Pequeña sorpresa

2657 Words
Cuando termino de ducharme, me coloco unos shorts de mezclilla oscuros y una camiseta turquesa de manga corta, con escote en V que tiene un bordado en el borde inferior. Me coloco unas sandalias bajas color beige, ya que hace bastante calor para ser primavera. Salgo de la habitación secando mi cabello con la toalla. Tom ha conseguido una suite aún más grande esta vez, con varias habitaciones para sus hermanos y Harrison. Zendaya y Martin tienen la suya propia. Me he sonrojado demasiado cuando me ha dicho que dormiremos en la misma habitación, pero dado que estuvimos así en Londres, no sé por qué sería diferente ahora. Harrison y sus hermanos nos iban a estar esperando en el vestíbulo para almorzar, y después de eso supongo que me dará la sorpresa. O más bien dicho, nos dará, ya que también incluye a Martin. Tom está en un sillón sentado hablando por teléfono. Al verme, me guiña un ojo. Mi mochila se ha quedado en una silla, donde llevo mi maquillaje. Lo cojo y dejo a Tom solo en la sala. Siento que está tramando algo, ya que hablaba demasiado bajo por teléfono. Vuelvo al baño de nuestra habitación y dejo la toalla en el calentador de toallas. Tomo el secador y comienzo a peinarme mientras seco mi cabello. Cuando acabo, este ha quedado con muchísimo frizz, formándose algunas de mis incorregibles ondas, sobre todo en los cabellos de mi frente. Ni modo, no voy a plancharme el cabello por eso. Me encrespo las pestañas y coloco un poco de mascara. No quiero arreglarme más. Recuerdo que al principio, cuando los paparazis me seguían, iba siempre muy bien peinada y arreglada. Sí, soy muy vanidosa. Pero al cabo de dos semanas me rendí, ya que no importara si iba arreglada como para una gala, siempre encontraban la forma de sacar fotos en mis peores momentos. Ya sea comiendo, cuando tropezaba, cuando salía de los primeros turnos de la práctica, en que no importara cuanta base me echara, las ojeras me llegaban al piso. En mi frente se ve una pequeña espinilla comenzando a salir. Le coloco un poco de corrector y listo. Salgo de la habitación. Tom me espera sentado en el borde del sillón. Le sonrío y me acerco corriendo para acercarme. Mis manos toman sus mejillas y lo acerco a mí para besarlo. Sus manos, inmediatamente se ciñen a mi cintura y me aprieta contra él. Su boca se entreabre, y el mundo a mi alrededor desaparece. Por fin solos, puedo besarlo sin miedo a los paparazis, a que nuestros amigos nos molesten, a que nos interrumpan. Mi lengua roza la suya, y rodeo su cuello con mis brazos, como si pudiese acercarme aún más a él. El beso comienza a profundizarse y subir de intensidad. Tom se levanta, y comenzamos a caminar con torpeza, y chocando con varios muebles, hasta llegar a la encimera de la cocina (porque si, la suite tiene cocina). Sin mayor esfuerzo, me sube a la encimera, quedando yo más alta que él. Mis piernas se abren para dejarlo acercarse más, y rodean su cintura. Sus manos bajan hasta el borde de mi camiseta y se cuelan por debajo, tocando mi espalda. ¿Cómo es posible extrañar tanto a alguien? Cada parte de mi piel siente la necesidad de tocarlo, de sentir su piel contra la mía. Es como si no importara que tan cerca estemos, mi piel quiere fundirse con la suya. Mis dedos se enredan en su cabello, que está algo más corto que la última vez que lo vi. Con cuidado, muerdo su labio con ligereza, y él jadea. No me importa cuál sea la sorpresa, lo único que quiero es quitarle la ropa. Todo lo demás puede esperar. Sin embargo, parece que sus planes son diferentes, porque de pronto aleja su cara y se separa un poco. Frunzo el ceño y lo miro. Sus manos siguen debajo de mi camiseta, pero la distancia que ha generado entre nosotros me molesta. Necesito tenerlo cerca. Sonrío con las mejillas sonrojadas y toma una gran bocanada de aire. -Me encantaría continuar, pero me temo que debemos ir a almorzar-dice con la voz apretada. Como mis piernas siguen rodeándolo, las aprieta y lo acerco a mí. -Eso puede esperar-susurro contra sus labios, y lo beso de nuevo. Se ríe y se aleja nuevamente de mí. Suelto mi agarre y me cruzo de brazos enfurruñada. -¿Qué?-pregunto molesta. Él se ríe a carcajadas. -¿No quieres ver la sorpresa?-pregunta. Ruedo los ojos. -Si… pero prefiero estar aquí, contigo-le digo, ladeando la cabeza y mordiendo mi labio. Se ríe y se acerca a mí, coloca sus manos a mi lado y suspira. Una de sus manos acaricia mi mejilla y coloca un mechón de mi cabello tras mi oreja. -Te aseguro que yo también quiero-dice con voz pausada.- Pero de verdad debemos ir abajo. Suspiro resignada y le sonrío. Me acerco un poco al borde y coloco mis brazos en sus hombros. Me inclino y entrecierro los ojos, mirándolo fijamente a sus ojos. -Me la debes-le digo. -Créeme que te compensare-replica con voz ronca. Me toma de la cintura y me ayuda a bajar de la encimera. Cojo mi teléfono que he dejado cargando en la sala de estar y salimos de la habitación. Caminamos por el pasillo cogidos de la mano, hasta llegar al ascensor. -¿Crees que deba llevar pañuelitos para la película? Para llorar-le pregunto mientras bajamos. -Definitivamente-dice. -Espero que Capitán América no muera, aunque es obvio que lo hará. Según los comics, moría en Civil War-digo, haciendo una mueca. Me mira con el ceño fruncido. -¿Y no te preocupa que mi personaje muera?-pregunta. -Por supuesto, pero no morirás. No podrías haberme ocultado eso-le digo, encogiéndome de hombros. Me mira, haciéndose el ofendido. -¿Crees que no puedo mantener algo en secreto?-pregunta. Las puertas del ascensor se abren. -No-replico, y me rio ante su incredulidad. El restaurant del hotel está a media capacidad. Las mesas, redondas y cubiertas por un mantel color damasco, tienen en el centro un florero con un simple y hermoso ramo de camelias. Avanzamos hasta el fondo, a un lugar más apartado de las demás mesas. Allí, están Harrison, Harry, Paddy, Sam, Martin y Zendaya. Apenas nos ven, Harrison y los hermanos de Tom se levantan de sus asientos para saludarme. Paddy corre a mis brazos, y me agacho cuando ya estoy cerca para abrazarlo. -¿Cómo estas peque?-le pregunto cuando nos separamos. -Muy bien. ¿Y tú? Tom nos ha contado que hay una enfermera insufrible-dice preocupado. Sonrío ante la ternura de este pequeñín. -Hay días buenos y días malos. No es nada que no pueda soportar-respondo. -Hola cuñadita-dice Sam. Me rio y nos abrazamos.- Se demoraron bastante allá arriba. -Sí, ¿Qué estaban haciendo?-pregunta Harry. Suelto a Sam y lo miro con mala cara. -Estaba duchándome-replico. Harry se ríe y me da un gran abrazo, levantándome del suelo. -No te enfades, gruñona-me dice. Me deposita en el suelo y se acerca Harrison. Estos meses hemos hablado menos que los anteriores, aunque no fue algo personal, sino que, debido a mis clases, tengo poco tiempo para comunicarme con cualquiera, incluso con Tom. -¿Cómo está la verdadera vengadora?-pregunta, haciéndonos reír a todos. -Muy bien, ¿y tú hadita?-le pregunto en respuesta, haciéndole recordar mi primera venganza. Me abraza, me levanta del suelo y comienza a girar. -¡Hazza, bruto!-le grito. Se ríe y me deposita en el suelo, junto a Tom. -Una calurosa bienvenida-me dice. Los demás se ríen. Pierdo un poco el equilibrio, pero Tom me sostiene del brazo, entre carcajadas ante mi expresión enfurruñada. -No me provoques, Osterfield, ya sabes qué pasa cuando me haces enojar-le digo. Un gran “uh” recorre a nuestro grupo. Harrison levanta las manos y agacha la cabeza. -Tranquila-dice.- Mejor déjale las venganzas a los Avengers. -A propósito de eso ¿todos irán a la avant premier?-pregunta Martin. El almuerzo es muy agradable. Es como un reencuentro entre viejos amigos. Me cuesta creer que hace poco menos de un año los haya conocido. Nos reímos un montón, conversamos de mis prácticas, de los nuevos proyectos de Tom y Zendaya, esta última protagonizara una nueva serie para HBO. La felicite, por supuesto. Luego, conversamos de mi nueva vida. Tom ha sido bastante acosado por los medios estos últimos meses, constantemente preguntándole por mí. Cuando terminamos e comer, nos sacamos una selfie y Harrison la sube a sus historias. La comparto en mi **, y rápidamente recibo miles de respuestas. Por recomendación de Zendaya, he decidido no ver los comentarios de la gente. Desde que todo exploto, Zendaya ha sido mi “gurú” en r************* , ya que algunos eran bastante despiadados con sus palabras. Es realmente una suerte que no sea tan aferrada a las r************* . -Bien, creo que es hora de la sorpresa-dice Tom. -¿Vamos a tu suite?-pregunto, pero él niega con la cabeza. Sus hermanos y Harrison se ríen. -Vamos al bar del hotel-sentencia Tom. Miro a Martin y él se encoge de hombros. Al parecer, Zendaya tampoco le ha dicho nada. Caminamos entre las mesas, atravesamos el vestíbulo y doblamos a la izquierda de recepción, donde hay unas mamparas que dirigen hacia la piscina. No tengo idea de dónde queda el bar del hotel, así que solo sigo a Tom, Martin va detrás de mí, junto con Zendaya. Cada cierto tiempo le doy una mirada preocupada. Quizás que cosa se le ha ocurrido a Tom ahora. Atravesamos unas grandes puertas de madera. Dentro, el lugar tiene piso de madera, las paredes con paneles que tienen madera del mismo color hasta la mitad, y el resto, es papel tapiz verde oscuro. A mi derecha hay una mesa de pool, que se encuentra vacía. A la izquierda, dos puertas que indican el baño. La luz es algo más tenue en el lugar. Está completamente vacío. Pasamos junto a la barra, que también está vacía. Frunzo el ceño, eso me parece algo raro. Frente al bar hay unos sillones y sofás que se posicionan en semicírculo frente a una gran pantalla de televisión. Nos sentamos en unos taburetes. A la izquierda del bar, hay unos grandes ventanales que dan hacia un patio interior, y que tienen un letrero que indica que es la zona de fumadores. -¿Qué hacemos acá?-pregunto a Tom. Levanta mi mano que tiene cogida y la acerca a su boca para darle un beso. -Esperar la sorpresa. Frunzo el ceño y abro la boca para preguntar, pero el sonido de las ventanas abriéndose me lo impide. Levanto la mirada, y mi boca se abre hasta caer al suelo. Robert Downey Jr, si, “Ironman”, entra por el ventanal, vestido con jeans oscuros, una chaqueta oscura y una camiseta roja. Se quita sus gafas de sol y nos da una mirada a todos. Pero eso no es todo, detrás de él, Chris Hemsworth, con una camisa de manga corta celeste y bermudas beige. Y por si eso fuera poco (y aquí es cuando mi corazón se detiene y muero), Chris Evans entra tras Chris Hemsworth, con una camiseta roja oscura de manga corta, que se ciñe a su musculoso torso. Ahora podría morir en paz. Tom se levanta del taburete, y suelta mi mano para acercarse a saludarlos, al igual que Harrison y los hermanos de Tom. Por el rabillo del ojo, veo a Zendaya obligar a Martin y a levantarse del sofá. Se acerca primero a Robert, lo saluda y luego señala a Martin. -Mi novio, Martin-dice Zendaya. Robert le ofrece la mano a mi mejor amigo, pero no reacciona, Zendaya le da un empujón y por fin Martin recobra el movimiento. -Señor Downey… es un honor-dice Martin con voz sofocada. No soy capaz de moverme de mi asiento. Tom se acerca a mí, escucho las risas de Harrison y Sam, mientras Harry está grabándome con su teléfono. -¿Quieres conocer a los vengadores?-me pregunta Tom. Lo miro aterrada. Quiero poder ser capaz de ir y hablar como si fuesen cualquier persona, pero no soy capaz, estoy en shock. Siento que hace el ridículo. Tom me toma le mano y me jala con suavidad, para que lo siga. Trago con fuerza mientras nos acercamos a Robert. Dios, por favor no me dejes hacer el ridículo pienso. -Ella es mi novia, Robert. ______-dice Tom, presentándome. Trago saliva con fuerza, y me ofrece la mano. -Así que tú eres la chica que ha conquistado a Tom-dice Robert. Cojo su mano y la estrecho. Su agarre es fuerte y decidido. Probablemente mi palma este sudorosa, pero ningún gesto de asco.- Un placer conocerte finalmente, ______. -El placer es mío-digo en voz baja y agobiada. Tengo miedo de que de la nada comience a gritar. Robert me sonríe. -¿Esta es tu novia, Holland?-pregunta Chris Hemsworth, acercándose para posicionarse detrás de Robert. -Así es, se llama ______-dice Tom. Chris me ofrece su mano y la estrecho, algo más compuesta tras pasar el shock inicial. -Buenas tardes, señorita-dice Chris Hemsworth n español. Claro, su esposa es española, obviamente el habla un poco. Me rio, nerviosa. -Un placer conocerlo-le digo en español. Tom me coge de la mano y me acerca al último invitado. Amo a Tom, con mi alma, pero Virgen santísima, Chris Evans es una obra de arte, esculpido por el mismiso Michael Ángelo. Al verme sonríe y se acerca a nosotros. -Chris, mi novia, ______-dice Tom. -Ah, finalmente te conocemos, _______-dice Chris Evans. Estrecho su mano, sin poder emitir palabra.- Tom no paraba de hablar de ti. Robert y Chris Hemsworth comienzan a molestar a Tom. Me cuesta creer que hablen con total naturalidad frente a nosotros. Miro a Martin, y su expresión lo dice todo. Es como si fuese un niño de seis años recibiendo el regalo de navidad que quería. -¿Qué tal si nos sentamos?-pregunta Chris Evans, señalando los asientos. Nos sentamos. No soy capaz de hablar. Aun no me creo que esta haya sido la sorpresa. Mientras me acomodo en el sillón, junto a Tom y Martin, intento recobrar la compostura y obligar a mi cuerpo que me obedezca. Son dos reglas simples que necesito establecer en este momento: no hacer el ridículo, y actuar con normalidad. Me parece imposible lograrlo. -Y dinos, ¿Tom ya te ha contado todo lo que ocurre en la película?-pregunta Robert bromeando. Nos reímos, todos menos Tom, que rueda los ojos. -Increíblemente, no-replico, algo más segura de mi misma. -Vaya Holland, eso sí es un logro-le dice Chris Hemsworth. -¿Saben que me tiene un sobrenombre?-les comenta Tom. -¿Cuál?-pregunta Robert. Tom me mira y me anima a decírselos. -Spoilerman-digo en voz baja, haciéndolos reírse a carcajadas. -Eres muy ingeniosa-dice Chris Evans, y automáticamente me sonrojo como un tomate. -¿Cómo alguien tan inteligente puede salir contigo?-le pregunta Chris Hemsworth, a modo de broma. -Muy gracioso-le dice Tom, entrecerrando los ojos. -¿Y cómo se conocieron?-pregunta Robert. Miro a Tom y sonrío. Paddy comienza a comentarle lo ocurrido durante la cena, como el sangro la nariz y todo eso. A medida que vamos hablando, pierdo la vergüenza y el shock inicial, y  hablo más. Cuando finalmente nos despedimos y se van, me siento feliz de haber hecho tanto el ridículo (y digo tanto, ya que gracias a Harrison y los gemelos he quedado expuesta como la “vengadora oficial”). Los acompañamos hasta la entrada trasera y los observamos irse. Bueno, en realidad yo solo observo a uno, a Chris Evans. No logro despegar mis ojos de aquella escultura humana. -Vaya Tom, parece que ______ no tiene ojos para ti-dice Harrison bromeando. Lo miro y lo fulmino con la mirada. -No debiste presentarle a su amor platónico-acota Sam. -Creo que tienes algo de baba aquí-me dice Harry, señalando la comisura del labio. -No me provoquen-les digo entre dientes. Sus risas se desvanecen y se miran entre sí. -¿Es tu amor platónico?-pregunta Tom. Dirijo mis ojos a él. Lo pregunta en broma, aunque puedo ver que esta algo celoso. -No… bueno, sí. Es uno de ellos-digo, y luego me arrepiento. Harrison y los gemelos se ríen con fuertes carcajadas, y Tom me mira con ojos como platos. -¿Uno de ellos?-pregunta. Aprieto los labios, y miro a Martin de reojo, que intenta contener su risa, sin éxito. -¿Qué tal si vamos a la piscina?-pregunta Zendaya. La miro agradecida. Podría saltar a sus brazos en este instante, lo juro. Los demás asienten y comienzan a avanzar. Doy un paso, pero Tom coge mi mano y me gira, atrapándome entre sus brazos. -No te salvaras tan fácil-susurra, y acto seguido me besa.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD