Oxford: parte 1

1151 Words
Mientras termino de lavar la loza, tocan la puerta y Tom abre. Harrison entra seguido de los gemelos. Paddy debe ir a la escuela, por lo que no podrá acompañarnos a nuestro paseo por Oxford. Martin y Zendaya nos encontraran en la estación, aparentemente, iban a tener un “desayuno romántico”, aunque ni puta idea que significa eso. -¿Están listos?-pregunta Harrison. -Casi-digo desde la cocina. -Tom ¿Qué paso con la mesa?-pregunta Sam. -Se rompió-respondo. -La done-dice Tom al mismo tiempo. Nos miramos y siento mis mejillas arder. -¿Se rompió?-pregunta Harry, arqueando las cejas. Hazza se cruza de brazos e intenta ocultar una sonrisa. -Se rompió, por lo que decidí donar la madera-dice Tom. -Aja-dice Harrison. Dejo el último plato que me quedaba por lavar y me seco las manos. Con la cabeza gacha me acerco al sillón, donde he dejado mi cartera y un abrigo. -Me gustaría saber cómo es que se rompe una mesa de madera-susurra Harrison a mi lado. Me volteo y lo empujo para que avance. -Cállate-digo entre dientes. Suelta una carcajada, y salimos del departamento. Si no fuese porque el viaje a Oxford ya estaba planeado, me hubiese quedado hablando con Tom. De hecho, pensé que hablaríamos durante la mañana, pero entre ordenar el desastre que habíamos dejado en la cocina y deshacernos de la mesa, no habíamos tenido tiempo. Era extremadamente incomodo estar con él frente a los demás, ya que se notaba la tensión en el ambiente. No estábamos en malos términos, pero tampoco en buenos. Estábamos en pausa, algo que había servido para preservar la paz, pero que no duraría por siempre. Cuando ya vamos en el tren, Martin se sienta junto a mí, y Zendaya junto a Tom en otro compartimento. Frente a nosotros esta Harrison, que en el momento que se sentó se puso a dormir y a roncar. -¿Y?-pregunta en español mi mejor amigo. Suspiro. -Aun no arreglamos nada. -Y sin embargo, tienes un chupón en el cuello-dice. Volteo a mirarlo, con los ojos como platos. -¿Qué?-pregunto, y me toco el cuello. Martin se ríe. -No puedo entender cómo, si estas enojada con él, puedes acostarte con él-comenta, sin parar de reír. Le doy un manotazo en el brazo. -Tintin, míralo-digo, y lo señalo a hurtadillas-. ¿Enserio crees que podría resistirme a eso? No soy tan fuerte. -Eres muy especial-dice. Me encojo de hombros. -¿Cómo esta Zendaya?-pregunto. Martin suspira. -Triste, pero me ha dicho que han hablado las cosas, no como otros-dice, mirándome fijamente. Ruedo los ojos. -No me juzgues-digo. Apoyo mi cabeza en su hombro y suspiro.- Voy a dormir. Cierro mis ojos y lo último que recuerdo, es el color verde de los árboles que se ven como una mancha por la velocidad con la que el tren avanza. -______-dice Martin, sacudiéndome el hombro. -Mmm. -Estamos por llegar, despierta. Abro los ojos y estiro los brazos. Siento que hace cinco segundos me quede dormida, más la hora del reloj del tren indica que han pasado dos horas. Cuando el tren se detiene, me levanto y espero a que abran las puertas. Harrison parece un zombie, trastabillando mientras camina, apoyándose en las paredes. -¿Qué haremos?-pregunta Sam, mirando la estación.- Hacia mucho que no venía acá. -Yo tengo una reunión en veinte minutos-digo, y miro mi teléfono. -¿Qué tal si van a ver el mercado y yo acompaño a ______ la universidad?-pregunta Tom. -Me parece una buena idea-dice Harry. Tom voltea a mirarme y asiento con la cabeza. -Nos encontramos en la biblioteca en una hora más-dice Tom. Salimos de la estación y nos separamos. Tom se ajusta la gorra y las gafas de sol antes de comenzar nuestro camino hacia la universidad. Me siento nerviosa por la reunión, y tener a Tom a mi lado no ayuda mucho. Me gustaría hablar, pero temo que después acabe en desastre como ayer, y no puedo perder esta reunión. Así que en completo silencio nos encaminamos al campus. Tardamos diez minutos en llegar a las oficinas de admisión, una amable señora de unos cuarenta años, cabello n***o azabache y tez morena anuncia mi llegada, y me ofrece esperar a Marlene King, la jefa del departamento de servicios estudiantiles, en una de las bancas. Me siento y juego con mis dedos, intentando controlar los nervios, y por supuesto, fracasando. Mi cuerpo no deja de tiritar. -Todo saldrá bien. Ya te han aceptado ¿Por qué estás tan nerviosa?-pregunta Tom. Lo miro y suspiro. -Si no me convalidan los ramos que pido, será como estar nuevamente en segundo año, y yo estaba ansiosa por salir de la universidad-replico. Tom sonríe y toma mis manos entre las suyas. -Eres increíblemente inteligente y talentosa, estoy seguro que todo saldrá bien-dice Tom. Sonrió y respiro hondo. -Señorita ______-dice la secretaria.- La señora King la está esperando. Trago saliva, le doy una última mirada a Tom y me levanto. Camino con paso decidido hacia el interior de la oficina. El interior del lugar tiene paredes lisas pintadas de un color azul marino, el piso es de madera oscura. Hay múltiples diplomas colgados en las paredes. A mi derecha, está el escritorio de la jefa, y detrás, una enorme estantería llena de libros. -Buenos días, señorita ______-dice Marlene, levantándose del escritorio y tendiéndome la mano. Me acerco y estrecho su mano. Es una señora mayor, su cabello castaño deja entrever unas cuantas canas, y sus ojos son cafés. -Buenos días-digo con una sonrisa. -Por fin nos conocemos en persona-dice.- Por favor, tome asiento. Tomo asiento y entrelazo mis dedos, tratando de controlar los nervios que me causa estar en aquel lugar. Marlene se sienta, se coloca sus gafas y abre una carpeta azul oscuro que hay sobre su escritorio. -Su entrevista fue bastante satisfactoria, recibimos siete cartas de recomendación de académicos de su universidad y una del decano. Su historial académico es realmente impresionante. El único problema aquí es que algunos de sus ramos no se ajustan a nuestras exigencias académicas-comenta. -Muchas gracias-digo. Me aclaro con disimulo la garganta y comienzo a hablar.- Justamente de esos ramos quería hablar. Entiendo que debería comenzar desde segundo año si no se convalidan aquellos ramos, me gustaría saber si es posible conversar de ello, actualmente estoy cursando mi penúltimo año, tal vez con las actividades que estoy realizando actualmente estas se logren adecuar a lo que exige la universidad. -Me temo que no es posible. Aunque ambas sean carreras de la salud, Medicina y Enfermería son carreras bastante diferentes, en especial en el razonamiento y la practica-dice Marlene. Abro los ojos como platos. Intento procesar lo que me está diciendo. -¿Medicina?-pregunto. Marlene frunce el ceño y rebusca en la carpeta. -Sí, Medicina-dice leyendo.- Su solicitud fue transferencia de Universidad y cambio de carrera, Oxford no tiene escuela de enfermería. Parpadeo sin poder creerme lo que estoy escuchando. Santa mierda digo para mis adentros. -Y partiría en tercer año, ya ve que no podría convalidar sus actividades prácticas, pero si los ramos de bioquímica, biofísica, fisiopatología y microbiología. De segundo año solo tendría las actividades prácticas, y de tercer año farmacología. Costará un poco adaptarse, pero estoy segura de que usted podrá-dice, y sonríe. Oh por Dios. Fui aceptada para estudiar Medicina en Oxford, y ni siquiera lo intente.
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