Happy birthday: parte 6

1462 Words
Martin y Zendaya me ayudan a visualizar mi herida, con un pequeño espejo, logro ver que no es más que un corte, aunque ya ha comenzado a formarse un gran hematoma en la zona. -¿Te duele?-pregunta Zendaya, mientras coloca puntos adhesivos para cerrar y enfrentar los bordes de la herida. -Un poco-respondo, con voz monótona. No puedo pensar en nada, solo una frase circula en mi cabeza: es mi culpa. Martin, que adivina mi expresión al conocerme durante tantos años, espera a que Zendaya termine para susurrarle al oído. -Tráele un vaso de agua y un poco de hielo-le susurra. Zendaya asiente, me da una pequeña sonrisa y sale de la habitación.- No es tu culpa. Levanto la cabeza para mirarlo. Él está concentrado en colocar la cinta adhesiva sobre la herida. Siento como si estuviera en el fondo del océano, sin luz, sin nadie, completamente sola en mi propia miseria. -Ellos comenzaron a discutir, tú los intentaste detener y ocurrió un accidente-sentencia, aunque su semblante es más bien serio. -¿Y por qué discutieron? ¿Por qué, desde que llegue aquí, todo ha sido una sucesión de peleas?-le espeto. Comienzan a escaparse unas pocas lágrimas de mis ojos.- Es por mí, soy yo quien ha dejado este desastre, soy yo quien lo ha jodido todo. Yo soy el problema, ¡yo soy el problema! ¡Todo esto es mi culpa! ¡Es mi culpa! Martin me abraza, y me largo a llorar. No tengo fuerzas, no sé si por el alcohol, o es que estoy agotada. Quiero desaparecer, quiero simplemente apretar un botón y que mi mente se apague. Escucho la puerta abrirse. Por los pasos, sé que ha entrado más de una persona. Es probable que hayan escuchado mis gritos. No logro mantenerme sentada, es como si de pronto todos mis músculos entraran en huelga y no reaccionaran. Me dejo caer en los brazos de mi mejor amigo. -¿Qué haces aquí?-susurra entre dientes a alguien, no soy capaz de abrir los ojos. -Vinimos a ver como estaba-dice Harrison. -Escuchamos los gritos-agrega Tom. Mi corazón da un vuelco cuando escucha a Tom. A pesar de todo, sigue preocupado por mí, y también Hazza. ¿Es que no ven que soy yo el monstruo que ha arruinado su amistad? -¿Cómo crees que esta?-le espeta mi mejor amigo. -Martin-le reprende Zendaya. -Es mi culpa-susurro entre llantos. -Salgan de acá-les dice Martin, controlando su voz. -Martin, déjalos. Ya se sienten lo suficientemente mal-le susurra Zendaya. -¿Qué ha dicho?-pregunta Harrison. -Cree que todo esto es su culpa-les dice Martin. No, no lo digas pienso, pero no tengo fuerzas. -______, no es culpa tuya que nos comportemos como idiotas-dice Harrison. Siento a Martin tensarse, y unas manos toman mi rostro, obligándome a abrir los ojos. Tom me observa, tiene un rastro de sangre bajo su nariz, y arriba de su ceja izquierda se le ha formado un pequeño hematoma. Lloro con más fuerza. -¿Qué crees que haces?-le espeta Martin. Tom me coge entre sus brazos y comienza a caminar conmigo a cuestas. Detrás, Martin y Zendaya discuten. Me tienden en una cama, apoyándome en mi costado derecho. Hazza le susurra algo a Tom, y me colocan algo helado sobre mi hombro izquierdo. -Estaré afuera si me necesitas-le dice Harrison. -Gracias Hazz-dice Tom. La cama se hundo a mi lado, y la mano de Tom se posa sobre mi mejilla. No me había dado cuenta de que había parado de llorar desde el momento en que Tom me tomo entre sus brazos. Abro los ojos lentamente, estamos en su habitación. Abre los ojos, Tom, soy un monstruo que destruye todo lo que toca. -Perdóname-susurra.- No sabía que eras tú, no medí mi fuerza… Perdóname. -¿Te molesta que hable con Hazza?-pregunto de pronto. Creo que ha tomado el mando el alcohol, porque me siento casi como una espectadora. -Me da celos, sí. Pero porque me gustaría que confiaras en mí como confías en él-responde. -No puedes comparar la confianza que le tengo a él con la que te tengo a ti-susurro. -Es mi mejor amigo y lo golpee por unos estúpidos celos. Bueno, era mi mejor amigo, no creo que me vaya a perdonar-dice, y cierra los ojos con fuerza. -Lo hará-musito. Abre los ojos y me mira. -¿Y tú?-pregunta. Desvío la mirada. -Todo ha sido mi culpa-susurro. -No, no es verdad. Ha sido culpa mía, por mis estúpidos celos. Porque tenías razón cuando dijiste que en realidad estoy celoso de la amistad que tienes con mi mejor amigo-admite Tom. Niego con la cabeza. Quiero salir de allí, quiero correr, necesito correr. No puedo lidiar con esto, con la culpa. Me levanto de sopetón de la cama y corro hacia la puerta. La abro, Harrison, que está sentado en el suelo frente a la puerta, se sobresalta. -¡______!-grita Tom a mis espaldas. Me detengo en seco. De pronto, el mundo entero me da vueltas, y soy incapaz de mantenerme en pie. Caigo al suelo, y antes de que pueda golpearme, Harrison me atrapa. -¡¿Qué sucedió?!-pregunta Martin a gritos, acercándose por el pasillo. Harrison y Tom me llevan hasta la cama. Me siento como si todo mi cuerpo fuese una especie de goma. -¿______?-pregunta Tom. -Lo siento-susurro. -¿Lo sientes? Quienes se han agarrado a puñetazos y han provocado que estés así somos nosotros, Tom y yo. Tú, cabeza de chorlito, solo has cometido el error de emborracharte, como casi todos nosotros-dice Harrison. -Colóquenle el hielo en el hombro-dice Martin, con severidad. -Se han peleado por mí-susurro, sin comprender. Harrison ríe. -Nos hemos peleado por que estamos borrachos, Tom es un celoso, y yo soy un cascarrabias. ¿Crees que es la primera vez que nos golpeamos?-pregunta Harrison. -Denle espacio para respirar-los empuja Martin. Creo que jamás pensé en verlo como un adulto responsable, hasta hoy. -Y ha sido un accidente, Tom, deja de sentirte culpable, no le has pegado a propósito-dice Harrison. Martin gruñe, y entonces Zendaya, a quien no había visto, lo hace callar. -Están en lo cierto ¿sabes?-me dice Martin en español, para que nadie más nos entienda. Acomoda el hielo sobre mi hombro.- Y aunque no quiera aceptarlo, fue un accidente. Tom jamás te haría daño adrede. -Lo sé-le digo a mi mejor amigo, y miro a Tom. -Tal vez deberíamos dejarlos solos-dice Zendaya. Harrison comienza a alejarse, pero alcanzo a coger su mano. Se voltea a mirarme. Tiene morado en la comisura de su labio y en el pómulo derecho. Abro la boca con la intención de disculparme y el levanta su mano libre. -Ni se te ocurra disculparte-dice.- Estoy bien, y tu también lo estarás, cerebrito. -Pensé que ahora era cerebrote-susurro. Harrison se ríe. -Cuida de mi mejor amigo, que está que se larga a llorar-bromea Harrison. Esbozo una pequeña sonrisa y suelto su mano. Nos dejan a solas en la habitación de Tom. ¿En qué momento se fue todo tan a la mierda? -Aunque haya sido un accidente, no tienes por qué perdonarme-dice Tom, dándome la espalda, sentado a los pies de la cama. Con mucho cuidado, me siento y avanzo hasta él. Coloco mi mano en su hombro, recordando como hace unos minutos hice lo mismo y termino empujándome. Esta vez, Tom se voltea lentamente a mirarme. -¿Puedes abrir mi maleta y pasarme una caja azul, por favor?-le pido. Tom asiente. Se levanta y abre mi maleta en el suelo. Saca la caja y me la tiende.- Gracias. Se sienta en el mismo sitio. Tratando de apoyarme solo en mi brazo derecho, me siento su lado y abro la caja. Dentro hay otra caja de papel de regalo rosado y una cinta roja. La saco y se la entrego. -Tu regalo de cumpleaños-digo. Tom me mira sin entender. -Ábrelo-le insto. Abre la caja y saca la polaroid roja que le he comprado, con el detalle de una placa de Spiderman en el costado. Luego, mete la mano y saca el pequeño montón de fotos de nosotros que he juntado, con el formato de la polaroid. Y finalmente, un pequeño cable con ganchos para colocar las fotografías. Debajo de cada foto he escrito algo pequeño, como “la primera vez que me besaste, sentí fuegos artificiales”, “me encanta como te ves con traje de baño”, “tú me haces sonreír como una tonta”. -Es precioso-dice Tom sonriendo. Voltea a mirarme.- Pero no lo entiendo, ¿no estas enojada por lo que te he hecho? -Estoy molesta por cómo te comportaste con Harrison, y estoy molesta con él por la cizaña. Pero... Sam me dijo algo hoy. Así como yo tengo problemas para confiar por mi pasado, tú tienes problemas para confiar por tu presente. Así que, al menos por hoy, ha sido suficiente pelea-explico. Tom sonríe. -Eres… increíble. -No quiero más peleas así, Tom. Nunca más. Le echare la culpa al alcohol, esta vez, pero debes dejar tus celos-le advierto. -Lo sé, te lo prometo-dice. Su semblante sigue preocupado.- ¿Qué tal tu hombro? -Adolorido-replico. -¿Y los cables? El doctor dijo que no podías tener un golpe allí-dice. -Supongo que cuando vuelva a casa podre ir al doctor. -¿Qué? No, mañana mismo vamos, no puedes correr el riesgo de que uno de tus cables se haya soltado-dice Tom. -Está bien, mañana. Ahora, quiero que hablemos los tres-digo. -¿Quiénes tres?-pregunta. -Tu, yo y Hazza.
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