Aquella tardé, Latifa se quedó en la casa mientras Arabelle se aventuraba sola al supermercado. Se había colocado un vestido simple pero cómodo, suelto, para que no apretara su vientre que aun apenas y se notaba pero que no tardaría en crecer. Una gabardina color rojo vino cubría su cuerpo porque había comenzado a llover y si bien de día hacía mucho calor, de noche hacía frío. Estaba en los meses lluviosos y en los Emiratos no solía llover por causas naturales sino porque las lluvias eran provocadas por aviones, cosas tecnológicas que Arabelle no se daba el tiempo de investigar pero que igual sabía. Tomó un carrito y comenzó a colocar las cosas que necesitaba dentro. Caminó buscando cosas para sus antojos que día tras día se volvían más intensos. Llevaba un mes allí y una dos semanas all

