Victoire Jussieu
Despierto por el sonido de mi alarma indicandome que ya debo levantarme para empezar mi rutina diaria, restriego mis ojos aún soñolienta y me remuevo en la cama estirandome, el ejercicio de anoche me dejó exhausta, tanto el placentero ejercicio como toda la situación que tenemos aquí.
Porque solo me ha pasado esto una vez y fue en los inicios de mi organización, tiempo después surgió la de Nard y aunque tuvimos problemas y peleas de mafias nunca llegamos al punto de debilitar a la otra, aunque parezca difícil creerlo.
Nos odiamos y siempre intentamos matar al otro pero siempre fue algo personal, nunca nos metimos con la organización del otro, nos mantuvimos a raya y eso es lo que me llevó a aceptar apoyarnos en estos momentos, porque se que aunque no confío en el ni un poco ambos tenemos mucho que perder y el no esta dispuesto a ello.
Yo tampoco lo estoy así que es un complemento perfecto que nos servirá en esta ocasión, talvez antes no haya servido pero esta vez si lo hace, solo debemos llevar la fiesta en paz y acabar con quien sea que este detrás del desastre que llegó junto con su fiesta de aniversario.
Ahora que lo pienso ¿Quien diablos me dijo a mi que era buena idea ir a esa fiesta? Hablando de Nard cualquier problema podía aparecer, después de todo es un idiota e incompetente.
Era obvio que ir a una de sus fiestas solo iba a traer desorden a mi vida, sin contar con el pasado que compartimos y que no me hace ni un poco feliz recordarlo, al menos ya pasó y no debo pensar en ello, después de todo ahora estamos siendo ayuda para el otro y no vale la pena seguir recordando eso, por lo menos no mientras nos necesitamos.
Porque por primera vez puedo decir, necesito a Leonard Vial y a su organización si quiero sobrevivir a esta nueva amenaza que se nos pone en frente, esta persona que está detrás de todo a demostrado que no está jugando y que es superior a nosotros justo ahora.
Lo primero que debo hacer es reclutar más hombres, tenemos dinero, ahora lo que nos falta es personal, tengo a la persona perfecta para ayudarme con eso, solo que dicha persona es más difícil de contratar que el presidente.
Con el he hablado un par de veces, hasta le caigo bien.
Después de todo la corrupción de un país empieza por sus gobernantes, y claro que el se gana el premio, o mejor dicho, finge que es un santo haciéndonos ver como los malos a nosotros. Sin embargo si debo ser la villana de la historia no me molesta en absoluto cumplir bien mi papel.
Durante años nosotros hemos quedado como las peores personas que existen, pero para los que tienen el honor de cruzarse con nosotros somos las mejores, dado que nunca matamos inocentes, por lo menos no en mi organización, casi siempre son personas que se lo merecen, asesinos, violadores, ladrones.
Incluso vendedores de droga que intentan pasarse de listos con chicas en fiestas.
Aunque no somos santos por lo menos limpiamos un poco las calles, cada vez hay menos secuestros y eliminamos las redes de prostitución ilegales.
Algo con lo que tampoco estoy de acuerdo, las mujeres no merecen venderse para obtener un poco de dinero, por lo menos no las que no quieren.
Nadie debe aguantar algo que no le hace sentir bien, porque si bien, hay personas a las que les gusta ese trabajo, son selectivos en esos casos, sin embargo aquellas que son obligadas no lo merecen.
Y por ello me encargué de eliminar eso de las calles y darles un mejor trabajo a aquellas chicas, para que tengan un mejor futuro, la mayoría que entra en ese mundo no sale vivo, tienen demasiada información, las usan de pañuelo de lágrimas y al terminar las matan para que esa información que supieron sin siquiera pedirla no salga de esas paredes.
Es verdaderamente triste lo que muchas tienen que pasar.
Sin embargo mis pensamientos se desvían al problema que debemos resolver, sé que hoy tendré un día muy ocupado.
Resoplo entrando a la ducha y me doy un baño caliente que relaja mis músculos, salgo de ella caminando hacia mi armario donde tomo ropa deportiva y me la pongo para seguido de eso ir a la cocina.
Si no desayuno me desmayo en cualquier momento, el ejercicio de anoche no me dejó energías para nada, mucho menos para hacer mi rutina sin antes comer.
—Buenos días—canturreo entrando a la cocina donde encuentro a Logan y Charles hablando sin parar.
—Buenos días hermosa—saluda Charles regalandome una sonrisa, se la devuelvo sentandome entre los dos y Logan me examina sospechosamente.
—Buenos días Tory, ¿Como amaneces?
Pregunta y yo miro a mi ama de llaves quien me vio subiendo con Charles anoche.
—Hambrienta.
—Ya veo—musita mirando su teléfono.
Lo ignoro empezando a engullir todo mi desayuno el cual debo decir me llena de energía.
Minutos después dejo a mis dos amigos hablando para dirigirme hacia el gimnasio de la casa, me muevo hiperactiva una vez que llego y empiezo mi rutina de ejercicios en la que tardo alrededor de dos horas.
Al terminar subo a mi habitación y tomo una ducha, me pongo mi uniforme de trabajo el cual consiste de ropa formal y sobre este mi bata blanca.
Salgo de la habitación poniéndome mis lentes y me dirijo hacia el centro de computadoras en el sótano que es donde me dijo Logan que estarían organizando todo para la búsqueda.
Al llegar me encuentro que ya han conseguido más información acerca de Marcus, incluso la dirección de su casa.
Sin embargo eso no nos sirve de mucho, ni aunque viajemos a Italia conseguiremos información de esa manera, dado que emboscar a alguien en su propia casa es suicidio, es como si vinieran a atacar la mansión, terminarían muertos todos.
—Tienen ideas pésimas.
Digo llamando la atención de los presentes quienes no habían notado que yo llegue.
—Lo dice la que llegó tarde.
Suelta Nard haciendo que yo levante una ceja egocéntrica.
—Te informo que estas en mi casa, así que relaja tu humor—le doy una mala mirada y me concentro en la pantalla—La primera opción que tenemos, la cual es la mejor, es chantajearlo para conseguir información, tal como lo han hecho ellos, nosotros también podemos hacerlo.
—¿Y si no acepta?—pregunta Charles curioso.
—Le vendemos armas a un precio que no pueda negarse, así lo atraemos a nuestro territorio, en el suyo no haremos nada.
El asiente comprendiendo y yo suspiro.
—¿Quien lo llamará?—pregunta Nard y yo me señalo.
—Soy la mejor opción en este momento, si lo haces tú es posible que no acepte, por el simple hecho que en la venta que le hiciste casi lo mato por tu causa, sabe que te ayudé. Más no sabe que estamos aliados—explico.
—Muy bien, hazlo tú entonces. Me iré a mi casa.
—Debemos reclutar hombres—le digo antes de que salga, lo veo detenerse en la puerta para luego darse la vuelta hacia mi.
—No creo que sea buena idea, no se puede confiar en nuevos guardias.
Dice y yo me encojo de hombros.
—Con los que tenemos no podremos, solo hay que investigar a cada uno y desconfiar las veinticuatro horas—Charles se muestra complacido por mis palabras y sigue a Nard hacia la salida.
Sé que lo aconsejara bien, aunque talvez no quiera hacerme caso a mi, le hará caso a su mejor amigo, muy en el fondo sabe que esa es la mejor opción después de todo, no hay forma de negar que por más que ambos seamos buenos en nuestro trabajo no por nada me dicen la número uno.
Despues de al menos media hora subo de nuevo para irme a trabajar, la mañana se fue bastante rápido por lo que ahora tengo que irme al consultorio.
Subo en el auto encendiendolo y me pongo en marcha para ir a mi trabajo, pasan unos minutos hasta que llego y como siempre me espera el puesto vacío en el estacionamiento, aquí todos saben que no deben tocar ese puesto, dado que es el que he usado desde hace mucho, lo bueno es que aquí en el hospital cada quien respeta el espacio del otro, a mi mucho más claro esta.
Bajo del auto para adentrarme en el hospital donde busco a la recepcionista, necesito contratar a alguien que será esencial para mi en este momento.
—Buenas tardes Doctora Jussieu. ¿Como le va?—pregunta esta con una sonrisa y yo se la devuelvo sintiéndome de buen humor.
—Muy bien Jessy, quería preguntarte si no hay personas buscando trabajo de asistente—menciono y ella me observa extrañada.
Dado que yo nunca había necesitado una asistente. En realidad no la necesito, solo quiero ojos dentro y fuera del hospital.
—Claro que si, le daré una lista con los nombres y números de las chicas que han venido buscando trabajo aquí.
Asiento satisfecha y minutos después ella me tiende una carpeta con lo dicho anteriormente.
Me muevo por los pasillos hasta entrar en mi oficina y una vez allí saco la computadora para empezar a investigar a cada chica.
Muchas son graduadas de la universidad, con excelentes notas a decir verdad, han tenido buenos trabajos y ninguna queja, sin embargo hay una chica en especial que llama mi atención, esta no ha tenido muchos trabajos y apenas curso sus estudios completos, por alguna razón creo que es la mejor opción, dado que no quiero a una chica perfecta y que no sea sincera, por lo que puedo averiguar de ella a través de su celular es ejemplar, esta sola dado que salió del orfanato con dieciocho años, según sus padres la dejaron allí con tres años.
Una vida difícil por lo que veo.
Ella será perfecta.
Marco el numero en mi teléfono llevándomelo al oído y una dulce voz me contesta al otro lado de la línea.
(...)
La tarde pasó sin inconvenientes, volvi a casa a la seis y luego de darme mi tercera ducha del día busco en mi armario una pijama, sin embargo el sonido de mi celular me saca de mis pensamientos.
Lo tomo viendo el nombre de Charles en la pantalla y me extraña que me llame tan pronto, apenas nos vimos esta mañana.
—¿Si?—pregunto aún buscando la pijama más cómoda que tengo.
—¿Estas ocupada?—pregunta y ya me imagino lo que pasa.
—Iba a acostarme a dormir.
—Vistete, aún es temprano, paso por ti en veinte
Y con eso cuelga la llamada.
Abro la boca ofendida y busco un atuendo casual pero elegante, me decido por unos blue jeans junto con un top n***o de tirantes, busco mis botines n***o y dejo mi cabello rubio suelto, me maquillo muy levemente y tomo mi bolso, arma y teléfono para salir.
Mi ama de llaves me mira sin entender dado que dije que me iría a dormir.
—Charles me invitó a salir.
Declaro y ella sonríe.
—Me agrada ese chico, ¿Es tu novio?
—No, solo es mi amigo—la expresión de reproche en el rostro de mi ama de llaves me da gracia hacia que termino saliendo sin comentar nada.
Se que le gusta Charles para mí, y a quien no le gustaría, es un chico atento, caballeroso, todo lo que una chica quiere, sin embargo no lo veo de esa manera, por lo menos no por ahora, siempre lo he visto como un simple amigo y hemos funcionado de esa manera.
No planeo que nada dañe eso.
Porque aunque me gustara se que una amistad siempre dura más que cualquier relación que pueda tener, por eso amo la frase que dice "si alguien te gusta de verdad sean amigos, porque los amores acaban pero la amistad no"
Aunque no es del todo cierto dado que la amistad también acaba pero hay que fingir que eso no es cierto y marcar la diferencia.