Capítulo 2.
Llegada de un familiar.
Flashback
18 años antes.
Una gran discusión de dos hermanas que siempre discuten a raíz de los celos de Abril, quien es la hermana mayor y la que quiere acaparar toda la atención en la casa. En la habitación de Alicia, se encuentra en el tejado con Abril, quien cuelga la muñeca para arrojarla; si no es de ella, no sería de nadie.
—Abril, por favor, dame mi muñeca, no la botes. —Alicia llora por su muñeca favorita.
—A mí me gusta esta muñeca y si no me la das, no será para ninguna de las dos.
—Abril, no lo hagas, devuélvele su muñeca. —Harry, enojado, llega para defender a Alicia, quien llora sobre el suelo. Quitándole la muñeca a Abril, se la entrega a Alicia, quien lo abraza fuerte para agradecerle.
—Harry, estábamos jugando, ella no sabe jugar sin llorar. —Se queja Abril, cruzándose de brazos muy enojada.
—¿Qué pasa aquí? —dice Maikol, quien, por los gritos y el llanto de su hija, lo lleva a subir a la habitación para ver qué sucede.
—Papi, estaba jugando con Alicia y ella no me quería prestar su muñeca. —Abril cambia su actitud a inocente para que su papá le crea.
—Abril, hija, si la tuya y la de ella son exactamente iguales, solo cambia el color de cabello, ¿no entiendo por qué siempre quieres las cosas de tu hermana? Siempre les hemos dado a las dos por igual.
—Pero Papi, la de ella tiene el cabello rizado y la mía no; yo quiero la de ella.
—Abril, hija, eso no se hace, cariño, no puedes envidiar las cosas de tu hermana; además, esa fue la muñeca que a ti te gustó. Debes ser agradecida con lo que tienes.
—Pero papá.
—Pero nada, aprende a conformarte con tus cosas sin envidiar nada de nadie. ¿No sabes que existen niños que quisieran tener lo que tú tienes?
—Lo siento, papá, no pasará de nuevo. —Al ver a Harry sostener a Alicia en sus brazos, su enojo aumentó.
*
Con la mudanza de Harry no había nadie que pudiera defender a Alicia, con el tiempo ella vivía en una batalla constante con Abril quién se empeñaba en hacerle la vida a cuadrados, al cumplir los 15 años Abril tuvo una fiesta como ninguna otra, su celebración fue por todo lo alto, en cambio, Alicia para sus 15 años pidió una cena familiar, sus padres como obsequio le regalaron un coche y un puesto en su propia oficina, cosa que Abril había rechazado para ella salir con sus amigas de compras y gastar dinero era más importante, la empresa no llamaba su atención, en cambio, Alicia estaba enfocada en sus estudios para poder desempeñar sus labores en la empresa, al cumplir los 18 años Alicia presentó un proyecto a la empresa el cual fue aprobado con éxito, su familia se reunió en el mejor restaurante de la ciudad para celebrar donde conoce a Eliot un joven empresario hijo de uno de los socios de su padre haciéndose amigos al instante, desde ese momento Abril empezó a sentir nuevamente celos por su hermana, ya que los hombres más guapos y éxitos querían con Alicia apresar de que ella estuviera presente, sus relaciones no pasaban de una noche mientras que podía notar como su hermana era cortejada sin cesar, siendo rechazados innumerables veces por Alicia.
Para sus 20 años ya estaba empapada en el negocio familiar, convirtiéndose en la mano derecha de su padre, además de una pieza importante para la empresa, a diferencia de su hermana Abril, que solo veía la empresa como un banco de crédito ilimitado.
— Alicia, 18 años en el presente —
—O vaya, cariño, ya nada más faltan unas semanas para tu cumpleaños, nada puede ser mejor, tu primo Harry volverá a la ciudad mañana por la noche, esta familia se reunirá de nuevo. —Mi madre sostiene revistas de modas mientras me habla emocionada; busca en ellas un vestido para mí.
—Madre, no creo que sea prudente hacer una celebración por mi cumpleaños, solamente quiero ir a algún lugar bonito y comer en familia como siempre lo hacemos; eso me hace feliz. Además, en estas celebraciones invitas a personas que ni siquiera conozco, no me siento cómoda al tener que hacer que todos me caen bien y además que los conozco sin conocerlos.
—Pero, hija, ya contraté a un organizador de fiestas, además de que tienes que tener en cuenta que también será la bienvenida de tu primo; sé que este reencuentro valdrá la pena, ustedes dos harán un gran equipo de trabajo. Eres muy inteligente, cariño, tanto que eres mejor que yo en todo esto.
—Vaya, supongo que llegué en buen momento, quizás haya algo de halagos para mí. —Dice Abril entrando en mi oficina sin tocar como acostumbra.
—OH, cariño, claro que sí. ¿Qué te trae a la empresa?
—Como sea, necesito que me deposites, hermana, ya que saldré de viaje.
—¿Cómo que saldrás de viaje? ¿A dónde? —Lilian se sorprende por la actitud de su hija, quien hace lo que quiere cuando quiere por tener la mayoría de edad.
—Eso no importa, el hecho es que me voy por unas semanas —expone sin más, mirando a Alis mientras espera que la ejecutiva que lleva las finanzas de la empresa firme el cheque con muchos números como acostumbra.
—Abril, hija, recuerda que en unas semanas será el cumpleaños de tu hermana, además del regreso de tu primo Harry.
—¿Harry? —dice haciendo una pausa; recuerda a su primo Harry de pequeño, sabe lo cercano que era con Alis y no piensa dejarle un poco de felicidad a su hermana; no dejará que se acerque a Harry.
—¿Cuánto necesitas, Abril? —dice Alis mirando la expresión pensante de su hermana, a la que no logra jamás cambiar de opinión.
—No importa, déjalo, me quedaré a recibir a Harry; por cierto, ¿cuándo llegará Harry?
—Mañana por la noche, cariño, como ya estás aquí, deberías acompañarme al súper; quiero comprar unas cosas para la cena de bienvenida.
—Claro, madre, vamos.
—Bueno, cariño, hablaremos de tu cumpleaños más tarde. Cuídate, te quiero, conduce con cuidado. —Besa mi frente acariciando de mi mejilla.
—Chao, hermana, si te pierdes de vuelta a casa, nos harías un favor. —Expresa relajada mientras se dispone a salir del lugar.
—ABRIL, no vuelvas a repetir eso, jovencita. —Lili la mira enojada al ver lo inconsciente que es al hablar de esa manera de Alis.
—Tranquila, madre, ni queriendo podremos librarnos de ella. —Expresa con fastidio.
—No le prestes atención, cariño, esa es su forma de demostrar su cariño.
—No importa, madre, eso no me afecta, ve tranquila. —Alis la ignora por completo como siempre lo hace; es lógico que ya esté acostumbrada a las insinuaciones ofensivas de su hermana que daría todo por ser hija única.
Nunca había visto a Abril cambiar de opinión tan rápido al respecto de un viaje. ¿Tendrá que ver el regreso de Harry? Pude ver sus ojos brillar al escuchar su nombre. Mi padre me saca de mis pensamientos adentrándose a la oficina.
—Hija, quiero que asistas a la cena de socios que hay todas las semanas.
—Padre, sabes que no iré, esas reuniones no son para mí.
—Hija, tu hermana Abril la pasa muy bien cada vez que va; todos le tienen mucho cariño.
—No puedo, sabes que no iré —dice Alis, algo molesta de que siempre quiera convencerla de ir a lugares donde no se siente cómoda.
—Bien, cariño, no te obligaré. Revisa el correo que te envié; quizás tú puedas ayudarme con esa contabilidad.
—Ya lo hice, te envié nuevamente una copia y mandé a imprimir los formularios para ser entregados al consejo.
—Vaya, cariño, no sé qué haría sin ti. Alicia, piensa lo de la cena; hay personas que quieren conocerte.
—No puedo, padre, tengo planes.
—¿Con Eliot? Puedo ver que se han hecho muy buenos amigos; quizás él termine siendo tu prometido.
—Padre, solo somos amigos y, aunque sé que eso te gustaría, no estoy interesada en nadie.
—Entiendo, mi niña, no puedo obligarte a nada, sé que serás exitosa aunque no te cases.
—Así es, padre. —Lo afirma con seguridad.
—Te veré mañana, cariño; por cierto, tu madre me informó de la llegada de tu primo Harry. Él también sabe mucho de negocios como tú; sé que se llevarán bien trabajando juntos en el proyecto hotelero.
—Esperemos así sea, sabes que me gusta trabajar sola.
—Bueno, cariño, siempre hay una primera vez para todo; tengo fe de que ustedes lograrán que todo salga a flote. Buenas noches, cariño. —Mi padre besa mi frente saliendo de la oficina.
Estoy terminando de revisar unos documentos cuando escucho que llaman a mi puerta.
—Adelante.
—Hola, hermosa, sabía que te encontraría aquí. ¿Sabes que ya todos se fueron? Tu asistente se quedó dormida en el escritorio.
—Hola, Eliot, ¿cómo estás? —Me deja un beso suave en la mejilla.
—Hola, hermosa, ¿ya cenaste?
—No, muero de hambre.
—Genial, vamos, te llevo a cenar y luego a casa.
—Suena genial.
Tomo mi bolso; saliendo de la oficina, puedo notar que Ana está dormida en el escritorio.
—ANA— La llamo sin éxito —ANA.
—Sí, sí, sí, ya voy.
—ANA, vete a casa.
—Sí, señorita, gracias.
Salimos de la oficina y Eliot, como siempre, me lleva a mi restaurante favorito; cenamos mientras platicamos de todo un poco, le cuento de la llegada de Harry y luego me lleva a casa, donde se despide de mí.
—¿Te veo para almorzar mañana?
—No lo sé, mañana tengo una junta, además debo ayudar a mi padre a organizar todo para la llegada de mi primo.
—Sí escuché algo de eso. ¿En algún momento vas a comer?
—Sí, eso creo.
—Bien, pasaré por ti para comer y luego te ayudaré con lo que necesites.
—Bien, nos vemos mañana. —Me toma de las caderas besando mi mejilla, cosa que me incomoda mucho.
Al subir a mi habitación me ducho sintiendo una paz indescriptible. Los días que hay cena de socios, todos se van y a los empleados se les da el día libre; la casa queda totalmente sola, cosa que me cae excelente. Me coloco mi pijama sexy sin ropa interior, salgo al techado que está afuera de mi habitación, tomando la regadera, riego las plantas de mi techado como todas las tardes. Después de ducharme, me siento observando la hermosa vista que trae la noche, con el frío abrasador; me envuelvo abrazándome a mis rodillas mientras mis senos se erizan al contacto del viento en mi camisa. La soledad es mi mejor compañía. Miro al cielo; el de las estrellas brillando alumbra mi fría noche. ¿Algún día conoceré a ese hombre que conecte conmigo como lo hacen el cielo y las estrellas? ¿Alguien que disfrute tanto como yo de esta increíble vista?
*
Al despertar, me ducho; cambiándome, salgo al encuentro de mis padres y Abril, quienes desayunan luciendo cansados.
—Buenos días, cariño, ¿cómo pasaste la noche?
—No, también como ustedes puedo verlo.
—Alis, te perdiste de una increíble noche, la pasamos muy bien, llevas muy tarde de tanto bailar; además, había chicos muy guapos.
—Me alegra que la hayan pasado muy bien; debo irme, padre, te espero en el coche.
—Sí, cariño, ya voy.
Salgo subiendo al coche, donde mi padre sube tras de mí.
—Alicia, cariño, se me había olvidado decirte que mandé a organizar la oficina que está dentro de la tuya para Harry, así podrán estar cerca y trabajar sin problemas.
—¿Qué hiciste qué? Padre, mi oficina es mi privacidad; además, te dije que quería tomar esa oficina como biblioteca, ¿por qué no me lo dijiste antes?
—Alicia, cariño, en nuestro nivel las oficinas están ocupadas, no podemos enviarlo a la planta baja, merece un buen trato; además, me informaron que no siempre estará en la empresa, ya que su padre ha pedido organizar la oficina de su empresa. Tendremos que organizarnos; habrá días que deberás ir a su empresa.
—Sabes que no me gusta molestar, padre, siento que todo esto será algo incómodo.
—No lo veas de este modo, cariño, piensa que es un comienzo para tus propios proyectos; Harry solo será parte de ese motor, por el hecho de que tú serás la otra parte. Solo quiero que des lo mejor de ti.
—Está bien, padre, haré lo mejor que pueda.
Después de pasar el día reacomodando el lugar, puedo sentir que ya interrumpe mi privacidad. Al llegar el mediodía, Eliot pasa por mí como lo acordamos; después de comer, me lleva a casa, donde todos están dando vueltas, alterados por la llegada de Harry, quien se robó la atención de todos en el lugar, ayudando a organizar todos los documentos. Las horas se pasan tan rápido que no me da tiempo de cambiarme de ropa cuando escucho un coche estacionar fuera de la casa. Mi madre sale a recibirlo mientras puedo ver a Abril juntar brillo en sus labios, además de acomodar su camisa mostrando su escote.
Al verlo entrar a la sala, puedo ver lo guapo que es, sus hermosos ojos verdeazulados, alto, moreno, tan guapo como modelo de revista o más que eso; sus músculos resaltan por su chaqueta mientras fija su mirada en nosotras, donde, sin perder tiempo, Abril corre a su encuentro.
—Es un placer conocerte, primo Harry. Soy Abril, coqueteando con él a simple vista.
—Para mí es todo un placer conocerte, Abril, aunque ya te conocía, no logro recordarte con exactitud. —Toma su mano para besarla y puedo ver que eso le gusta mucho a la coqueta de mi hermana.
—No tienes de qué preocuparte, primo, no pasa nada, bienvenido.
—Harry, quizás no te acuerdes de mí, Alicia, ya que eran muy pequeños cuando te fuiste. Es un poco distante. Alis, querida, saluda. —Mi madre me acerca a él.
Casi a empujones a su encuentro, mientras no dejo de mirarlo a esos ojos que me traen.
Fijo mi mirada extendiendo mi mano, donde el simple roce de nuestra piel ocasionó en mí una fuerte conexión como ninguna otra; esa electricidad que recorre mi cuerpo me hace mirarlo. Al verlo, reacciono de inmediato, saludándolo.
—Hola, Harry, bienvenido, es un gusto poder conocerte —le digo sin poder dejar de mirarlo.
—Gracias, Alis, ¿puedo llamarte así?
—Por supuesto, somos familia. —Me suelto de su agarre alejándome de él mientras aún nos miramos.
—Bueno, pasa, Harry, siéntete en casa, haremos que tus días aquí sean inolvidables. —Dice Abril, muy coqueta.
—No lo dudo. —Dice sonriendo ampliamente.
Nos sentamos y de inmediato mi madre llama a mi tía, quien no pierde tiempo en llorar. Al llegar mi padre, nos instalamos a hablar de negocios; puedo ver que él aprende rápido y que se adapta sin problemas. La noche avanza mientras le explico el proyecto que vamos a ejecutar; llevo meses trabajando en él y solo espero que todo salga bien. Estamos analizando unos documentos cuando mi madre aparece en la sala llamando la atención de todos.
—Chicos, dejen a Harry descansar por esta noche, acaba de llegar y ya están hablando de negocios. Hijo, vamos, te mostraré tu habitación, donde podrás ducharte y prepararte para la cena.
—Sí, tía, por supuesto, Maikol, estaré a primera hora en la oficina para terminar de analizar los términos del proyecto. Muchas gracias por ponerme al día.
—No hay ningún problema, hijo, sé que sabrás qué hacer, eres de la familia; ve, ponte cómodo, nos veremos en la cena.
—Muchas gracias.
—Vamos, hijo, se me quemará el pollo que tengo en el horno. —Dice mi madre muy nerviosa.
—Madre, ve, revisa el pollo; yo llevaré a Harry a su habitación —dice Abril, mirándolo fijamente; puedo ver que es la primera vez que mi hermana se dispone a hacer algo sin que la manden.
—Excelente, cariño, Alis, hija, ¿me podrías ayudar con la ensalada? —dice mi madre, llamando mi atención.
—Sí, madre. —Me levanto observándolos al salir; al entrar en la cocina, estoy ayudando a mi madre con la ensalada mientras ella da vueltas por la habitación.
—Hija, ¿qué tal te pareció Harry? Es encantador, tu tía sí que supo cuidar de él. —Mi madre me habla y no puedo evitar pensar en la electricidad recorriendo mi piel al roce de nuestra piel. —¿Alis? —Alis, querida, ¿estás bien? —Derramó la salsa en mi ropa y mi madre sale a mi encuentro. —Vaya, cariño, ven, te limpiaré. —Mi madre limpia mi camisa y de inmediato fija su mirada en mí. —Alis, sé que hay algo que te molesta, hija, tu padre me contó que compartirás las oficinas con Harry, cariño, no lo juzgues sin antes conocerlo, dale la oportunidad.
—¿Madre? Ya terminé, ¿puedo subir a cambiarme?
—Por supuesto, cariño, ve, te veré para la cena.
Salgo de la cocina donde tropiezo con Abril al salir.
—Hermana, ve a cambiarte, estás hecha un asco.
Camino sin prestarle atención, subo a la habitación encendiendo la luz, me cambio colocándome mi vestido; al observar el jardín, salgo regando las flores mientras el viento controla mis nervios. Me siento respirando profundo, me preparo para salir de la habitación; cambiándome las zapatillas, salgo de la habitación chocando contra el pecho de Harry, quien me sostiene con fuerza. Nos miramos por unos segundos y me alejo esquivando su mirada.
—¿Estás bien? —dice, sosteniendo mis caderas.
—Sí, lo siento —digo tomando distancia.
—No. Discúlpame a mí, no te vi al pasar.
—No pasa nada, vamos, mi madre nos espera para cenar.
—Sí, tienes razón, vamos.
Nos adentramos al comedor donde mis padres nos esperan. Al sentarnos, puedo ver a Abril llegar usando un hermoso vestido. Nos sentamos en la mesa y ella se sienta junto a Harry del lado izquierdo y yo frente a él. Empezamos a cenar mientras Harry nos cuenta de su vida en California, haciendo llorar a mi madre por pensar en el tiempo que no ve a su hermana, ya que el trabajo no les permite viajar.
—Bueno, ya, contigo aquí, Harry, podré viajar a California unos días, después del cumpleaños de mi Alicia, así me iré tranquila, puesto que tú podrás cuidar de ella en la oficina cuando mi esposo salga de viaje. Todo esto me hace acordarme de cuando eran pequeños y Harry cuidaba de Alicia.
—Vamos, madre, no es momento de hablar de eso; además, sabes que sé cuidarme sola.
—Así es, madre, deja el pasado atrás.
—¿De verdad? Podría contarme un poco de eso; debe ser bueno recordarlo —dice fijando una mirada en mí.
—Lo siento, Harry, a Alicia no le gusta hablar de su vida. Eran muy pequeños; al nacer Alicia, te gustaba dormir en su habitación, decías que cuidarías de ella y así lo hiciste. Me acuerdo que una vez, Alicia se cayó jugando en el jardín y se raspó la rodilla; estaba muy pequeña. Me acuerdo que corriste a la habitación buscando gasa y alcohol y curaste su pierna, la abrazaste hasta que se quedó dormida en tus brazos junto a ti; eran tan pequeños, como dos hermanos que se cuidaban el uno al otro.
—Vaya, es increíble poder saber cosas como esta; no se preocupe, tía, puede irse tranquila, yo cuidaré de Alicia, la ayudaré en lo que necesite. —Su mirada fija en la mía mientras intentaba evitar la suya.
—Bueno, no hablemos más del pasado; ahora lo que importa es el presente, Harry, me da un gusto poder tenerte de vuelta. Como dije antes, haremos que tu estadía aquí sea gratificante. —La expresión de Harry cambia, mirando disimuladamente a Abril, quien sonríe pícara.
Al terminar de cenar, Jimena recoge los platos y yo me levanto para ir a mi habitación. Al subir las escaleras, puedo sentir que alguien me sigue; al girar, miro a Abril y Harry. Me acerco a mi puerta, donde su voz detiene mis pasos.
—Alis. —Me giro para verlo.
—¿Te espero temprano para ir a la oficina?
—Sí, mi padre irá con nosotros; si no estoy lista, puedes ir con él.
—Bien, gracias, buenas noches.
—Buenas noches, Harry.