Victoire Jussieu.
Mi cuerpo se mantiene inmóvil mientras aún no salgo del shock que me provocaron las palabras de Michel, en un principio ni siquiera me imaginé que ella podría estar en España, a menos que Leonard la haya traído, sin embargo mis sospechas fueron confirmadas en el momento en el que dijo que Nard duerme con ella, eso explica porque la noche anterior salió después de creer que yo estaba dormida.
Nadie más que yo lo notó, pero es obvio que Michel tiene razón y que yo he hecho bien en no hablar en absoluto con Nard, no le he dado motivos para pensar que todo lo que ha pasado me ha afectado tan siquiera un poco, aunque lo ha hecho, no es fácil saber que la persona que amas te es indiferente, porque así parece que es.
Siempre he sido muy buen dándome cuenta de las cosas, solo que esta vez se me hace más difícil que en otros casos, porque hablamos de Nard, el de por si es un acertijo, si hablamos de sus sentimientos es un rompecabezas de mil piezas, se arma con paciencia hasta lograr ver la realidad del cuadro.
Sin embargo a pesar de creer conocerlo no puedo salir de mi sorpresa por lo que hizo, porque se supone que no me era del todo indiferente, la decepción cae sobre mi como un balde de agua fria y el entendimiento me llena de manera que solo recibo el abrazo que Levona, la chica a la que Sergio invitó me da.
Debo admitir que me sorprendió cuando me pidió que hiciéramos una cita doble para que la chica no se sintiera amenazada y asistiera, el antiguo Sergio no hacía nada por nadie más que por la familia, conseguir una pareja no era una de sus prioridades, por lo que ver que se interesó en una chica y que aún más sorprendente no era de su tipo en aquellos tiempos, me hace saber que Sergio ha cambiado muchísimo, su pérdida de memoria no trajo cosas malas, aunque debo admitir que extraño contar anécdotas con el hasta las cuatro de la mañana.
Era divertido, el había vivido muchas más cosas que yo, era mi maestro, mi mejor amigo, una de las mejores cosas de mi vida, ahora sigue siéndolo pero no es lo mismo, no cuando no recuerda que el era un pedacito de mi mundo.
Sé que será difícil, pero estoy dispuesta a esperar lo que sea necesario para que mi hermano vuelva a tener sus recuerdos, y si no los recupera... crearemos nuevos, porque ahora que lo tengo no pienso dejarlo jamás.
Me separo de Levona y me levanto de la mesa, mi hermano luce enojado, sin embargo yo muestro mi máscara de indiferencia, esa que dice que nada me va a detener ahora, si Leonard quiere ver mi lado frío pues, lo verá, porque además de verme la cara de estupida me hizo quedar mal frente a una desconocida, no me molesta en absoluto que sea ella, sino que tanto en Francia como en cualquier puto país me deben respeto, sin importar que no sea mi empleado, somos socios.
Yo nunca lo he hecho pasar una humillación como esa, no cuando estábamos fingiendo ser novios
-¿A donde vas?-pregunta Sergio levantándose, la chica hace lo mismo y ambos me siguen hasta afuera.
-A casa, pueden seguir en su cita, lamento las molestias-menciono buscando con la mirada un taxi.
-No te dejaré ir sola, mucho menos en taxi-afirma con el ceño fruncido y seguido de eso intercambia algunas palabras con la chica la cual asiente a lo que sea que le haya dicho, seguido e eso subimos al auto con dirección al edificio donde la recogimos.
La mirada de Sergio pasa ocasionalmente hacia mi por el espejo retrovisor, sabe que no estoy bien, aunque no estoy del todo mal aún me afecta el hecho de que por más que intenté llevarme bien con Nard nada funcionó.
Al llegar al edificio donde vive Levona mi hermano se baja del auto para abrirle la puerta, me quedo en mi asiento recostada y la chica se gira en para mirarme.
-No has llorado a pesar de lo que pasó, no lo hagas, no lo merece-me aconseja regalándome una sonrisa
Observo quieta como se baja del auto y me quedo un rato pensando en sus palabras, Sergio vuelve a subir sonriente y me alegro que el le vaya bien, porque todo esta tomando su curso, a pesar de los problemas que hemos tenido a causa de la mafia italiana, sin embargo nada de eso tiene importancia al tener a Sergio con nosotros.
Es una felicidad que despues de tanto tiempo de no tenerla no puedo describir.
Escucho como abren la puerta a mi lado y me sobre salto, miro a Sergio quien me extiende la mano haciéndome saber que ya hemos llegado a la casa, estaba tan sumida en mis pensamientos que ni noté en que momento llegamos.
Bajo del auto aceptando su mano y entramos a la casa, allí nos esperan Charles y Logan en la sala de estar donde están viendo televisión.
-¿Como les fue?-cuestiona el primero antes de levantar la mirada-¿Y Leo?
Les paso por un lado hasta entrar en la habitación y escucho como Sergio les cuenta lo sucedido, creo que ya estaba enterado de la situación, definitivamente esos dos son unos chismosos.
Me dejo caer en la cama sin siquiera cambiarme el vestido que tengo puesto y me quedo mirando al techo sin inmutarme, no quiero reaccionar aún con todo lo que ha pasado, aunque se que en algún momento deberé hacerlo.
Escucho la puerta principal ser abierta dado que aquí no hay aires acondicionados, todo se escucha, no se cuanto tiempo ha pasado desde que llegue, cierro los ojos fingiendo estar dormida y entonces lo escucho, la voz de Nard.
¿Que hace ese imbecil aquí? ¿No debería estar con Michel?
Minutos después de estar allá el abre la puerta de la habitación y yo sigo haciendome la dormida, mis ojos se mantienen cerrados hasta que enciende la luz, hago una mueca enojada por la intromisión y veo que Nard me busca con la mirada hasta que da conmigo en la cama.
-Tory.
No respondo y me giro para quedar de espaldas a el, cierro mis ojos para no prestarle atención pero entonces escucho sus pasos moviéndose hasta estar frente a mi, siento su respiración sobre mi rostro y solo abro los ojos.
Sus ojos castaños chocan con los míos y no puedo evitar ver la batalla en ellos.
-Lo siento.
-Tus disculpas no valen una mierda.
Suelto girandome al otro lado, Nard suelta un suspiro y da la vuelta a la cama para sentarse a mi lado.
Me siento mirándolo cansada y el niega con la cabeza.
-No fue mi intención Tory.
-Victoire para ti-espeto con frialdad.
-¿Que debo hacer para que me perdones?-pregunta y yo suelto una risa sarcástica.
-¿Que debiste hacer para no necesitar pedir disculpas?
-No es lo que tu crees-se excusa inútilmente.
Me levanto no queriendo escuchar nada más y el se acerca hasta la puerta antes que pueda salir.
-Escuchame, no quise...
-No importa Vial, ya pasó, no puedes devolver el tiempo, lo que sea que intenté olvidalo, no voy a esforzarme en agradar a una persona que ni siquiera disfruta mi compañía.
Intento rodearlo para abrirla la puerta pero el se pega a ella tomándome de ambos brazos.
-¿Quien dice que no disfruto tu compañía?-pregunta.
-El simple hecho de que me ignoraste después de obtenerla es motivo suficiente para creerlo-respondo y el aprieta la mandíbula.
-Tory yo no...
-No espero nada de ti Leonard, ya no.
Y con eso le doy un golpe en el abdomen que lo hace caer al suelo para luego salir corriendo a la sala donde están los demás, me siento con ellos como si no hubiera pasado nada aunque claramente debieron escuchar el golpe.
-Vamos a fingir que no ha pasado nada.
Todos asienten extrañados y finalmente nos quedamos en la sala viendo películas, desde ese momento decidí no dormir más con Nard, porque sé que eso incluye tener que estar con el a solas y eso justo ahora no es lo mejor para mi, no cuando tengo que procesar todo lo que ha pasado sin sentir que moriré en cualquier momento.
(...)
Después de todo lo que pasó la noche anterior mis ganas de vivir de resumieron a nada, porque a pesar de parecer una persona para nada emocional, es al contrario, todo parece afectarme, más cuando se trata de Leonard, sin embargo intenté levantarme del sofá antes de que los demás lo hicieran, les tranquilice diciendo que iría a la habitación en lo que terminara de ver una película, pero la realidad es que no, la idea era quedarme a dormir en el mueble.
Restriego mis ojos soñolienta y me siento estirandome, hago una mueca al sentir un leve dolor en mi cuello y se que es a causa de la posición en la que dormi.
Suelto un suspiro y entonces lo veo, Leonard se acaba de levantar y al verme en el mueble su ceño se frunce en sobre manera.
-¿Dormiste ahí?-interroga y yo me levanto tomando mi manta sin decirle nada, me dirijo al baño del pasillo y cierro con pestillo.
Suelto otro suspiro solo que esta vez de alivio y comienzo a lavarme la cara, cepillo mis dientes también y acomodo un poco mi cabello antes de salir.
Una vez lo hago dejo la manta en la habitación y me muevo perezosamente hasta la cocina donde ya están Sergio y April haciendo desayuno, esos dos se llevan muy bien.
-Buenos días hermanita, hay un mensaje para ti en mi teléfono.
Frunzo el ceño al ver como señala su móvil a su lado.
Me muevo hasta el y lo tomo mirándolo extrañada. Al desbloquearlo sale una conversación con el nombre de Levona.
Victoire, sé que no nos conocemos pero me encantaría invitarte a desayunar, te vendría bien distraerte.
Sonrío ampliamente y le entrego el teléfono a Sergio no sin antes compartirme el contacto de Levona.
Le escribo de mi teléfono para pedirle la dirección donde nos reuniremos y me muevo al baño para tomar una ducha, lo hago rápido para luego ponerme un short n***o, una sudadera roja y unas tenis del mismo color del short, me hago una coleta alta y no me maquillo para nada, tomo mi billetera y teléfono para luego salir a la dirección que ella me envía.
Nadie pregunta a dónde voy y Sergio sabe con quien saldré así que no tardo mucho en salir de la casa.
Al llegar al café el cual no es lejos de aquí busco con la mirada a Levona quien me dijo que ya estaba aquí, al encontrarla me acerco a ella y la verdad es que entiendo porque mi hermano se ha fijado en ella.
-Buenos días Levona.
-¿Que tal has pasado la noche?-pregunta y yo hago una mueca que lo dice todo.
-Dormí en el sofá y discutí con el, pero no ha pasado a mayores.
Menciono y es cierto, por lo menos no hemos terminado con una pistola en la cabeza del otro.
-Por lo menos llegó ¿No?
Asiento sin más pero la verdad es que hubiera sido mejor que se quedara con ella, hubiera sido más fácil para mí olvidarme de su existencia si lo hubiera hecho.
-Vamos a pedir el desayuno y hablemos de cualquier otra cosa.
Sonrío levemente por sus palabras y hacemos lo que dice, la verdad es que muy lindo saber que hay personas que pueden reconfortarte, aunque no te conocen pueden llenar tu vida de color con solo un pequeño gesto, porque Levona tocó una fibra sensible de mi ser y es esa que siempre quiso una amiga para contarle sus cosas, y ver series toda la noche.