POV RIO La puerta se cierra y el sonido es tan pequeño, tan simple, que debería desaparecer en el aire en menos de un segundo… pero no. Se queda vibrando en mis oídos, clavándose en mi pecho como si fuera un puto disparo. Me quedo ahí sentado en la cama, con las manos sobre las piernas, la respiración suspendida en un punto incómodo de mi garganta, sintiendo cómo la habitación se cierra un poco sobre mí. Y no entiendo por qué carajos mi cuerpo reacciona como si acabara de recibir una noticia devastadora. Pero claro que lo entiendo. No es devastación. Es el puto impacto. Es el temblor posterior a un terremoto. Es la destrucción silenciosa después de que alguien te arranca la máscara con los dedos y te dice “te vi”. Y Lena me vio. Cada palabra que dijo me cortó con la precisión de un bist

