Capítulo 8

984 Words
Victoire Jussieu Veo pasar los árboles por la ventana del auto, mis ojos no se despegan de ella conforme pasan los minutos, han pasado algunos días desde la fiesta en la playa, días en los que he evitado a toda costa salir de la mansión, más por seguridad que otra cosa dado que el enemigo no debe saber cada uno de nuestros pasos, aunque en este momento haya tranquilidad no sabemos si el día de mañana querrán volver a atacar, después de todo lo que sea que quieran no lo obtuvieron en la fiesta de aniversario de Zeyn. Si lo hubieran hecho al menos no hubieran matado a tantas personas, es más que obvio que su objetivo principal es debilitarnos, sea quien sea lo ha logrado y esto me ha llevado a aliarme con mi peor enemigo de muchas maneras, la exportación ahora va acompañada de ambos equipos, tantos los míos como los suyos y en el caso de que el también tenga una venta grande que requiera su presencia yo voy también como respaldo. ¿Me imaginé que sería así? En absoluto. Ni siquiera sabía que era posible estar en el mismo lugar que el sin querer tirarle una navaja al cuello. Esto ha sido una total sorpresa, aunque cada quien busca estar en sus cosas, sin inmiscuirse en los asuntos del otro más de lo necesario, eso es bueno, así quedan las cosas claras y se evitan problemas, porque ya he tenido los suficientes desde el ataque en la fiesta para que ahora vengan más. Solo espero que no ataquen de nuevo pronto, no estamos preparados, ni siquiera aunque estemos las dos organizaciones juntas, ese día perdimos más de la mitad de nuestros hombres, lo que más me dolió es que todos tenían familias, eran pocos los que estaban allí porque no tenían nada mejor que hacer, la mayoría sigue aquí por la cantidad de dinero que se les paga para proteger la organización, es lo que más me afecta de este negocio. Porque a pesar de parecer una persona fría, no lo soy, trabajo con personas a diario en el consultorio, me gusta ayudar a salvar vidas aunque he sido la responsable de muchas muertes, de lo único que estoy orgullosa es que nunca me he llevado una vida inocente, he protegido a muchas personas tanto dentro como fuera de mi trabajo, así que no tengo de que preocuparme. Suspiro bajando del auto una vez este se detiene y le doy un asentimiento a mi chófer, este se despide igualmente antes de que yo comience a caminar dentro del hospital, ignoro a todo el mundo sintiéndome de lo peor, mi humor hoy es terrible por lo que ni siquiera miro a los lados. Entro a mi consultorio cerrando la puerta detrás de mi y enseguida pongo el letrero que indica que ya estoy laborando, arreglo todas mis cosas y me fijo en las consultas que hay antes de escuchar la puerta siendo tocada. —Adelante. Levanto la mirada hacia la chica castaña que me observa con curiosidad. —Buenas tardes doctora. —Buenas tardes. ¿Eres...?—leo mi agenda—¿Jessica? —No, no tengo cita previa pero quería saber si puede atenderme, necesito ver a una buena doctora, una que pueda ayudarme. Pide suplicante, miro la hora y noto que aún falta media hora para la primera consulta. —Bien, pasa y cierra—digo acomodándome mejor en la silla. La chica asiente haciéndolo y se sienta frente a mi, me enfoco en ella quien tarda en hablar, parece nerviosa y mueve sus manos sobre su regazo incesantemente. —Yo... mi nombre es Danielle, no puedo tener hijos—dice y yo suspiro pidiendo que me explique un poco mejor su situación, si ha ido a algún otro médico. Ella me explica ya ha ido a otros médicos pero que ninguno le ha dado solución, tiene dos años intentando quedar embarazada y no ha podido, minutos después saca su historial médico junto a sus ecos y entonces detecto el problema. Le explico la razón por la que no puede tener hijos y también que esto tiene solución, puede hacerse una operación que la deje en condiciones de poder procrear. Busco en el sistema del hospital el precio de la operación dado que ella lo pide y ella al escucharlo baja la mirada desilusionada. Porque la vida es injusta y le da a otros lo que unos quieren, en su caso quiere un hijo y no puede tenerlo, hay miles de mujeres abortando y a ella que lo quiere se le ha negado, sin embargo tiene una solución, solo que si espera mucho su problema puede alargarse. Escucho la puerta ser tocada y veo que ya es hora de la cita agendada, la chica me da las gracias sabiendo que es hora de irse pero yo tomo su mano deteniendola. —Anota tu numero aquí—pido y ella lo hace confusa. Minutos después entra Jessica James quien ya tenía su consulta agendada desde hace días. Y así empieza mi tarde llena de consultas mientras pienso en Danielle, esa chica tiene algo que me hace querer ayudarla, un instinto protector que nace en mi. Algo poco usual en mi, lo más cercano al amor que conozco son mi familia y eso que casi no los veo, sin embargo eso no cambia nada, los amo tanto que daría lo que fuera por ellos, así como ellos por mi, talvez Danielle no tiene una familia que la ayude de esa manera. Suspiro centrándome en el problema de la mujer frente a mi y me olvido de lo demás, debo concentrarme para que todo vaya bien, si se me escapa algo de lo que los pacientes diga puedo dar un mal diagnóstico y no quiero eso. Ya tengo la mente lo suficientemente distraída para que ahora lo esté también en mi trabajo.
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