POV LENA Cuando cierro la puerta del edificio detrás de mí, la respiración me tarda varios segundos en volver a su ritmo normal. Camino hacia el elevador repitiéndome que fue un día largo, que estoy cansada, que cualquier reacción rara es producto del agotamiento. Lo repito como un mantra, como si fuera suficiente para borrar el eco de la última frase que Rio soltó por la ventana. Me encantan los ojos verdes. Esa voz baja, ese tono cálido, esa maldita confianza natural… No debería haberme afectado. Pero la sensación de mis mejillas ardiendo todavía no se disipa. Y me odio un poquito por eso. Cuando entro a mi departamento, lo primero que hago es dejar todo sobre la mesa del comedor: la bolsa, el portátil, la libreta, las llaves. Luego me apoyo contra la puerta cerrada y dejo salir u

