presiona con fuerza-le digo, y cierro los ojos, porque duele. -_______-dicen Tom y Harrison al unísono, pero levanto mi mano derecha para que se callen. Abro los ojos, sintiéndome incapaz de mirarlos. -Iré a la habitación de huéspedes con Zendaya y Martin-digo. Martin se aleja de ellos y me ayuda a levantarme. Caminamos y cuando llego al pasillo, de espalda a ambos, comienzo a llorar en silencio. -Es mi culpa-susurro en español.- Es mi culpa.
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