El escandalo

1114 Words
A la mañana siguiente, todos parecemos muertos vivientes, tomando altas dosis de café para intentar aliviar la resaca y el haber trasnochado. Me siento nostálgica, hoy es el último día que estaremos todos juntos. Mañana por la tarde, volveremos con Martin a nuestra mundana vida. -Queda poco para tu cumpleaños-susurra Tom en mi oído, mientras le doy una mascada a un muffin de arándano y frambuesa. Me volteo a mirarlo. -Como una semana-le digo, encogiéndome de hombros. El me da una sonrisa torcida que me derrite el corazón. -Ocho días, pero ¿Quién lleva la cuenta?-sentencia, y me guiña un ojo. Ruedo los ojos y le doy un leve empujón con el hombro. Tom coge mi mano libre por debajo de la mesa, y con su pulgar acaricia mi dorso, formando pequeños círculos. Mis ojos se quedan clavados a los suyos. Como me gustaría tenerlo junto a mi todos los días, o al menos, más seguido. La ausencia estos dos meses fue demasiado, no sé cómo lograre soportarlo cuando esté trabajando y no tenga tiempo de ir a verme, ni yo a él. Seria increíble ganar la beca, así lo tendría un poco más cerca. -La mierda que los pario-dice Zendaya de pronto, botando el tenedor que tenía en su mano sobre el plato, sonoramente. Nos volteamos a mirarla, e incluso algunos curiosos del comedor también la observan atentamente. Sus ojos están algo desorbitados, clavados en lo que sea que este viendo en la pantalla de su teléfono. -¿Con esa boca le das besos a Martin?-pregunta Harrison, y suelta una carcajada. Martin, que está junto a Zendaya, también mira con expresión preocupada la pantalla.- Vamos, fue chistoso-insiste Harrison, al ver que nadie se ríe. La expresión de Martin me inquieta. Algo malo, muy malo, ha sucedido. Noto como me mira de reojo, intentando que no lo descubra. Es sobre mi, estoy segura. ¿Qué habrán inventado ahora los medios? -¿Qué está pasando?-pregunta Paddy preocupado. Zendaya por fin levanta la vista de su teléfono y mira a Tom y a mí. Mi corazón comienza a acelerarse. Ella suspira, y estira el brazo para mostrarnos lo que tanto la ha consternado. Un titular en rojo dice “Breaking news”, y bajo este, en grandes letras negras, el escandalo más grande de toda mi vida: “Tom Holland se casa”. Dejo caer mi muffin al suelo, y Tom toma el teléfono con agilidad para que lo leamos más de cerca. Bajo los titulares, una fotografía de nosotros en la avant premiere, y luego a los lados, una fotografía mía mostrándole el anillo a Scarlett Johansson. Recontra mierda pienso. -¿Alguien nos quiere explicar qué demonios está sucediendo?-pregunta Harry, mirando de Zendaya a Tom y viceversa. -¿Es algo de la película?-se aventura Sam. -No-niega Zendaya. -La nueva pareja, a la que se les vio muy acaramelados durante los últimos días, al parecer ha decidido sellar su amor de manera definitiva. No ha pasado por alto un hermoso anillo que ______, novia de Tom Holland, llevaba puesto en su mano izquierda durante la Avant Premiere de Avengers: Infinity War. Si bien aún no se confirman estos rumores, no podemos pasar por alto aquel gesto. Esperamos tener pronto confirmación del compromiso por fuentes oficiales, y mientras tanto, celebramos a la feliz pareja-lee Tom. -No tenía idea de que me iba a casar-suelto, con sarcasmo. -¿Cómo ha logrado colarse un paparazzi a la fiesta?-pregunta Harrison, con el ceño fruncido. -No lo sé-dice Tom, sin despegar sus ojos de la noticia. -Espera, ¿de qué anillo están hablando?-pregunta Sam. Tom levanta la cabeza. El rubor se extiende rápido por sus mejillas, al igual que por las mías. Nos miramos de reojo. Un anillo suena como algo bastante serio, y no es algo que me gustase revelar a los cuatro vientos, sea o no de compromiso. Y de cierta manera, es un anillo de promesa, o lo que sea. Paddy suelta una exclamación y se levanta de golpe de la mesa. -¡¿Se van a casar?!-pregunta emocionado. La gente a nuestro alrededor nos queda mirando. -¡NO!-gritamos Tom y yo al unísono. -¿Pero si hay anillo?-pregunta Harry, entrecerrando los ojos. Volteamos a mirarlo. -Si-musitamos. -Vaya, hermanito. Supongo que ahora debemos comenzar a llamarte cuñada, ______-dice Sam, burlándose. Lo fulmino con la mirada. -Tenemos que hacer algo-sentencia Tom, ignorando a su hermano. -Ya lo creo, si mis padres llegan a ver eso les dará un infarto-le digo. -Yo creo que lo mejor sería ignorarlo, si le ponen atención, mas hablaran de ello-comenta Zendaya. -Z, están hablando de matrimonio. No me importa lo que pueda decir la gente, pero si mis padres, y no estarán felices-le digo. -Podrían subir un video burlándose de la noticia, ya sabes, como lo hicieron Ashton Kutcher con Mila Kunis, y diciendo algo como “Tom ¿supiste que nos vamos a casar?”-sugiere Harrison. -No es una mala idea. Tómenselo con humor, y la gente sabrá que son solo rumores-agrega Martin. Abro la boca para replicarles, pero entonces mi teléfono suena. Resoplo. Espero que no sean mis padres por la noticia. Saco el teléfono de mi bolsillo del short y veo la pantalla. Un número desconocido, y abajo, sale que la llamada proviene de Inglaterra. Miro a Tom, que está escuchando la opinión de Zendaya. Me levanto, pido disculpas en voz baja y me alejo hacia el vestíbulo para contestar. -¿Diga? -Buenos días, ¿con la señorita ______ ______?-pregunta una voz femenina con el típico acento británico. -Sí, con ella. -Habla usted con Marlene King, jefa del departamento de becas y servicios estudiantiles de la universidad de Oxford-dice ella. Mi corazón se detiene, y de pronto no tengo voz para siquiera decir hola.- Espero no haberla incomodado por la hora. -N-no-tartamudeo.- Son las ocho de la mañana. -Ah, perfecto-dice Marlene.- Me comunico con usted ya que hemos recibido su solicitud de transferencia y beca para estudiar en nuestra institución, ¿correcto? -Si-afirmo, sintiendo mi boca seca. -Hemos analizado a los candidatos y quedamos muy satisfechos con su currículo y entrevista. Normalmente entregamos los resultados a principios de mayo, pero como también ha solicitado una beca, hemos decidido comunicarle antes que ha sido aceptada su solicitud de transferencia, con una beca que cubre un ochenta por ciento el arancel. Oh por dios. Por los mil demonios. Santa madre de los cojones. -¿Señorita? -Sí, estoy aquí-digo, apresuradamente.- Me ha tomado por sorpresa. -No se preocupe. Pronto nos comunicaremos por correo electrónico con los detalles del inicio del semestre, el arancel y la residencia, para que logre hacer los procesos de traslados con su universidad y su país. -Muchas gracias-digo, aun aturdida. -No hay de qué. Estaremos en contacto, que tenga una buena mañana-dice Marlene, y cuelga. Dejo caer mi brazo, sin mirar a nada en particular. Estoy en shock. No me esperaba ser aceptada, menos aún que me lo dijeran antes de tiempo. Una mano en mi hombro me hace voltear y salir de mi ensimismamiento. Tom me mira preocupado, y coloca una mano en mi mejilla. -¿Qué ha ocurrido?-pregunta. -Me han aceptado en Oxford.
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