Entre el amor y la guerra

Capitulo 64

Victoire Jussieu

Mis ojos no se apartan de Leonard mientras mi corazón late a toda velocidad, talvez para los demás no pase nada o talvez ni siquiera hayan notado que tienen a Nard, sin embargo para mi todo se ha detenido al ver a ese sujeto apuntando directo a su cabeza.

Sin embargo el no es el único en ser apuntado, siento el metal frío en mi sien y no siento temor por mi, no me asusta en absoluto morir, pero si me asusta que lo maten a el y tener que vivir una vida sabiendo que murió por mi causa, por venir a buscarme, porque vino fue por mi, ni siquiera porque Sergio se lo haya pedido, porque sé que mi hermano aunque sea sobreprotector no fue el que movió cielo mar y tierra para buscarme, sé claramente que fue el.

Lo que más me afecta es que a Wells no le importa la vida de Leonard, es como si fueras por el camino en auto y mataras sin querer una paloma, no la ves cuando muere, solo lo sabes pero no te afecta en nada, simplemente pasó y se que eso es para el Nard, algo de lo cual deshacerse con facilidad, quisiera decir que puedo hacer algo pero lo único que se me ocurre es irme con Wells, si me muevo el es capaz de matarlo, porque si yo hago eso con el, el que tiene sujeto a Nard no dudará en dispararle, porque se va su jefe pero también cumplirá uno de sus tantos sueños.

No puedo permitir eso, nard piensa lo mismo dado que no se mueve tampoco, pasan los segundos y me pregunto que están esperando, los demás se han dado cuenta ya de lo que pasa, Sergio, Charles y Logan apuntan al tipo que sostiene a Nard pero a Wells no le importa que se lo carguen, solo quiere desaparecer a Leonard o desaparecer el conmigo a otro continente donde no pueda verlo jamás.

Esa no es la vida que quiero pero si saber que el está bien es el precio tendré que pagarlo después de todo.

—Su vida por la tuya—menciona sin dejar de mirar a Nard, niego con la cabeza enseguida mientras busco su mirada, sus ojos conectan con los míos y puedo ver el dolor reflejado en ellos, los míos deben decir lo mismo.

—No.

Digo antes que el pueda decir nada.

—Vamos a hacer un juego.

Dice el sin dejar de apuntarme empezando a caminar por el lugar.

—Quien se ofrezca primero por el otro...

—Yo lo haré, matame a mi—lo miro con los ojos llenos de lágrimas y niego con la cabeza—Solo no lo hagas frente a ella.

—No no no no... ¡No! ¡Wells! Yo lo haré, matame a mi, no a el...

Digo desesperada y el dice un "te amo" con los labios antes de dejar que se lo lleven al interior de una habitación, antes que la cierren puedo saber para que es esa habitación, cierro los ojos conteniendo las lágrimas pero entonces algo en mi se enciende, una idea, Wells está muy confiado, mis amigos están a punto de ir en dirección a donde esta Nard pero son detenidos por muchas personas que nos rodean, miro a Wells quien efectivamente esta distraído y golpeo con mi mano su arma dejándola caer.

Saco la navaja de mis zapatos de tacón y le hago un corte en el brazo que lo hace sangrar mucho, los guardias se alarman y me apuntan pero yo intento ir hacia donde está Nard, corro hacia allá siendo detenida por varios guardias quienes al parecer tienen la orden de no dispararme, lo se porque solo de me retienen sin embargo mi enojo es más grande que cualquiera de las personas presentes, golpeo a cada uno hasta lograr llegar a la puerta y entonces escucho tres disparos, mi corazón se detiene y la sonrisa de Wells al otro lado del gran recibidor me da la respuesta que necesitaba, mis ojos se llenan de lágrimas y siento como mi hermano me jala hacia el, el camino está despejado para salir, según me gritan pero yo no puedo moverme, no quiero creer que esos disparos hayan sido para el.

—¡No!—mi hermano me carga para sacarme de allí—Sergio puede estar vivo...

Me remuevo pero el es fuerte y sabe como sujetarme para que no me baje, salimos de la casa y veo que no hemos tenido bajas, mi corazón late a toda velocidad y aún no puedo procesar lo que acaba de pasar, simplemente no puedo.

No el. No el... el no está muerto, el no puede estar muerto... no después de tanto luchar.

—¡Sergio regresa! No podemos dejarlo.

Grito en su dirección y Charles me abraza.

Me suelto de su agarre e intento abrir la puerta pero tiene seguro.

—¡Sergio!

—¡Ya no está Victoire! ¡Se fue! ¡Ya no está con nosotros! Debemos cuidar de ti, de nosotros, de las personas que vinieron a salvarte, ya no podemos hacer nada.

Mis ojos dejan caer lagrima tras lagrima y la rabia inunda mi sistema.

Le haré pagar cada una de las lagrimas que nos está haciendo soltar.

—El vino a salvarme.

Susurro sin poder creérmelo y mi hermano me mira con los ojos empañados desde el espejo retrovisor demostrando su dolor.

—Y lo hizo.

Me dejo abrazar por Charles quien está igual de destruido que yo y ambos lloramos mucho, Logan va a nuestro lado callado y no puedo evitar el nudo que se forma en mi garganta. Un sollozo de parte de Sergio me sorprende pero entonces noto que se distrae un momento y al otro un auto aparece de la nada haciendo que choquemos y ahí caigo en la oscuridad.