Capitulo 4

3171 Words
— ¡Jacob espérame!  — Exclama Misha saliendo del jacuzzi, con tanta rapidez que terminó resbalándose y calleándose de boca al suelo.   —¡Ouch! — Chilla el rubio tocándose la cabeza.   Jacob se encamina velozmente hasta el area de baño, para ver si su hermano no se había hecho mucho daño, y cuando lo encuentra sentado en el suelo, suspira aliviado ayudándole a levantar.   —Por tu culpa me caí — Responsabiliza Misha a su hermano que arquea una ceja viéndole con escepticismo.   — ¿Mi culpa?  — Exclama señalándose dramáticamente — ¿Acaso tengo la culpa que seas un torpe pies de gelatina?  — Pregunta de manera retorica viendo como Misha le sonreía, ocasionando que le contagiara su clásico buen humor.   —Bueno ya, admito que no tienes la culpa… — Acepta Misha observando cómo su hermano se dirigía al enorme espejo que se encontraba frente al lavamanos.   El chico rubio mira atentamente la forma como Jacob comienza a peinar su cabello, el cual ahora era de un rubio platinado que, según él, le hacía ver más apuesto e interesante.    — ¿Vas a salir?  — Pregunta Misha sentado en el inodoro con una bata de baño encima de su cuerpo desnudo.   Jacob le mira desde el espejo, y con una mueca en su rostro, niega con la cabeza.   —No, pero no puedo dormir con el cabello mojado, además que es incomodo, lo arruina — Comenta el chico que encendió un secador para comenzar a secárselo.   Algunas veces Misha, no entendía el porque su hermano se preocupaba tanto por su apariencia física, ya que al igual que él, prácticamente no salían de la mansión, de no ser que tuvieran que asistir al instituto, o cuando se les antojaba acompañar a su madre para algún desfile de moda.    —Aunque, un chico me invitó a una cita esta noche — Comenta Jacob con una pequeña sonrisa mientras continúa secándose el cabello, Misha le sonríe tornándose entusiasmado.   — ¿Quiere decir que si vas a salir?  — Pregunta sin dejar de sonreír, pero luego se torna serio, cuando observa como su hermano cambia su sonrisa natural, a una llena de malicia.   —Le dije que asistiría, pero nunca apareceré.  Le dejaré esperando hasta que se cansé y se vaya, este chico ha insistido mucho, lo haré sufrir un poco antes de rechazarle — Comenta mientras apaga el secador de cabello, luego se voltea para ver a su hermano con esas expresiones malvadas que a veces tenia.   —Eso es cruel — Admite Misha viendo como el peliteñido se encogía de hombros.   —Lo sé.  Es cruel pero me divierte hacerlo, tu sabes que me encanta jugar con los sentimientos de esos tontos— Confiesa sin dejar de sonreír.   En la vida amorosa de ambos, Jacob era el que tenía más suerte, porque no había un día en que un nuevo chico o chica le confesara sus sentimientos, pero como en todas esas ocasiones, él les rechazaba, ganándose la fama de rompecorazones.   Todos pensaban que nadie era lo suficientemente bueno para salir con Jacob Hudson, incluso se crearon rumores que el muchacho solamente salía con personas experimentadas y maduras, lo que significaba que era esplendido en la intimidad, cuando la realidad era que él nunca había tenido una cita y mucho menos, una experiencia s****l.   Por otra parte, Misha era muy distinto a Jacob en lo que respectaba a su popularidad amorosa, ninguna chica o chico se le acercaba con ese tipo de intensiones, un detalle que al muchacho no le quitaba el sueño, ya que hasta el momento, nunca había sentido interés afectuoso hacia ninguna persona.     A diferencia del de ojos grises, Misha no era tan meticuloso con su apariencia física, él usaba atuendos sencillos que cumplían su misión de cubrir su delicada piel debidamente, y desde aquel verano, nunca más volvió a dejarse crecer su cabello rubio natural, dejándoselo siempre en un sencillo corte mediano, el cual la mayoría del tiempo llevaba despeinado o cubierto bajo gorros de lana.   *Varios días después*   Eran aproximadamente las 23 horas y Thomas se encontraba con los gemelos, faltaban pocos días para que partieran rumbo a Paris, un viaje que a ninguno de los jóvenes les entusiasmaba.  En ese instante estaban en un bar que siempre frecuentaban.  El lugar a simple vista parecía un antro peligroso, ya que todos los clientes podían hacer grafitis en las paredes, en el suelo, incluso en el techo si deseaban, mientras bandas en vivo preferiblemente del genero rock alternativo amenizaban el pintoresco local.   —En dos días nos iremos… — Dice Thomas sin ver a los gemelos que bebían cerveza a su lado.   Isaías dejó su vaso lleno de bebida fermentada, en la mesa forrada con arte “urbano”, para ver a Thomas que parecía bastante melancólico.   —Seh, pero piensa en el lado positivo amigo.  En el montón de niñas francesas que habrá en ese instituto, carne fresca para guisar y luego comernos con las manos — Ilustra el muchacho mientras dibuja con sus manos las curvas de una mujer.   — No me llama la atención.  Según dicen las francesas no se bañan, y tienen sus v*****s como una selva amazónica — Explica Thomas escuchando como los gemelos comenzaban a reírse.   — ¿Y qué importa? las mandas a afeitar y listo.  Además donde hay pelos, hay pasión — Explica Isaac sintiendo como Thomas le daba un golpe en el brazo.   —Por cierto cambiando de tema, ya tengo todo planeado:  nos quedaremos en un apartamento de solteros en el centro de Paris, con vista a la torre Eiffel, iremos dos días al aburrido instituto.  Tú sabes, para que no digan que no asistimos.  Podemos ir los miércoles y los jueves, días neutros — Explica Isaías con mucha emoción, luego Isaac le interrumpe a medio camino para continuar el relato.   —Sobornamos a los profesores para aprobar las materias.  Y no te preocupes, también estas incluido hermano — Dice Isaac guiñándole un ojo a Thomas — Seguiremos con nuestras vidas, la única diferencia es que estaremos en Paris, y follaremos con chicos y chicas llenos de vello púbico —Concluye Isaac escuchando como su hermano le aplaudía su ingenio.   Thomas niega con su cabeza mientras sonríe entre dientes.   —Me parece bien, pero hay un problema en sus fantásticos planes, les faltó algo — Indica señalándolos a ambos con la cerveza.   Los gemelos fruncen el ceño.   — ¿Qué nos faltó?  ¿Follarnos a los profesores? oh, si eso también está incluido en el plan, pero es tan obvio que no lo quisimos decir, tu sabes — Confiesa Isaías cruzando los brazos.   Thomas niega con su cabeza mirándolos con una expresión llena de aburrimiento.   — ¿Son idiotas o se hacen?  ¡El problema se llama Jacob y Misha Hudson!  ¿Se les olvidó? ellos también asisten a ese estúpido instituto, si ven que solo vamos dos días, irán corriendo con el chisme a nuestros padres, sin mencionar que el viejo Bruno Hudson es el director, me corto una bola a que William le pidió a él que me mantuviera vigilado.  Por ende, ustedes también corren con una suerte parecida a la mía — Confiesa viendo como la sonrisa de los gemelos se desvanecía instantáneamente.   —Estas no son unas vacaciones — Continua Thomas — Ir a ese instituto es como una especie de correccional para todos nosotros, nos mantendrán vigilados, prisioneros, sin libertad, donde esos idiotas de Misha y Jacob serán los principales soplones que nos querrán ver caer — Concluye Thomas de manera muy seria, sin dejar de mirar a los gemelos.   Isaías e Isaac se miran las caras por un segundo, y luego con unas sonrisas malvadas, regresan toda su atención a Thomas, que se termina de beber su cerveza y ya estaba pidiendo otra.   —Ellos no serán problema créeme… seguramente siguen siendo unos niños bobos, con unas cuantas amenazas, los tendremos comiendo de nuestras manos— Asegura Isaías con una sonrisa burlista.   Isaac después de escuchar a su hermano, se torna pensativo y serio.   — ¿Cómo estará Misha? lo he buscado en las r************* , pero al parecer no usa ninguna… — Confiesa de repente Isaac con una leve sonrisa.  Una sonrisa que su hermano Isaías encontró molesta.   — ¿Lo has buscado por las r************* y ahora es que me entero?  — Pregunta Isaías con el ceño fruncido, Isaac se encoge de hombros.   —No es la gran cosa, por eso no te dije… pero en fin cambiando de tema — Dice rápidamente para desviar su atención de él— ¡No te angusties Thomas! vamos a tener en raya a esos tontos, para dejarles en claro quiénes son los que mandan — Concluye Isaac viendo como Thomas esbozaba una leve sonrisa.   —Ya veremos… — Murmura Thomas pensativo.   ***   —¿Queee?  ¡Pe-pero no puedes hacernos esto Nick!  ¡No puedes! es una violación a los derechos humanos — Exclama Isaías caminando detrás de Nico como perro faldero.   El mayor le había dicho que todas sus tarjetas de crédito habían sido bloqueadas, y que mientras estuvieran en Paris, no tendrían ni un solo centavo a menos que consiguieran un empleo, una terrible noticia que arruinaba todos los planes de los jóvenes, que ya tenían su hecho pensado.   —Como escuchaste ¿Quieres dinero? entonces consigue un empleo de fin de semana en Paris, además no necesitas estadía porque se quedarán en la mansión de mi hermano los fines de semana, sin mencionar que ese colegio funciona también como internado, así que no hay necesidad que requieras el uso de tus tarjetas de crédito… si en caso que no quieras buscar un empleo, le dije a mi hermano que les ayudara monetariamente para gastos exclusivos de sus estudios, nada mas —  Sentencia Nick tranquilamente, mientras que Isaías apretaba su mandíbula para intentar apaciguar la rabia que sentía por dentro.   — ¡Bien, como sea no me importa!  — Exclama caminando con largas y pesadas zancadas hasta su habitación.   Cuando llega a su habitación, la cual compartía con Isaac, se encuentra a su hermano escuchando música con sus auriculares puestos.  El pelinegro lleno de rabia, le arranca los audífonos a Isaac para que escuchara lo que tenía que decir.   — ¡Nick nos bloqueó las tarjetas, todo, absolutamente todo, somos podres! el plan se fue a la mierda, directito a la mierda, y si es por Mathew, él nunca nos dará dinero… porque si deseamos dinero tendremos que trabajar y estudiar ¿puedes creer eso?  — Exclama con asco lanzándose en la cama, al lado de su hermano que parecía más sereno.   —Imaginé que Nick haría algo como eso, por eso hice un plan B — Dice Isaac, viendo como su hermano le miraba como si estuviese a punto de descifrarle los secretos del universo.   — ¿Un plan B?  — Pregunta con mucha intriga, Isaac asiente con su cabeza.   —Aja, un plan B, consiste en ganar dinero fácil — Revela Isaac con una sonrisa, mientras se acerca a un mas a su hermano.   — ¿Dinero fácil, quieres que nos prostituyamos? — Asume Isaías sintiendo como su gemelo le daba un golpe en la nuca.   — ¡No tonto! hacer peleas clandestinas con esos chicos idiotas del instituto, con facilidad les ganaremos, apostamos una alta suma, les damos una paliza a los valientes que creen que pueden con nosotros y ganamos dinero fácil.  Oh, y por supuesto, nos escapamos en las noches y si alguien nos ve ¿Quién se atrevería a delatarnos, si tendremos fama de bravucones?  — Admite Isaac viendo sonreír a su hermano, que le dio un rápido y efusivo beso en sus labios.   — ¡Eres un genio!  — Exclama con demasiada emoción, pero luego se torna serio mirando de reojos a Isaac.   —Y sobre lo que ocurrió en el bar, con respecto a Misha… también me da curiosidad verle.  Quiero que me prometas una cosa Isaac:  — Pide Isaías con suma seriedad.   — ¿Qué será?  — Indaga tragando saliva, porque sabía que la promesa que pediría su hermano era con respecto al rubio.   —Prométeme que no vamos a pelear por culpa de Misha.  Y otra cosa MUY importante, queda terminantemente prohibido tener sexo individual con él ¿De acuerdo?  — Ordena Isaías viendo como su hermano lo apartaba de un empujón y luego emitía un bufido.   — ¿Sexo individual?  Ni siquiera pasaba por mi mente tener un trió con la princesa, solo era un niño cuando te dije que me gustaba.  Han pasado 10 años, quizás en este instante debe ser un chico horrible y sin gracia… — Confiesa fingiendo que no le daba importancia al asunto.  Una actuación tan mala que Isaías logró verla.   — ¿Y si te digo que aunque fuera un chico horrible y sin gracia, me gustaría tenerlo entre mis piernas? a ver ¿Qué harías al respecto? y esta vez dime la verdad, porque se cuando mientes — Pide Isaías con una expresión indescifrable en su rostro.   Isaac al instante frunce el ceño.   —Eso no va a ocurrir, porque ninguno de los dos va a tener sexo con él. Misha está vetado permanentemente ¿De acuerdo?— Ordena Isaac con una expresión tan seria, que Isaías podía jurar que su hermano estaba molesto.   —De acuerdo… la princesa está vetada permanentemente — Promete estrechando la mano de su hermano, para cerrar el trato que ambos sabían que no cumplirían.     ***   Sam, su hijo Santi y Thomas se encontraban en la recamara del moreno, para ayudarle a empacar.  Cuando Sam doblaba la ropa del muchacho, se podía ver como aguantaba sus ganas de llorar.   —Papá no vayas a llorar, ni que me fuera a ir para siempre — Aclara Thomas notando que por haber dicho aquello, provocó que Sam comenzara a derramar las lagrimas que tenia contenidas en sus ojos desde hace tiempo.   Santi al ver que su papá comenzó a llorar, le lanzó a Thomas el pantalón que tenía en sus manos.   — ¡Vez lo que hiciste!  — Reprende el jovencito a su hermano mayor que se acerca a Sam para abrazarle.   —Es la primera vez que te vas por tanto tiempo, te voy a extrañar mucho Tommy.  Puedes inscribirte en una universidad aquí en el país… le diré a William que… — Murmura Sam hasta que Thomas le interrumpe.   — De ninguna manera, no quiero que William piense que te engatusé para que cambiaras de parecer, estaré bien.  De todas formas no podía durar toda la vida con ustedes — Admite el muchacho con una pequeña sonrisa, luego se voltea para ver a Santi que también parecía triste.   —Yo también te extrañaré n***o — Dice Santi sintiendo como su hermano le hizo una llave en su cuello, solamente para despeinarle el cabello violentamente.   —Cuida a papá, también a Laura y a William.  Te dejo a cargo — Ordena Thomas escuchando como su hermano se echó a reír, después que logró zafarse de su tosco agarre.   — Cualquiera que no te conozca, creería que eres un hombre responsable, pero si. Los cuidaré mejor que tu, al menos mi papá ya no tendrá que ir a la cárcel por ti en un largo tiempo — Dice Santiago con mucha seguridad, mientras que Thomas frunce sus labios.   — ¿Por qué arruinas mi momento de madurez? siempre quise decir eso, idiota.  En fin, el punto es que ahora que yo no estoy, tú serás el hermano mayor — Indica Thomas viendo como su padre se calmaba, y Santiago asentía con su cabeza.   —Pórtate bien, y no le hagas nada a Jacob… — Pide Sam viendo como Thomas se levantaba para buscar sus productos de aseo personal.   El castaño observaba a su hijo, que en ese instante solo tenía un short como vestimenta, Thomas había crecido tanto, que su estatura sobrepasaba el punto más alto del marco de la puerta, algo que Sam asumía se debía a que el chico jugó por varios años básquetbol, entre otros deportes que habían moldeado el cuerpo atlético que ahora tenía.  El joven cuando salió del baño, tiró el cepillo de dientes, entre otras cosas en la maleta sin mucho orden, y Sam que vio aquello, comenzó a meter los productos en los distintos compartimientos que tenia la maleta.   —No le haré nada a ese tonto, incluso ya se me olvidó como era exactamente… lo único que recuerdo eran sus ojos grises y su cabello n***o con un corte ridículo — Explica con una pequeña risa burlona que contagio a su hermano Santi.   En cambio Sam, se tornó serio por ver como Santi y Thomas se burlaban de Jacob. —Dejen de hacer eso, solo te pido que no lo molestes.  Trata de ser político con él — Insiste Sam viendo como su hijo le miraba con una sonrisa torcida.   —¿Quieres que sea mentiroso, corrupto y ambicioso de poder?  — Pregunta irónicamente, sintiendo como en esta ocasión, Sam le dio un golpe en uno de sus hombros, que solo logró hacerlo estallar en una risa bastante molesta desde el punto de vista de Sam.   — ¡Thomas no juegues, sabes a lo que me refiero, solo te pido que lleves la fiesta en paz con ese chico!  — Exclama Sam, sintiendo como su hijo repentinamente comenzó a alborotarle su cabello, que ahora a sus 38 años, lo llevaba más corto.   —Tranquilo papá, no le haré nada a ese Jacob, puedes dormir en paz, aunque no creo que William te deje dormir en paz esta noche… — Asume Thomas viendo como Santi y Sam abrían sus bocas sorprendidos.   —Yo que tu, le doy una bofetada por falta de respeto papá… — Insta Santiago, Sam simplemente se sonroja levantándose de la cama.   — ¿Qué? ni que estuviese diciendo mentiras… ¡Y tu Santi deja de meter cizaña, que nadie te pidió opinión!  — Grita Thomas levantándose para amenazar a su hermano que se aparta dos pasos de él.   —¡Papá, Thomas me quiere golpear! noo aléjate ¡Papá ayúdame! — Grita Santiago cuando siente como su hermano se lanzó sobre él para golpearle.   Sam suspira con cansancio, y cuando ya se encuentra en la puerta, se siente en la obligación de decir algo.   —Thomas deja de golpear a tu hermano… como castigo… ¡No te voy a echar azúcar en tu zumo de frutas! — Amenaza Sam señalando a su hijo, Santi hace una mueca de sorpresa en su rostro.   —¡¿Quéee Eso es todo?!  ¡Por eso esta así, por eso se la pasa en la cárcel, porque no le dan mano dura! — Exclama sintiendo como Thomas le tapaba la boca para que dejara de hablar, y Sam sale de la habitación para no seguir con la conversación.
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