La obsesión nunca ha sido buena, es como un veneno que va acabando por completo tu alma y vida, es justo esto lo que me pasa desde que Martina está a mi lado. Ella se convirtió en ese miedo profundo que pensabas jamás tener, pero que hoy se hace visible. El simple hecho de saber que habla con alguien más hace que mi alma arda en llamas, sé que esto está mal pero siento que jamás en mi vida había sentido tanto temor de perder a alguien. Tres vasos en total rompí al saber que mi esposa compartía una cena con otro hombre, se muy bien lo bella e inteligente que es, si ella lo quisiera tendría el mundo a sus pies. -Señor ya la señora está en su habitación.- -Ella.. ¿ella está?- Tuve miedo de preguntar.- -Si señor, ella ingresó sola.- respondió Hugo, me serví el cuarto trago, mientras veía

