Lorenzo
Me gustó ver la cara de Flor, evidentemente se molestó al ver que vine en busca de esta mujer.
—¡Vamos! —dijo la chica con su fastidiosa voz.
—¡Quítate! —hable haciendo un ademán, alce mi mirada y Flor ya no estaba, creo que es hora de ir detrás de ella, no sé de qué será capaz de hablarle a mi padre.
Camine hasta donde se supone dónde estaban las camionetas, pero ni las camionetas y mucho menos flor están por ningún lado
—Carlos, ¿Se puede saber que diablos paso aquí? —pregunte al hombre que siempre va detrás de mí.
—Lo siento señor, no sé, en este momento averiguaré —dijo.
Caminé de lado a lado, en verdad estoy que me lleva el diablo.
—Señor en este momento una de las camionetas vienen hacia acá, la señorita Flor ordenó que se podían marchar —dijo.
Pero quién diablos se
