Resoluciones al amanecer

1006 Words
La luz del sol ya ha comenzado a aparecer. Claro, con pasado las seis de la mañana. Deberíamos dejar de hacer fiestas hasta estas horas, mis neuronas se morirán y las necesito si quiero entrar a Oxford. Me siento a los pies de la cama. Tom y Harrison están sentados en el suelo, con las piernas cruzadas, mirándome atentamente. Carraspeo antes de comenzar a hablar. -Ambos se han comportado como bestias salvajes-comienzo a decir.- Deben detenerse. Ustedes son amigos. -Ya te he dicho que ha pasado antes-dice Harrison. Levanto la mano para que se calle. -No he terminado-digo. Tom se tapa la boca, ocultando la risa.- Voy a dejar pasar esto, pero hay condiciones. -¿Condiciones?-pregunta Hazza. -Que te calles, bruto-le dice Tom, dándole un manotazo en el hombro. -Primero-digo casi gritando, para que dejen de molestarse- basta de celos sin sentido-miro a Tom. Harrison se ríe por lo bajo.- Segundo, nada que cizaña-miro a Harrison.- Tercero, como los vea nuevamente golpearse, me largo y nunca más en la vida vuelvo a hablarles. -Son muchas condiciones-susurra Harrison. -Y cuarto-digo, fulminando con la mirada a Harrison- deben pedir disculpas. -Ya te he pedido disculpas-dicen ambos al unísono. Sonrío y me inclino hacia delante. -Entre ustedes. Tom y Harrison se miran. Por muy amigos que sean, eso no significa que este bien que se golpeen, y deben pedirse disculpas por sus actos cavernícolas. Tom me mira de reojo, yo me cruzo de brazos y espero pacientemente. -Bien-dice Tom, rodando los ojos.- Lamento haberte golpeado-se disculpa, carraspeo y levanto una ceja.- Y haber dicho lo que dije. -Disculpas aceptadas-dice Harrison, y hace una pequeña reverencia. Se voltea a mirarme, y yo levanto las cejas. Coloca los ojos en blanco y vuelve a mirar a Tom.- Disculpa por ser tan cizañero y golpearte. -No fue tan difícil ¿ven?-digo sonriendo.- Ahora, por el amor de dios, ¿podemos dormir? Tom y Harrison se levantan del suelo. Se dan un abrazo, y juro que creo que es lo más tierno que he visto en la vida. Luego, Hazza se acerca, y con cuidado de no tocar mi hombro, me abraza y se despide. Me siento exhausta, es como si toda la energía de mi cuerpo hubiese sido drenada. Tom se me acerca y rodea mi cuello con sus brazos. Sonríe de lado, haciendo que mi corazón se acelere. Me inclino y lo beso. Sus labios me responden, lentamente, moviéndose sin prisa. Se separa de mí y frunzo el ceño en protesta. -Tengo que hacer algo antes de dormir-dice. -¿El qué?-pregunto. Tom sonríe, y coge la cajita del regalo que le he dedo. Me sonrojo de inmediato. Coloca los cables sobre la muralla, y comienza a colgar las fotos. -Parece que sobran ganchos-dice, sin despegar sus ojos de su tarea. -Tienes una polaroid, creo que será fácil llenarlos ¿no?-replico, mordiéndome el labio. Se voltea y sonríe. Deja el resto de las fotos que quedan en la caja y se acerca a mí. Toma mi rostro entre sus manos y me mira intensamente. -Te amo-susurra. Abro la boca para responder, pero entonces estampa sus labios sobre los míos. Caigo de espaldas sobre la cama, rodeando su cintura con mis piernas. Tom es lo suficientemente cuidadoso para no tocar mi hombro golpeado. Giramos, dejándome sobre Tom. Sus manos se posan en mi cintura, y levanta su espalda de la cama, dejándonos sentados sobre la cama. Bajo mis manos por su torso hasta el borde de su camisa, y jalo de esta para quitársela. Tom vuelve a atacar mi cuello, mientras sus manos suben por mi espalda hasta llegar al cierre de mi blusa. Con una lentitud exasperante, baja el cierre. Desliza con cuidado las mangas de mi blusa por mis brazos. Para mi suerte, llevo un sujetador strapless, por lo que cuando Tom lo desabrocha no pasa a llevar la zona amoratada. Parece una locura que hace dos horas estábamos bailando y bebiendo, hace una, él y Harrison estaban golpeándose, y ahora, solo quiero sentir su piel contra la mia. *** El despacho del doctor es bastante acogedor. El piso es de madera, las paredes están tapizadas, de color azul marino, con algunos cuadros y diplomas colgados en estas. Tom me está esperando afuera, ha insistido en acompañarme, preocupado por mi marcapasos. El doctor, un hombre de unos cuarenta años, cabello n***o con algunas canas y tez morena, lee el expediente que le he facilitado (siempre debo viajar con él, órdenes del médico). Finalmente, separa sus ojos del documento y me mira, sonriente. -Parece que eso es todo-dice. Sonrío y asiento.- Entonces, vino por un golpe. -Anoche me caí y me golpee el hombro-explico, omitiendo la razón de mi caída. -Siéntese en la camilla, la debo revisar-dice, levantándose de su asiento y señalando la camilla. Me levanto, me quito el sweater que me había puesta, quedando en una pequeña camiseta de tiritas, ya que sabía que tendrían que revisarme. Tengo un hematoma de unos cinco centímetros, pero la herida está bien y parece todo más bien superficial. El doctor me hace mover el brazo, no duele, pero si cuando toca el hematoma. Ausculta mi corazón, palpa el marcapasos, y finalmente, deja que me vista. Vuelvo a sentarme en la silla frente a su escritorio, sintiéndome algo adolorida. -Muy bien, le daré unos analgésicos. Creo que es bastante superficial, por lo que no me parece necesario realizar más exámenes, pero debe tener cuidado, esta vez tuvo suerte-dice, anotando algo. Asiento. -Lo sé. -¿Qué medicamentos toma todos los días? no están en su expediente, y puede que el analgésico interactúe con alguno de ellos-dice, sin despegar sus ojos de lo que anota. -Enalapril y…-me detengo en seco. Oh, no pienso. No, no, no, no. -¿Y cuál más?-pregunta el doctor, levantando la cabeza. Trago saliva. -Mis píldoras anticonceptivas-digo. El doctor comienza a decir algo, pero yo solo puedo pensar en una cosa. Mierda, mierda, mierda. Salgo de la consulta, intentando recordar, con todas mis fuerzas. No puede estar pasando esto ahora. -¿Todo bien?-pregunta Tom. Lo miro y asiento. -Si-afirmo. Tom frunce el ceño y ladea la cabeza. -¿Pasa algo?-pregunta preocupado. Trago saliva. Siento que me dará una crisis de pánico. Como puedo ser tan estúpida. Parpadeo y me muerdo el labio. -______ ¿Qué está pasando?-pregunta. Respiro hondo y suelto la bomba. -Me he olvidado de tomar mis píldoras anticonceptivas.
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