Capitulo 10

1261 Words
Nuevas emociones salían de su interior. No sabía que era exactamente, su maestra le había hecho experimentar nuevas emociones. No sabía si se sentía atraído hacia ella, o se trataba de un juego o de un acto cotidiano como comer. Sintió conflicto al tratar de consolidar estas fuerzas que, sin la debida precaución, terminan adoptando realidad y tiñendo la realidad. Caminaba a hartas horas de la noche, no temía demasiado de los ladrones, su mente estaba enfocada en lo que le había sucedido ese día. En lo inusual de todo, su maestra estaba adoptando una nueva forma, ya no era una autoridad o guía de estudio, se convertía en algo más. Temía por eso, sintió también que la relación tomaba nuevos rumbos, nuevos caminos y nuevas oportunidades o ¿Quien sabe? Quizás también nuevos problemas y pesares. Al llegar a una esquina observo a un mendigo pidiendo limosnas, la gente lo observaba con vergüenza. Estaba muy sucio y tenía las manos llenas de ampollas. Se sintió muy mal. Al acercarse le regaló unas monedas y sintió pesar de que en un planeta con abundancia para todos se permitiera algo así. En su sociedad algo así era inadmisible, los recursos se distribuían equitativamente y nadie vivía en el fondo de la degradación. En efecto, una sistema que no está basado en elevar las vidas a través de estímulos materiales, crea un nuevo sistema. No se busca experimentar los sentimientos de superioridad que dejan estela en el ego, sino que se busca alcanzar plenitud a través de la propia percepción interna, al expandir al ser más allá de la materia, esto es independiente de como vivas o lo que experimentes a nivel físico. Se le acercaron un grupo de ladrones, querían robarle todas sus pertenencias. En ese instante recordó a su madre, le había señalado los riesgos de estar por las noche en las calles. Justo cuando lo acorralaron en una avenida cerrada, en una especie de camara secreta, volvió a desmaterializar su cuerpo, llegó cerca de las montañas dónde vivía, cayó sobre el suelo por la enorme cantidad de energía necesaria para una hazaña de ese tipo. Vomito. Su cuerpo tenía olor de perfume de mujer. Al día siguiente volvió al instituto, lo hizo con miedo. Su maestra, al comienzo, lo trataba como a un estudiante mas. De vez en cuando le acariciaba la mano en exámenes, lo que hacía que se pusiera más nervioso todavía. Comprendió que lo vivido aquella noche solo sirvió para avivar más el interés de su maestra hacia el. Miradas coquetas regadas aquí y allá. Parece que intentaba enamorarlo de manera muy sutil. Tenía que superar la timidez, de lo contrario estaba condenado a sentirse incómodo por el resto de su vida en clases. —¿Que te paso?— dijo Hugo en horas de receso. Estaban con Flint. —¿Sobre que? —Sobre todo, estás muy decaído y distraído últimamente. Queremos saber sobre ti, nos preocupas— dijo Flint. — no me pasa nada— dijo con el rostro cabizbajo. —No es solo eso, debemos mirar todo el panorama ¿has notado como te observa la maestra? Parece que te acosa de manera muy discreta ¿Que a pasado? Dime, cuentame acerca de lo vivido esa noche— dijo Hugo. —¿Que? Ya lo divulgaste, te dije claramente que no lo hicieras— dijo con furia observando a Hugo y señalando a Flint—. No sabes guardar nada y ahora que él lo sabe el chisme correrá por doquier. Llamaron para un favor a Flint y se quedaron solos Hugo y Salax. —Dímelo, puedes confiar en mí, puedes estar seguro que ese nerd no abrirá la bocota— se refería a Flint. Lo forzó por varios minutos, Salax quería guardarse sus experiencias para si mismo. No quería generar expectativas en nadie. De hecho, mientras menos sepan de su vida privada mejor. Lo que había ocurrido con su maestra fue así. La noche se tornaba más fresca y la brisa podía escucharse más. La ciudad parecía vacía, como si se tratase de un domingo por la noche, pero era sábado. Se escuchaba el caminar y el correr de las personas de aquellas avenidas. Todo era muy ordenado. El tráfico también era escaso. Viola lo observa detenidamente, empezaba a sentirse acosado. —¿Solo estudias? —Por ahora sí. —Si deseas te puedo dar trabajo, como eres brillante no tendrás ninguna dificultad.— se sintió halagado. —¿Sobre que ? —Te gustaría ser mi asistente personal. —¿Haciendo? —De todo, me ayudarías a corregir examenes, a organizar proyectos...Tú tendrás tu nota y yo tu servicio. Dame lo tuyo y yo te daré lo mío. —¿Esto es debido a mis méritos académicos? —Bueno, si y no. —No entiendo. —Eres especial Salax, lo supe desde que entraste por la puerta de la universidad. También me atraes— dijo con mucha presunción. El tragaba saliva con un puño en su garganta. —¿Yo? Pero si soy normal. —No lo eres, he visto cosas inusuales. Pero por ahora quédate con la intriga. —Aun no entiendo. —No lo entiendas, siéntelo. La noche empezó a enfriarse y su maestra tomo las riendas de la situación. Llamo a un taxi y viajaron a su departamento. Al entrar a su departamento, notó que tenía una fachada oriental, con adornos de países como de China y Singapur. —Ven— le dijo y no pudo decir no, la verdad es que ella lo dominaba. Al entrar notó que tenía revistas en el suelo y comida amontonada en la mesa. Se acomodaron. Viola llevo un whisky y empezaron a beber. —¡Diablos! ¡Odio está parte !— decía para sus adentros mientras lo tomaba. Sentía que su cabeza se rompía en dos. Viola solo reía como una loca. Tenía más experiencia, pero no paraba de reírse. Le cogió una risa endemoniada. Salax no hablaba muy coherentemente, su voz parecía la de un loco. —Ven, acércate— le dijo Viola tocandose un pecho. Hablaba estando muy borracha. Salax hacia como si no escuchara. —Ven, vamos, no tengas miedo— tomo la mano de Salax y la puso en su pecho. —¿Lo sientes? Es mi corazon— sentia retumbar su corazón, a noventa latidos por minuto. —No te avergüences, toca— con la mirada sonrojada toco su dos senos. Viola lo besó. Empezó a quitarse la ropa. —No tenga miedo, déjate llevar— le decía al oído. —No, es que no puedo...— hablaba de manera incoherente y torpe. Tartamudeaba. —¿Por qué no?— dijo sorprendida. — Yo no sé, no se nada sobre estás cosas— le dijo con rostro indignado. Salax no sabía cómo tener relaciones sexuales, su origen era de otro sistema, esto trajo varios problemas, no tenía idea de que hacer. Su maestra estaba excitada. Sentó a Salax en el sofa y tocó sus corazones, dijo: —Debes escuchar esto, la gente está enloqueciendo por no escucharlo. El mundo meramente racional olvidó lo que es vivir como los dioses por olvidar el sentimiento. Esto (el corazón) produce satisfacción a largo plazo, solo si es bien manejado. Al apretar más su pecho sintió terror. Sus dos corazones latían al mismo tiempo —¡Que! ¿Tienes dos corazones? — lo dijo con los ojos sobresalidos— ¿¡No puede ser!? ¿De donde eres tu? Salax sintió que la había embarrado, se despidió y salió corriendo.
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