Capitulo 65

2098 Words
Despierto sintiéndome adolorida, mis ojos se abren con dificultad dada la cegadora luz del lugar donde estoy, miro a mi alrededor y noto que estoy en un hospital, más específicamente en mi consultorio, me siento desorientada, aún más al ver a una enfermera conocida atendiendome. —Doctora, que bueno que despertó. —¿Cuanto tiempo llevo dormida?—pregunto y ella me observa preocupada. —Dos días, su hermano y amigos ya despertaron, usted fue la que más tardó. Varios recuerdos comienzan a pasar por mi mente ante su declaración y un dolor punzante comienza a llenarme al darme cuenta que todo fue real, que el... que el ya no está, que no estará más conmigo, que no... Suelto en llanto sin importarme que la enfermera esté presente y ella sale rápidamente del consultorio, grito sintiendo un dolor en mi pecho tan incontenible que no se como sacarlo, no se como hacer que deje de dolor, lo único en lo que puedo pensar es en tenerlo aquí conmigo, tenerlo para mi, abrazarlo. Grito sin parar dejando salir el dolor y escucho la puerta siendo abierta, unos brazos conocidos me rodean y yo me aferro a ellos sin poder evitarlo, Sergio llora en silencio tratando de no romper en llanto y yo no dejo de dejar salir sollozos y gritos mezclados con dolor. Porque si hay algo que es peor que el dolor físico es el dolor emocional, ese que te desgarra desde adentro haciendo que el dolor físico parezca un chiste, en este momento prefiero sentir ese a este. No quiero sentir, quiero que todo acabe —Hija, cálmate Escucho la voz de mi madre a lo lejos, no se en que momento llegó sin embargo me aferro más a Sergio quien se acuesta en la camilla a reconfortarme, el también tiene moretones y cortes aunque supongo que mis gritos lo alertarian, después de todo me conoce muy bien, el conoce mi dolor y la forma en la que lo canalizo. Además de que Sergio pudo recuperar la mayoría de sus recuerdos, todos los que compartía con Leonard, su dolor es parecido al mío, porque no es fácil perder a tu mejor amigo, a una persona en general, no es fácil adaptarte a la idea de que ya no está, de que no importa cuánto grites, cuanto llores, no importa lo que hagas, esa persona no volverá por más que quieras que así sea. Porque este dolor que siento al perder a Leo no tiene comparación con ninguno que haya sentido, talvez se le asemeja a cuando Sergio no estaba, cuando se fue de nuestras vidas, aunque no murió así lo creímos y dolió como si clavaran una estaca en tu corazón y a cada minuto la presionaran más profundo, es un dolor que no se puede contener, solo puede aminorarse con pequeñas acciones que tu mismo provocas pero de otra manera no pasa, muy pocas veces buscas aminorar el dolor, solo sentirlo con más intensidad para poder en algún momento dejarlo atrás. Talvez sea una tontería pero así lo veo más factible, más efectivo, porque ignorar el dolor no es algo fácil. Y sé que esta sensación en mi pecho no se irá con facilidad, todo lo que siento vendrá con más intensidad conforme el tiempo avance y caiga de bruces con la realidad de que el no estará más conmigo, que el no volverá a salvarme o mirarme, que no volveré a escuchar su voz o me enseñará a pelear. Es una realidad para la que no estoy preparada pero a la que pronto debo acostumbrarme, solo quiero soltar todo el dolor que tengo, soltar todo lo que me hace mal y concentrarme en todo lo que pueda para ignorar ese hecho. Después de horas de llanto en las que mi hermano a pesar de intentar contenerse no pudo y terminó llorando, después de todo ambos compartimos el mismo dolor, en diferentes aspectos pero al final es lo mismo. Miro su rostro dormido y suelto un suspiro, por lo menos me queda el y las chicas, ellos también son mi familia y debo estabilizarme un poco por ellas, sé que están afuera, pude escuchar sus voces hace rato sin embargo no quiero ver a nadie, sé que me está pasando exactamente lo mismo que cuando Sergio se fue, sin embargo estoy segura que no volveré a hacer lo mismo, no esta vez, el no querría que dejara toda mi vida por el, aunque duela mucho y posiblemente no pueda olvidarlo, se que un día dejaré de recordar el sonido de su voz, me olvidaré de mucho, no quiero eso, no quiero olvidar lo que fue Y lo que no pudo ser, porque teníamos mucho por delante juntos. Mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas sin embargo las limpio rápido y me quito los cables que me rodean, examino mi consultorio y me levanto con cuidado de no despertar a Sergio, me siento en mi escritorio y enciendo la computadora, mis ojos están irritados pero en este momento no me importa, solo quiero saber una cosa, solo una. Tecleo con rapidez una vez esta se enciende y no tardo mucho en encontrar la ubicación de Wells, está en la agencia de policía, el lugar perfecto para hacer un escándalo, estoy muy clara de que es arriesgado pero me ayudará mucho a sentirme mejor. Hace mucho que no hago una persecución, por lo menos, no la organizo yo, pero esta vez lo haré solo para secuestrarlo, le haré pagar cada lagrima que me ha hecho soltar. Me levanto mirando mi bata de hospital y me alivia saber que aquí he dejado ropa por cualquier emergencia, abro la puerta pequeña donde tengo guardadas las provisiones y me visto como siempre, elegante y hermosa. Entro al baño para lavar mi cara y dientes y una vez termino tomo mi celular, marco el numero de mi amigo policía, el cual está sobre Wells, tiene un cargo mayor así que me dejará hacer lo que quiera, ofreciendo una buena cantidad claro. —Capitán Nasser. —Querido amigo—suelto con seriedad, no estoy para sonreír en este momento. —¿A que debo el honor?—pregunta el en tono condescendiente. —Necesito entrar a la agencia, unos dos minutos, que nadie haga nada, me llevaré a uno de tus policías. —¿Que cargo tiene? —Oficial. —Se rápida, tienes suerte de que solo sea un oficial. —Lo seré. Cuelgo la llamada y miro hacia la camilla donde Sergio me observa tomar las armas de la puerta abierta. —¿Que vas a hacer?—pregunta el con los ojos hinchados aún. —Hacer lo que tuve que haber hecho esa noche en el bar—suelto sintiendo mucho enojo hacia Wells. —Es mejor pensar las cosas con la cabeza fría Tory—menciona con toda la calma, sabe que discutir en estos momentos no es la mejor decisión. —Tendré la cabeza fría cuando el esté en el sótano de la casa de Leonard. La expresión de Sergio es de total desaprobación sin embargo no me importa, debo salir de esto de una vez por todas. Salgo de mi consultorio y mi mirada choca con mis familiares y amigos quienes están esperando verme, todos se fijan en mi vestimenta y la pistola en mi mano, no es nada nuevo para ninguno de ellos así que no me detengo, mi madre suspira tomando mi brazo antes de que pase y yo clavo mis ojos en ella. —Hija, lo mejor es que descanses, después podrás hacer lo que sea que pienses hacer. Niego con la cabeza dándole una sonrisa triste. —El me quitó parte de mi corazón mamá, ahora yo le quitaré lo que sea más importante para el suyo. La mirada de mi madre se apaga levemente y yo paso por su lado, su brazo suelta el mío dejando que pueda avanzar, no miro a nadie más, avanzo hasta la salida donde dos de mis guardias esperan mirando sus teléfonos, al verme se acercan a mi preocupados, supongo que por el hecho de que estoy toda golpeada por el accidente, estoy casi segura de que se debió a Wells, el pudo ocasionarlo fácilmente sin embargo no pude hacer nada contra nosotros, lo que sea que intentó hacer no dio resultados. Porque no pasó lo mismo de aquella vez, ninguno perdió la memoria y estamos todos sanos y salvos que es lo importante. —¡Victoire! ¡Jefa! Escucho una voz conocida que me hace detenerme antes de abrir la puerta del auto, me giro hacia ella sin mirarla a los ojos pero siento su mirada. —¿Necesitas algo April?—interrogo de manera formal, no es momento de ser condescendiente, necesito irme sin que nadie me detenga, estoy cansada. —¿Puedo ir con usted?—asiento entrando al auto y ella no tarda en hacer lo mismo a mi lado, enciendo el auto sin más y comienzo mi trayecto hacia la estación de policía. Mis ojos van fijos en la carretera pero por alguna razón siento la obligación de hablar con ella, después de todo ha estado para apoyarme sin importar mis motivos o razones para hacer las cosas. —Creí que me detendrías. Menciono dandole una mirada rápida antes de mirar de nuevo la carretera. —Igual lo harías, estamos hablando de Leonard—dice sin más y frunzo el ceño extrañada. —¿Como sabes...? —Vi lo que buscabas en la computadora, además de que solo hay que ver como lo mirabas para saber que no dejarás las cosas como están. Asiento comprendiendo y no me arrepiento ni un poco de haber contratado a April, es una chica inteligente y aunque parezca ingenua es muy astuta, sabe lo que hace y nadie puede contradecirla. Porque ella está aprendiendo de mi, a veces me pregunto si hago bien en enseñarle todo, no porque vaya a traicionarme ni nada, confío plenamente en ella, solo que no se si eso sea bueno si ella quiere salir de este ambiente en el que nos mantenemos, la mafia no es del todo provechosa, tiene sus contras y eso me preocupa, solo que ahora tengo otras cosas en las cuales pensar, no puedo dejar pasar lo de Leonard, lo mataron en mis narices y eso no se lo perdono a nadie, tengo el suficiente dinero y contactos como para no acabar en la cárcel por nada que haga, ni siquiera contra un policía, después de todo el mismo capitán de la policía me ha dado permiso de secuestrar a uno de sus oficiales, todos son tan manipulables... incluso Wells, el lo es aún más, sin embargo no planeo usar ninguna técnica con el, todo lo haré a mi manera, sin rodeos. Porque el me tiene que pagar lo que ha hecho. No permitiré que haga eso en mi territorio, ya ha conocido muchas facetas mías, ahora conocerá esa que hace mucho no sale, esa que no tiene compasión por nadie, que no le importa nada ni nadie, solo cumplir su objetivo, que en este caso no es matarlo si no hacerlo sufrir lo mismo en vida, no vale la pena matarlo, tiene que vivir lo mismo para darse cuenta de que conmigo no se juega, que el tiempo que perdió durante años no valdrá la pena para llegar a este punto donde lo único que siento por el es odio. Porque entiendo que cuando era niño tuviera una vida difícil, que yo haya sido su soporte y su única ayuda en aquellos tiempos tan tormentosos para el, pero eso no le da derecho a arruinar mi vida de esa manera, el solo debe agradecer por ello, pero los hombres tienen una mente muy débil, el se obsesionó con la idea de mi que le di hace años, ahora conocerá la cruda realidad que yo soy, porque nadie se mete conmigo sin que yo lo permita. Estaba dentro de mi burbuja y por mi ingenuidad dejé pasar todo lo que estaba ante mis ojos pero eso ya no importa, ya el pasado es eso, no puede cambiarse aunque me duela mucho saberlo. Sé que de ahora en adelante nada será fácil, tendré problemas por lo que estoy a punto de hacer y de lo que no me arrepiento a pesar de que no haya pasado. Porque aunque el se haya ido yo sigo aquí para luchar por el legado que el dejó, todos recordarán quien fue aquel que entre el amor y la guerra luchó hasta el fin.
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