Capitulo 41

2030 Words
Victoire Jussieu Los días fueron pasando con lentitud para nosotros, Claudio no volvió a atacar hasta ahora por lo que temo que vuelva a hacerlo, ese hombre no tiene límites para el rencor, sin embargo no es algo que me quite el sueño en este momento, el trabajo ha sido escaso, sin embargo estamos empezando a crear nuevo armamento para ofrecer al mercado. Desde la cena familiar no he vuelto a ver a Nard, puedo decir que ha sido un alivio para mi porque eso me afectaría más de lo que ya lo hace, después de lo que pasó con Michel no me atrevía siquiera a tocar el tema, me sentía humillada y traicionada aunque nadie supiera lo que pasó entre nosotros en mi oficina, porque nadie lo sabe, si no estoy segura que Charles hubiera sido el primero en hablar conmigo y me hubiera contado la perspectiva de Nard Sin embargo los dos reaccionamos muy parecido, reteniendo todo en nuestra mente sin contarle a nadie, porque las cosas que pasan entre dos personas es mejor que queden ahí, nunca se sabe que tanto se evita haciendo eso pero no quiero averiguar que puede pasar si lo contamos. Hay hechos que prefiero no recordar, algunos que si, solo que de un tiempo para acá me ha gustado la privacidad que engloba mi vida, si antes tenía una o dos personas que sabían todo de mi día a día, ahora no hay ni una, es por ello que a veces todas las emociones recaen sobre mi, porque no puedo desahogarme, solo llorar cuando ya no puedo más. Es la desventaja de alejarte de las personas, de desconfiar, que cuando necesitas a alguien te das cuenta que estás solo y es por tu propia culpa, solo que en este caso no me arrepiento, mientras más personas entren a tu vida más tendrán el poder de lastimarte. Y tengo tantos golpes y cicatrices que no quiero uno más, estoy bien como estoy aunque a veces dude de ello, quisiera decir que me siento bien todo el tiempo o que siquiera el trabajo y la rutina me mantienen ocupada pero la realidad es que ahora nada es como antes, desde que Sergio nos atacó al principio las ventas bajaron y mis ganas de continuar en la organización son nulas. Es como saber que vas por un camino sin salida, que te quedarás a la mitad y no sabrás que hacer, porque es así. No hay vuelta atrás y es difícil saber que al final no importa cuánto haya trabajado todos estos años, igual terminaré sin trabajo, con montones de dinero pero sin oficio en mi vida, talvez sea lo que merezco después de todo lo que he hecho, lo peor de todo es que sé que la situación con Nard es el karma golpeándome por haberlo culpado todos estos años. Porque el karma no perdona a nadie, yo no soy la excepción y ahora estoy pagando todo lo que he hecho, lo único bueno que tiene mi vida justo ahora es Sergio, quien ha ido recuperando sus recuerdos de a poco, a veces llega a mi lado y me abraza tan repentinamente que me quedo de piedra pero entonces me explica que ha recordado algún momento que pasamos y eso me llena de felicidad. Aunque hayan pasado tantas cosas seguimos aquí, tratando de que todo mejore a pesar de que hayan situaciones que se salen de mis manos, por otro lado hoy tengo que ir al hospital, sin embargo aún es temprano, me he pasado los últimos días en la sala de computación, ya los chicos se están extrañando de que pase tanto tiempo aquí, sin embargo quiero idear un plan grande para acabar de una vez con Claudio y no tener la preocupación de que vuelva a atacar, no es una mafia pequeña pero no es más grande que la nuestra así que nada es imposible. Solo hay que tener una buena estrategia. Escucho la puerta siendo abierta y por ella entra April, su rostro denota preocupación, algo poco usual en ella. Espero que llegue a mi lado y una vez lo hace mira las pantallas. —Han robado el cargamento que venía en camino—suelta ella dando dos clics a su tablet la cual conecta enseguida con las pantallas, allí empieza a mostrar las cámaras que monitoreaban el cargamento y estas son arrancadas, al dron le dispararon de manera que no tenemos visión de ninguna forma. Ni micrófonos, nada. Ese cargamento estaba a punto de llegar, no estaba tan lejos. —Los quiero a todos en las cámaras de la ciudad, ese cargamento debió haber llegado aquí hace una hora, no deben estar lejos. Enseguida todos empiezan a hacer lo que les mando y yo me posiciono en el medio para tener una vista panorámica de todas las pantallas. Mis ojos se detienen en la cámara que Michael revisa y entonces noto algo que el no. —Michael, la cámara que acabas de pasar, ponla otra vez. El hace lo que le pido y puedo ver el camión pasando. —La siguiente. Y así vamos viendo el camino que da la camioneta hasta salir de la ciudad por una calle que solo los nuestros conocen, por ende se sabe que tenemos un traidor. El camión llega a una bodega que evidentemente no es la mía y comienza a descargar las armas que hay adentro, mi enojo comienza a fluir al ver al chófer de la camioneta quien evidentemente es el traidor, al que no le daremos tiempo de irse. —April, reúne a todos, saldremos en cinco minutos, me vale madres si están comiendo o entrenando, quiero a todos afuera en cinco minutos—ordeno y ella sale corriendo a cumplir las órdenes. Salgo de la sala de computación y me dirijo a mi habitación, saco varias armas poniéndolas escondidas en mi ropa y voy directo a la habitación de Sergio, al entrar con mi arma en la mano hago una mueca al ver besando a levona. La chica se la pasa más aquí en París que en España. —Apresurate, tenemos trabajo, te quiero afuera ya. Le lanzo un arma importandome muy poco que la chica esté ahí, después de todo el debe contarle en que mundo vive, mucho antes de seguir saliendo con ella, si quiere hacerlo de manera formal debe saber en donde se está metiendo. Después de todo así como nosotros quien esté cerca está en peligro de igual manera. Salgo de la casa viendo que April hizo lo que le mandé y me llevo el teléfono a la oreja. —¿Vic? —Me vuelves a llamar así y te aseguro que no vives para contarlo, te espero en la calle oculta, nos han robado un cargamento. Cuelgo la llamada irritada por tener que llamarlo y subo a mi deportivo blindado junto a Sergio, este me mira divertido y yo no digo absolutamente nada. Manejo rápido con dirección a la bodega y pongo el manos libres para hablar con Michael. —¿Están ahí todavía? Dame noticias. —Todavía están ahí, están sospechosamente tranquilos. —Yo nunca reviso las cámaras, siempre he confiado en mis trabajadores, ellos lo saben, April fue la que se dio cuenta. Michael no dice nada más y yo continúo manejando hasta la calle oculta donde Nard ya nos espera, este se nos une junto a sus hombres y todos nos dirigimos lo más silencioso posible, mis ojos se mueven con rapidez sobre el lugar una vez llegamos y todos los qu están ahí se ponen en alerta. —Al bajar yo me encargo del traidor mientras ustedes o matan o toman al que puedan. Sergio asiente y Michael se encarga de transmitirle la información a Nard, bajo del auto de golpe levantando el arma y me acerco a pasos rápidos al traidor quien intenta correr, hago lo mismo alcanzandolo y lo lanzo al suelo apuntando su cabeza con mi arma. Siento un arma en mi nuca haciendo que me detenga en disparar sin embargo se que es alguno de sus cómplices, no se me hace difícil patear su pierna haciéndolo caer. Levanto al traidor caminando hacia mi auto y lo meto dentro cerrando las puertas con seguro, camino de regreso sorprendida de que aún no hayan salido muchas personas, apenas están unos diez y ya fueron inmovilizados por mis hombres, ni siquiera Nard tuvo que intervenir. Me acerco al camión donde aún está la mitad del cargamento y me temo que tendremos que entrar. Señalo el interior y veo como mis hombres dejan inconscientes a los que sujetaban para seguirme, Sergio se posiciona a mi lado y Nard al otro, no refuto dado que no es el momento y un hombre sale tranquilo pero al vernos abre los ojos como platos y corre hacia dentro para avisar, o bueno, lo intenta. Levanto mi arma dándole justo en la cabeza y este cae inerte. Nard me mira preocupado, dado que yo no suelo ser tan brusca, por lo general no disparo sin saber que puesto ocupa la persona, solo que en este momento no me importa nada, solo recuperar mi cargamento y castigar al traidor. Al entrar a la bodega voy disparando a cada guardia, mi arma tiene silenciador por lo que van cayendo uno por uno sin que nadie se entere, al llegar adentro puedo ver la cantidad de armas, dinero y drogas que hay alrededor, el olor a tabaco me repugna sin embargo no hago gesto alguno, me acerco a donde veo que llevan varias cajas con nuestro sello, allí se desata la guerra porque todos notan nuestra presencia la cual es difícil de disimular con tantas personas. Comenzamos a disparar a diestra y siniestra mientras yo me encargo con algunos hombres de llevar el cargamento, siento un dolor intenso en mi brazo y me doy cuenta que alguien logró rozarme con una bala. Disparo a la persona sintiendo la sangre salir de la herida superficial que me hicieron y me repito que no es grave. Después de recuperar todo los hombres de afuera ya han metido todo en las furgonetas, subo al auto rápidamente junto a Sergio y arranco sin dar tiempo a nada, algunos disparos resuenan en el vidrio a causa de los enemigos que nos disparan y Sergio mantiene su arma en alto apuntándole a Jonas, el traidor. Manejo hasta la mansión sabiendo que nadie nos sigue, Michael se encarga de vigilar eso y se que también pudieron traer a tres personas del bando enemigo, no tengo idea de que organización o pandilla sean pero necesito saber todo para poder hacerlos pagar por esta pérdida de tiempo. —Señora por favor no me haga daño... —Hubieras pensado mejor las cosas antes de traicionarme Jonas. No digo nada más a pesar de sus súplicas y al llegar le pido a Sergio que lo lleve al cuarto de interrogatorios junto a los otros tres. Me dirijo al baño y April me intercepta en el camino, sus ojos se mueven por la herida que me hicieron y entonces al llegar a mi habitación ella corre al baño a buscar el botiquín, me quito la camisa dejando a la vista la herida la cual no es tan profunda pero que está sangrando mucho. —La descuido un momento y acaba con un disparo—dice poniéndose frente a mi y empezando a limpiar la herida. —No me di cuenta, cuando vi ya era tarde. Un asentimiento es todo lo que recibo de su parte antes de que continúe con su tarea de limpiar la herida. —No se que haría sin ti. Suspiro una vez ya me ha vendado. —Lo mismo digo, más que mi jefa la considero una amiga—dice regalándome una sonrisa que no puedo evitar corresponder. Un sentimiento agridulce se forma en mi pecho y no puedo evitar que una lagrima baje por mi mejilla. —Gracias April. Preparate, nos vamos al hospital. Ella asiente y se va. Tomo mi uniforme y luego de ponermelo cubriendo mi brazo me levanto para irme, hoy no he tenido tiempo de nada y sospecho que no tendré.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD