POV CLAUDINE
- ¿supiste las malas nuevas, Claudine? - me pregunta Maikel apenas llego a su cuartel de vigilancia, como le dice, aunque sólo es la recepción del edificio.
- no, he estado encerrada en mi departamento haciendo un trabajo de psicología que me está chupando el alma - digo y no puedo evitar bostezar. Tengo mucho sueño, no he dormido bien en dos días, sin contar que he descuidado un poquito a Kai.
- el dueño del edificio lo vendió al banco - levanto mis dos cejas con sorpresa.
Oh vaya, eso es un gran problema, siempre puedo mudarme con mi tía que su casa queda a dos calles de la universidad, pero hay personas aquí que no tienen hacia dónde ir, como los ancianos del piso que está arriba del mío y a la señora S le encanta vivir aquí.
- oh, eso es una pena - digo haciendo una mueca.
- dicen que el hijo de la señora S le comprará el edificio al banco - dice como si fuera el chisme de la vida - ¿la señora S no te dijo?
- que yo lo recuerde, no - achico mis ojos recordar cada palabra que me dice la señora S.
"mi hijo comprará este edificio para que yo no tenga que mudarme ¿no es un buen hijo? "
- no, no recuerdo que me haya dicho algo así - Maikel asiente mientras yo muerdo mi labio tratando de enfocar mi vista en la bandeja de los correos ¿ya les dije que soy una chismosa?
- ¡Claudine! - llama Nick a mis espaldas y miro a Maikel asustada, él señala hacia detrás de la recepción y como puedo me vuelo el mostrador.
- auch - me quejo cuando mi espalda choca contra el frío suelo ¿en serio me acabo de volar el mostrador de la recepción solo para no hablar con Nick? pues la respuesta es sí y mil veces sí.
- hola Maikel, ¿has visto a Claudine? - escucho decir a Nick.
- no, ella ya se fue para la universidad, ya sabes que siempre anda llegando tarde.
Miro a Maikel claramente ofendida y él se aguanta las ganas de querer reír, nunca he llegado tarde a la universidad, llego al tiempo justo y exacto.
- oh, sí, siempre anda apresurada - dice Nick de forma distraída - bueno, nos vemos fue un gusto hablar contigo.
- el gusto es mío.
Espero unos minutos a que Nick se aleje por completo, Maikel me hace una señal para que salga y yo sonrío levantándome del suelo.
- eres un bocaza - bromeo golpeando su hombro despacito.
- no, no soy un bocaza y tú vas a llegar tarde a tu universidad - dice señalando el reloj a sus espalda.
- no te voy a... - miró el reloj de la recepción y abro mucho mucho los ojos al ver la hora que es - ¡carajo! - como puedo me subo de nuevo al mostrador cayendo de cara de nuevo en el piso.
La risa estruendosa de Maikel se hace presente. Ríete, hijo de tu mamá.
- ¡señorita! - exclama un tipo que no se dónde salió - ¿está bien?
Suelto un quejido de dolor lamentándome de mi vida hasta que recuerdo de nuevo la hora que es y me levanto del suelo sacudiendo mi ropa, ignorando al tipo que me preguntó cómo estaba.
- ¿no se lastimó? - pregunta de nuevo haciendo que levantara mi mirada para verlo, a este tipo lo he visto en alguna parte. Él me mira expectante esperando una respuesta por parte de mí y asiento varias veces.
- sí, casi me quedo sin cara, pero estoy bien - dijo relajada. El otro hombre que lo acompañaba se echó a reír, pero yo no tengo tiempo para estar detallando a hombres guapos que se cruzan por mi camino - me tengo que ir, disculpe.
- oh, está bien.
Miro hacia dónde está Maikel muerto de la risa por mi anterior caída. Que falta de respeto, ridículo, totalmente ridículo.
- ¡adiós, Maikel, recuerda tomar tus pastillas para la diarrea! - él deja de reír y me mira serio.
- niña irrespetuosa ¡soy mayor que tú!
- ay equis - tengo que correr antes de que Maikel salte el mostrador de la recepción y quiera asesinarme.
Soy muy joven y tengo un hijo al qué tengo que cuidar, no puedo darme el lujo de morir.
- ¡Claudine! - me grita Raquel apenas entro al salón.
Casi no hay nadie en el salón, ese maldito reloj está adelantado por media hora, lo había olvidado.
- hola, buenas tardes - saludo como siempre. Al pasar por el puesto de Nail golpeo su pupitre haciendo que se levante asustado - ¿alguien se durmió tarde anoche? - molesto mientras Nail de quita los rastros de saliva de su cara aún desorientado.
- fue a una fiesta anoche y al parecer lo batearon - bromea y Nail gruñe.
- ¿batearon? - pregunto confundida - ¿Cómo así?
- solo hubieron algunos chicos que me molestaron, nada del otro mundo.
- ¿seguirás con el tema de "volverte popular"? - digo haciendo unas comillas con mis dedos al final.
- es parte de estar en la universidad - responde y se encoge de hombros.
- oh vaya eso no explica nada - digo con sarcasmo y Raquel ríe en voz alta.
- lo que Nail quiere decir, es que no ha madurado y necesita atención para compensar la falta de amor propio - dice Raquel. Ok, eso fue cruel, muy cruel.
Raquel es así, increíblemente directa tanto que puede llegar a ser cruel, como ahora, que está siendo una maldita con Nail.
- eso no fue necesario - dice Nail a punto de llorar.
- eso fue muy cruel, tienes que reflexionar y trabajar en ti - Raquel me mira con una ceja levantada antes de estallar en carcajadas trato de mantenerme seria, pero término riendo junto a ella mientras Nail se queja.
Luego de la clase los tres salimos a la cafetería a comer algo, no comí nada antes de salir así que tengo muuuucho hambre.
- ¿debería de pintarme el cabello? - pregunta Raquel una vez que nos sentamos en la mesa.
- ¿de qué color? - Nail me gana la pregunta. No me quejo, tengo la boca llena de sándwich de jamón con verdura y no puedo hablar.
- un castaño más claro a este - señala su cabello. Nail y yo nos miramos con el ceño fruncido y nos encogemos de hombros.
- pues supongo que está bien, cual quiera cosa que te hagas se te verá bien - digo con total sinceridad.
Raquel es una chica muy bonita, es un poco más alta que yo, de cuerpo delgado, pero con un buen trasero, sí, soy una mirona, arrestenme. Su cabello es castaño claro, y tiene un rostro muy bonito con facciones delicadas y unos ojos color café de infarto, es muy hermosa y creo que le van las mujeres, no es por ser prejuiciosa ni nada de eso, de hecho, no me importa, pero he visto cosas, como aquella vez que...
- Clau - Nail me sacude por los hombros.
- ¿Qué? - pregunto con la boca llena, se me ha olvidado hasta masticar.
- te dije que el domingo Paul hará una fiesta, invitó a todos en la universidad ¿entiendes eso? - niego y él bufa - será la fiesta del siglo tienes que ir.
- no estoy interesada en las fiestas, tengo un proyecto de Ciencias Políticas que terminar para el lunes - Nail bufa.
- te dije que no iría - le dijo Raquel - eres muy insistente.
- tienes una vida muy aburrida ¿sabes? parte de ser joven es salir a bailar ¿cuándo fue la última ve que saliste?
Me quedo pensando un momento en sus palabras, en mis tiempos de escuela no fui a ninguna fiesta, era demasiado insegura y antisocial para eso, luego conocí al idiota y fui a una que otra, si fueron dos diría que estoy exagerando.
- hace como tres años o dos, no lo sé - me encojo de hombros.
- ¿si ves? eres una chica de veinte años, deberías de salir y disfrutar un poco más.
El problema aquí es que si salgo y disfruto más dejaré solo a mi hijo y yo no soy tan irresponsable como para hacer esa pendejada.
- Nail, Claudine tiene responsabilidades - interviene Raquel al ver que yo estoy vacilando - estoy segura de que el día en que ella pueda venir con nosotros a una fiesta, lo hará, deja de estar atormentandola.
- oh, lo siento, no lo sabía - Nail se disculpa avergonzado y yo asiento con una pequeña sonrisa.
- está bien, Raquel tiene razón, el día en que pueda ir con ustedes a una fiesta lo haré.
- ¿es una promesa? - dice de forma infantil.
- es una promesa.
- bueno, dense un beso - dice Raquel e inmediatamente me separo de Nail.
- ¿eres adicta al hentai o por qué tan metida? - bromea Nail haciendo que ambas rieramos.
- no, yo no le voy a esas cosas hetero.
- ¿y qué cosas le vas entonces? - digo con diversión, Raquel abre su boca para responderme pero la voz de un chico la interrumpe.
- Hola - saluda este chico que es amigo del capitán del equipo ¿cómo era que se llamaba? ¿Pedro? ¿Julián? ¿Kai? no, así se llama mi hijo.
- Hola - saludamos Raquel y yo en un sonido ya que Nail está en shock.
No entiendo el por qué, él es amigo del capitán es un chico muy popular entre la facultad de... bueno no sé que estudia, pero me han dicho que es muy popular.
- ¿puedo sentarme con ustedes?
Raquel y yo nos vemos por un momento sacadas de onda y luego al chico.
- sí, claro, adelante - respondimos en un sonido.
- muchas gracias - asentí y Paul se sentó a mi lado.
Miro a Raquel buscando algún tipo de explicación, pero ella también parece confundida con lo que está pasando ¿y este? no me importa que se siente con nosotros en el almuerzo, pero sí es un poco rarito ¿se habrá peleado con sus amigos?
- ¿y ustedes como están?
- ah pues bien, supongo - respondo restándole importancia a su presencia, ni que fuera una persona famosa.
- oh, me alegro - qué incómodo - ¿y cómo estas tú, Mail?
Acaba de decir su nombre mal, pobre Mail, debe de estar decepcionado de uno de sus ídolos.
- Mail, está bien - responde Raquel por él al ver que todavía en shock.
- tú eres de la carrera de arquitectura ¿verdad? - pregunta y Raquel asiente inflando su pecho con orgullo - le preguntaba al chico, pero al parecer me equivoqué de persona.
- Nail está en la carrera de psicología - explica Raquel sin ningún problema.
Me mantengo callada, escuchando su conversación mientras como mi sándwich, no estoy muy interesada en hablar con... ¿se llamaba Poul? no, así se llama su amigo.
- lo siento pensé que era el chico el que estudiaba arquitectura, no parece carrera para una chica - dejo de comer mi sándwich cuando escucho eso.
¿y este qué se cree?
- ¿no parece carrera para una chica? - pregunta Raquel con tono ofendido, aunque al parecer Rodrigo no lo nota, bueno no se llama así, pero le diremos Rodrigo.
- sí, pensé que estudiabas no sé ¿veterinaria? - dice como si nada - tampoco es para tanto.
La vena en la frente de Raquel parece que va a explotar en cualquier momento. Ella abre su boca para decir algo, pero yo la freno con mi mano y y me digo que esperes.
- ¿y qué carrera estudias tú? - él parece sorprendido de mi pregunta, pero aún así me responde con sumo orgullo.
- administración de empresas.
- oh, no pensé que estudiaras esa carrera - él me mira con una ceja levantada.
- ¿por qué?
- solo... no te ves de ese tipo ¿sabes? - Raquel me mira con diversión - ¿no se te hace difícil? es una carrera muy difícil, no es para cualquiera.
- ¿Qué insinuas?
- ¿yo? - pregunto con inocencia - nada, solo que ya sabes, a los hombres no le va tan bien con los números.
Él me mira enojado y yo lo ignoro mientras como mi sándwich como si nada hubiera pasado.
- me tengo que ir - dice de forma grosera.
- oh, es una pena y yo que apenas estaba comenzando a ser amigable - digo con falsa pena, mientras Raquel ríe por lo bajo.
- tu forma de ser amigable es mi controversial ¿no crees?
- no - me encojo de hombros.
Ricardo se da la vuelta y se va murmurando algunas cosas, las personas a nuestro al alrededor murmuran cosas y nos miran con un tremendo signo de interrogación encima de sus cabezas.
- que tipo tan borde - bromeo y Raquel se tapa su cara riendo - ¿Qué viento lo habrá traído hasta nosotros?
- uno que se equivocó de dirección - ambas miramos hacia donde se había ido Ricardo con sus amigos y reímos.
- ay equis - miro a Nail con una ceja levantada y le tiro un pedazo de aceituna para que despierte.
- ¡hola! - grita al salir de su shock.
- relájate, campeón, ya se fue - digo con sarcasmo.
- ¿Qué pasó?
Raquel y yo nos miramos de nuevo.
- mercurio retrógrado - respondemos al mismo tiempo.
- ustedes dos son igual.
Ambos sonreímos mientras Nail bufa.
- como dijo el... - ambos me miraron esperando a que termine mi frase - olvidenlo, me tengo que ir.
- ¿ya?
- sí, son las... - miro el reloj en mi muñeca y abro mi boca de forma dramática - ya son las tres - como lo último de mi sándwich y comienzo a correr hacia la salida.
- ella siempre va tarde.
- y siempre llega temprano.
Camino hacia la salida de forma rápida saboreando el aire de la libertad, amo salir de la universidad, ya puedo sentir los bracitos de Kai rodeando mi cuello y...
- ¡Claudine!
- noooo - susurro haciendo un puchero, tan cerca y tan lejos de la libertad. Finjo mi mejor sonrisa y volteo a ver quien me llama - hola...
- Paul - completa por mí.
- sí, ya lo sabía - sonrío con la boca cerrada - ¿en qué puedo ayudarte?
- supe que Andrew estuvo hablando contigo.
- ¿Andrew? - pregunto confundida - aaaah Ricardo.
Paul se echó a reír ante el nombre que le puse a su amigo.
- ¿Ricardo? - pregunta entre risas.
- tiene cara de Ricardo - me encojo de hombros. Sí tiene cara de Ricardo, le queda más con su personalidad.
- bueno, eso no te lo voy a discutir.
No lo pensaba discutir de todas formas.
- ¿y qué pasa con Andrew? - pregunto al ver que nos estamos desviando del tema principal.
- siento mucho si te incomodó a tu o a tu amiga, él suele ser...
- ¿grosero? - Paul soltó una risa nerviosa.
- lengua floja.
- ah, no te preocupes, no es como si me importara algo de lo que digo - y es verdad, no me importa.
- oh, no lo sabía, entonces me preocupé por nada - ambos reímos, él porque está nervioso y yo porque pienso que es un estúpido.
- me tengo que ir - digo al ver que ya va a pasar el autobús - nos vemos, por ahí, algún día... - comienzo a caminar lejos de él, veo que se despide con su mano y yo hago lo mismo devolviéndole la sonrisa.
- ¡oh! ¡está bien! - dice de forma nerviosa al ver que había estado sonriendo como un idiota y no había dicho nada - ¡nos vemos!
- está bien - digo antes de subirme al autobús ¿no se verá como un loco ahí despidiéndose a la nada?
Bueno, quienes somos para juzgar.