Leonard Vial
Despues de algunos días de siquiera querer poner un pie dentro de mi casa me encuentro frente a ella a punto de hacerlo, una de las principales razones está a mi lado mirando la casa como algo sumamente ajeno a ella, cuando en realidad la casa desde un principio fue hecha para ella, es por ello que le ofrecí quedarse aquí el tiempo que fuera necesario aunque en realidad si fuera por mi nunca la dejaría irse, desde el inicio, años atrás esta casa fue un regalo que le daría, antes que todo se fuera por la borda.
Nunca me imaginé podría odiar algo que la representaba a ella, cuando mandé a hacer la casa tomé todo lo que podría gustarle o parecerse a ella, quería que se sintiera cómoda en lo que crei que sería su hogar, solo que cuando no lo fue empecé a recordar todo lo que había hecho por ella y ese recuerdo me enojaba, me sentía estupido por todo lo que sentía por ella y no podía dejar de sentir.
Porque cuando ella se fue de mi vida me odié por ello, sentía que era mi culpa, que en realidad había hecho algo malo para que ella me dejara, sin embargo después de todo pude entender que algunas cosas pasan porque así debe ser, que no siempre podemos tener el control de todo, eso me hizo sentir en paz por algún tiempo, pude vivir aquí sin problemas durante los años en los que ambos estuvimos muy lejanos el uno del otro, sin embargo cuando peleamos hace poco no pude evitar volver a odiar la casa, el sentimiento de pérdida no me permitía permanecer en ella, sentía que nunca volvería a verla o que no volvería a dirigirme la palabra después de lo que había hecho sin embargo cuando lo hizo me sentí la persona más dichosa del planeta, como si mis problemas se volvieran a nada a comparación con todo lo bueno que me esta pasando.
Porque así siento todo lo relacionado con ella, todo lo que tiene que ver con ella o lo que antes teníamos me llena de manera que no puedo serle indiferente, después de lo que pasó entre nosotros aquel día en su oficina me costó ignorarla, me dolía sentir su mirada y tener que pasar de ella, no verla o demostrarle que sentí lo mismo que ella sintió.
Sin embargo ahora todo cobra un mejor sentido ahora que esta conmigo, es como si el destino se pusiera de acuerdo conmigo para que todo mejorara, porque a pesar de los distintos problemas que nos envuelven a ambos se que no todo está perdido, dicen que la esperanza es lo último que se pierde y quiero creer en ello, porque es difícil siquiera pensar en vivir una vida sin ella.
Es así cuando estas enamorado, el simple hecho de pensar que no verás a esa persona, que no escucharas su voz o su risa, es motivo suficiente para no querer seguir, por lo menos en mi caso es así, porque después de perderla a ella y a mi mejor amigo sentí que ya nada tenía sentido, no me imaginé el impacto que tenían ambos en mi vida hasta que ya no los tuve conmigo.
Y eso es lo que siempre ha resonado en mi mente luego de todo lo que pasó, no vale la pena hacer que más personas entren a tu vida, porque la mayoría que entra no tiene intensiones de quedarse, así que es mejor mantenerse alejado de los problemas del corazón y mantener un círculo pequeño.
Como dicen por ahí, calidad y no cantidad.
Es una de las cosas más inteligentes que he escuchado, porque es cierto que no importa la cantidad de personas que tengas a tu alrededor si ninguno te comprende o es leal a ti, siempre he envidiado a las personas que saben hacer buenas elecciones en su vida, esas que saben percibir las cosas de manera rápida, tanto las situaciones como la actitud de las personas hacia ellos, algo que yo no poseo, Vic si lo sabe, es tan perceptiva que a veces me sorprende lo rápido que se da cuenta de las cosas que pasan a su alrededor, sin embargo no es algo que busque con urgencia, cada uno tiene sus fortalezas y yo no tengo intención alguna de ser igual a los demás.
Dejo de pensar tanto al momento en el que veo a Vic mirarme, los guardias abren el portón para que el auto pase y así nos siguen los guardias y los demás chicos quienes van en diferentes autos dándonos privacidad, estaciono frente a la entrada donde Vic se baja y no duda en acercarse a la puerta, veo que espera mi permiso para entrar por lo que abro la puerta dejándola pasar primero.
Sus ojos se mueven con curiosidad por la casa y su expresión denota lo mucho que le gusta.
—No sabía que estos eran tus gustos para decorar—menciona distraída.
En realidad son los tuyos, solo que te conozco demasiado bien.
—¿Te gusta?—pregunto y ella asiente contenta.
Paso por su lado para guiarla y le pido a uno de mis guardias que guíe a los demás a las habitaciones de arriba, después de todo aquí abajo solo hay cosas básicas como sala, comedor, sala de cine, gimnasio, entre otras cosas, las habitaciones son en la parte de arriba.
Camino por los pasillos con Vic a mi lado, esta mira con atención por donde vamos fijándose atrás ocasionalmente, seguramente para saber como regresar en dado caso, si no conociera la casa me perdería por lo grande que es así que la comprendo a la perfección.
Siento como se detiene de golpe y me fijo en su expresión de perplejidad mientras observa la pared, al darme cuenta de lo que mira sonrío divertido, seguro no se acordaba de ese cuadro.
—¡Soy yo!—chilla sorprendida y veo que efectivamente no lo recuerda.
—Claro que si, lo pintaron hace unos años en una de las ferias a las que solíamos asistir.
Explico y ella parece quedarse un momento pensando hasta que abre mucho los ojos.
—¡Tienes razón! Lo había olvidado, que buena memoria tienes—dice mientras continúa avanzando.
—Solo cuando se trata de ti—mi declaración la deja en shock durante unos minutos hasta que espabila y continúa caminando, casi río por su expresión y finalmente llegamos a mi habitación, la cual ella ocuparía conmigo, en el caso de que no quisiera dormir en el mismo lugar que yo simplemente yo me quedaría en otra habitación, porque esa la hice especialmente para ella, por eso al entrar la elegancia rebosa por cada una de las cosas que hay aquí.
Los ojos de Victoire se mueven sin descanso por cada rincón hasta mirarme con los ojos entrecerrados.
—¿Está será mi habitación?
—Nuestra habitación—tiento mi suerte sin dejar de mirarla.
Mientras tanto ella sigue mirandome con los ojos entrecerrados como si fuera a decir algo pero finalmente se queda callada.
—Tendremos que ir de compras, todo quedó destruido en la mansión.
Menciona y yo asiento de acuerdo, después de todo es algo que debemos hacer, todos, dado que la mayoría vivía allí y se quedaron sin nada.
—Podemos hacer eso hoy, mañana pueden continuar con la investigación.