Señora Bonet

1476 Words
La rueda de prensa continuaba, yo solo pensaba en que debía salir corriendo, pero como si mi mala fortuna no terminara desde el estudio pedían paso, al parecer iríamos en vivo. Pablo y yo nos acomodados un poco lejos de la sala, no quería que nuestras palabras incomodaran el evento, el primer ministro seguía respondiendo preguntas. -Marti vamos en 3.2.1. , ¡ahora!- escuché decir, ya estábamos en vivo, yo estaba atenta al estudio, quería saber quién me preguntaría.- “Estamos en vivo desde la casa blanca, hoy el primer ministro Máximo Ferrer toma posición de su cargo, queremos saber cuáles serán sus objetivos, es por eso que le damos paso a nuestra compañera Martina Bonet quien está en el lugar” La vida en verdad no me quiere, el maldito de Miguel estaba de presentador hoy, sí que había escalado rápido, anteriormente solo era un reemplazo de fines de semana, hoy tenía el mañanero lo que para nosotros es el estelar. -Claro que si Miguel, en este momento estamos desde la casa blanca cubriendo la posesión del primer ministro, siempre había sido un misterio su nombre hasta el día de hoy, Máximo Ferrer, será el hombre que estará al frente de los conflictos por los que enfrenta nuestro país.- respondí de la manera más profesional, juro que mis lágrimas querían salir pero mantenía una sonrisa y porte profesional.- -Martina dinos si puedes acercarte un poco, no sé si es posible que podamos hacerle algunas preguntas.- mencionó Jessica, la maldita hija del dueño del canal estaba con el, la pareja del año estaban juntos.- -Lo intentaré, hablaré un poco bajo mientras me acerco.- mencioné caminando, yo seguía manteniendo mi profesionalismo ante tantas emociones, sobre todo de ira.- El primer ministro seguía hablando, aproveché mi oportunidad para pedir la palabra, creo que la prensa solo preguntaba por su vida íntima y entiendo por qué. Este hombre es en verdad bellísimo, su rostro parece tallado por los dioses, posee ojos negros como la noche, su cabello castaño igual que su perfecta barba, tiene un lunar bajo su mejilla izquierda dándole un toque sensual. Su cuerpo es musculoso y bien trabajado, tiene su argolla puesta que brilla como el sol, veo que me observa para darme paso. -Señor Ferrer buen día, soy Martina Bonet del noticiero RTC.- -Señora Bonet, ¿cuál es su pregunta?espero que no sea de mi vida familiar.- mencionó Era esa maldita voz, la misma que me envió a la ducha esta mañana, no sé cómo podré controlarme, respire profundo, no podía quedar en ridículo. -Eso no es de mi importancia ahora señor, quisiera preguntarle sobre la situación del crimen organizado que azota a nuestro país, no es un secreto para nadie que hasta el momento los intentos por capturar a los líderes de esas bandas han sido insuficientes, ¿este problema será su prioridad?- pregunté -Así es señora Bonet.- Cuando respondió caí en cuenta que me llamó señora, él sabía muy bien que yo era su esposa, que estaba casada.- -El presidente me entregó 22 pendientes que serán los objetivos, comenzaré con la delincuencia que está pasando nuestros país, es de saber que yo no voy a negociar, ordenaré a las tropas su intervención, creo que el tiempo de conciliación ya pasó.- respondió el hombre.- Escuchaba como los demás periodistas pedían turno para hacer su pregunta, yo solo observaba y escuchaba como Miguel y Jessica hacían preguntas idiotas por el interno, todo sobre su vida privada. -Señora Bonet me gustaría que siguiera preguntando, ¿hay algo más que desee saber?- preguntó Máximo.- -¡Martina! Pregúntale por su esposa, queremos saber quién es.- mencionaba Jessica.- solo la ignore y seguí con mis preguntas.- -Por supuesto primer ministro, la verdad tengo una par que hacerle.- -Adelante.- respondió En este momento era yo el rostro más publicado por todos los noticieros, no solo salía en el mío, las cámaras estaban grabándome, el ministro tenía sus ojos en mí y eso era mucho para la prensa. -Hace dos días el presidente de Rusia manifestó su salida de la cumbre mundial de líderes, según informó su desacuerdo con el envío de armas por parte de nuestro gobierno hacia Israel.- -Es correcto, estoy al tanto.- -Mi pregunta es, la enemistad con este líder político puede significar problemas de tipo económico para nuestro país, eso sin dejar atrás que si se vuelve un enemigo la guerra estaría declarada. ¿Cómo manejará este tema que se contempla como delicado?- -La relación política con Rusia no se ha roto, hasta el momento tenemos acuerdos y alianzas que se deben cumplir, si bien es cierto el presidente Ruso hizo unas declaraciones, no las tomaremos en consideración, hoy le he recordado que su deber está por encima de una simple rabieta, quiero que el país esté tranquilo, no vine a obedecer las órdenes de los demás, tampoco a congraciarlos, estoy aquí para recordar los principios y las consecuencias de no cumplir la ley.- respondió Máximo con seguridad, el silencio reino en el lugar, el no era un tipo blando, por el contrario su seguridad al hablar nos daba a entender que era de temer.- La rueda de prensa continuó, las preguntas sobre su vida privada las ignoraba, en su lugar me daba paso a mí, yo tenía toda una lista de preguntas por hacer, comenzando por el precario sistema de salud, terminando por la corrupción en la rama judicial, el pago de favores en el gobierno se había descubierto. Máximo por su lado respondió todo, también mencionó que pronto verían los resultados de sus gestión, agradeció el evento y pidió finalizarlo. Miguel y Jessica seguían en el estudio, escuchaba como informaban que el noticiero había tenido hoy la exclusiva con el primer ministro. Yo solo sonreía ante las cámaras, el crédito se lo estaban llevando ellos, una vez Pablo mencionó que estábamos fuera del aire, respire. -Maldita sea mi suerte, como es posible que ese par de infieles estén juntos y felices.- mencioné casi en llanto.- -Cariño no te tortures por eso, estuviste magistral este día, nadie podía quitarte los ojos de encima, comenzando por tu esposo, ese hombre no te perdió rastro, lo cual también tengo un apunte.- -¿Qué me dirás ahora?- -Martina, tu esposo es el hombre más bello que he visto, hoy ratifico mi inclinación s****l, en verdad soy un súper gay, me enamore del primer ministro, lástima que ya está casado.- mencionó Pablo fingiendo frustración.- -No digas tonterías, mejor salgamos de aquí, debemos ir a concejo de magistrados, hoy se llevará a cabo el juicio del ex gobernador del estado.- mencioné saliendo del salón, escuchaba a las mujeres hablar de la belleza de Máximo, también afirmaron que su matrimonio era falso, seguro lo había dicho para desviar la atención, lo más seguro era que fuera gay.- No culpo sus pensamientos, la verdad era poco lo que se conocía de Máximo, en la red encontrábamos su edad, 32 años, su antiguo cargo era como embajador en Rusia, también había tenido otros cargos como canciller, se encargaba de las relaciones internacionales, de su vida privada jamás se supo nada, solo que había una madre y padre político, este último envuelto en fraudes. -Señora Bonet.- escuché decir, era un hombre de traje n***o, él se atravesó impidiendo mi paso, yo quería huir de la casa blanca lo antes posible.- -Soy yo ¿qué puedo hacer por usted?- pregunté -Me llamo Hugo, soy el secretario del señor Ferrer, él quiere habla con usted en este momento.- -¿Qué? ¿Conmigo?- -Así es, le pido que me acompañe a su oficina, debo decirle que no se le permitirá la salida de este recinto si no habla con mi jefe.- mencionó el hombre, solo vi como un par de hombres llegaron, por lo visto no me dejarían salir.- -Marti…- susurró Pablo.- -Volveré pronto, ve subiendo las cosas al rayo, iremos al concejo.- mencioné -Bien.- Pablo tomó mis cosas y salió, a él si le permitieron el paso, yo comencé a seguir al tal Hugo, mis nervios estaban haciendo estragos pero debía mostrar que era una mujer valiente.- Una puerta de color caoba estaba frente a mí, Hugo la abrió permitiendo que viera al hombre que se estaba convirtiendo en mi presente, él se dio vuelta, en su mano una taza de café, era como un dejavú. -Señora Bonet, o debo decir señora Ferrer.- mencionó el hombre poniendo la taza sobre su escritorio, yo solo pude susurrar…. -Primer ministro…. Vi que señaló que una silla, la puerta detrás de mí se cerró con fuerza, Hugo nos había dejado solos, mi tacones sonaban como eco en el despacho, lentamente me acerqué a la silla y me senté. El paso a su puesto, soltó los botones de su traje para sentarse, no sabía qué decir, como le explicó que no tuve la culpa de lo que pasó.
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