POV RIO Lena se despide con esa sonrisa contenida, cortés, casi profesional… y entonces ocurre. El guiño. Un gesto mínimo, rápido, casi imperceptible si no estuviera mirándola directamente. Es sutil, no coqueto, no descarado. Es… cómplice. Como si me dijera: tranquilo, Dirztan, estoy jugando tu juego… y puedo seguirte el ritmo. Y por alguna razón enferma, irracional, absurda, esa pequeña idiotez me pega directamente en el estómago. No un golpe físico, no una reacción s****l, no una fantasía rápida. No. Es un impacto puro, crudo, inesperado, como si mi cuerpo respondiera antes que mi cabeza pudiera analizarlo. Me quedo mirando la puerta un segundo después de que ella sale, intentando procesar por qué demonios reaccioné así, pero no puedo ni ponerle nombre. Solo sé que me jodió. Que

