If I go

555 Words
-Prométemelo, Tintin-le repito.- No pongas esa cara, es solo una forma de asegurarme en caso de que… de que las cosas se vayan a la mierda. Thor no puede quedarse con mi madre, sabes que ella lo engordara hasta que el pobre no pueda levantarse del suelo. -______...-dice mientras se limpia las lagrimas de las mejillas. Desde que le dije que me operarían nuevamente, no ha dejado de llorar, y yo realmente necesito que me preste atención. -No puedo pensar en que mueras-dice, y solloza. Ruedo los ojos. Le doy un manotazo en el hombro para que espabile. -Por todos los cielos, Martin, es una simple garantía. No moriré. -¿Entonces por qué dices esas cosas?-solloza. Cojo el borde de su camisa y lo tironeo para que de una vez por todas, deje el melodrama. -Escúchame bien. Deja de llorar como un bebe. Simplemente estoy haciendo mi plan M ¿de acuerdo? No planeo morir, ni ahora ni en varios años-le digo entre dientes. Martin traga saliva, mirándome con ojos asustados. -¿Plan M?-pregunta. Pongo los ojos en blanco. -Sí, ya sabes. Plan M, de muerte-explico. Vuelve a poner una expresión de dolor, pero arqueo las cejas y su expresión cambia al miedo. -¿Thor? -Conmigo-dice. -¿Y Tom? -Le diré esa cursilería que me has dicho-dice. Le doy un manotazo en el brazo.- Auch. -Y mis padres… -La otra cursilería-susurra. Le doy un manotazo más fuerte en el brazo.- ¡Auch! No deberías golpearme, te hare un favor. -Sabes que no será necesario-le digo, con ojos entrecerrados. Martin sale de la habitación justo antes de que entren los camilleros y el doctor para trasladarme a pabellón nuevamente. Suspiro, preparándome para otra entretenida intervención (nótese el sarcasmo). Tom no se lo tomo de la mejor manera, y Martin se había transformado en un manojo de nervios. Necesitaba ver a Tom, pero no en ese estado, sino como mi Tom, ese que dice boberías, y luego es un romanticón que hace que mi corazón estalle de felicidad (no literalmente, supongo que tal vez debería dejar de hacer bromas con mi corazón), el que me hace sentir tan jodidamente bien, a ese que con solo una mirada provoca que las piernas me tiemblen. El Tom de ahora es como un zombie, y me duele verlo así. Mientras esperan al elevador, mis padres llegan a mi lado, besan mis mejillas y me sonríen. Observo a Tom tras ellos, que intenta disimular su dolor, pero lo conozco demasiado bien como para no saber que detrás de esa expresión calmada y controlada, está bajo un terrible sufrimiento. Se acerca a mí, acaricia el borde de mi labio con su pulgar, sin atreverse a mirarme a los ojos. -Te amo, ¿lo sabes?-susurro. Por fin sube la mirada y sonríe sin ganas. -Y yo a ti. Tienes que volver conmigo, hay tantas cosas que tenemos que hacer, así que pobre de ti si vas a la luz, no me importa que tan linda sea-me dice, y nos reímos bajito. -Nada es más lindo que tú-le digo. Se inclina para darme un corto beso. Las puertas del elevador se abren. Doy una última mirada a Tom y a mis padres, y los camilleros aprietan el botón para cerrar las puertas. Rezo para mis adentros que todo salga bien, que mi corazón por alguna vez en la vida se comporte y no me haga sufrir. Rezo por poder a mis padres y a Martin de nuevo, y especialmente, rezo para ver a Tom de nuevo.
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