Flor
Me hubiera gustado ver la cara de pocos amigos de Lorenzo, bueno, en fin, creo que acabo de sobrevivir al demonio.
—Listo hija, ¿Te puedo llamar así, verdad?. —Asentí ante las palabras de Álvaro, en verdad es muy amable conmigo y siempre trata de consentirme.
—Gracias Álvaro, en verdad está hermosa —dije llevando mis manos a la hermosa gargantilla de diamantes que Álvaro me acaba de colocar.
—Es tuya, tu madre se va a colocar feliz, ella tiene una igual, y yo quise que tú llevarás una igual —dijo, no pude evitar sonreír, y de paso sentir algo de nostalgia, Álvaro en verdad se esfuerza por ganarse mi cariño.
—Listo vamos, la noche es corta y no quiero que tú madre nos mate —dijo haciendo un ademán con su brazo, no dude en colgarme de él como un bendito chimpancé.
Empezamos a cami
