Capítulo treinta y nueve
Estoy en uno de esos momentos en donde no tengo tiempo para pensar.
Por un lado está la empresa, por otra mi familia, por otra las chicas y por otra los Dhall.
Han pasado cinco días desde que ocurrieron un montón de cosas de golpe en mi vida y debo decir que en vez de mejorarla como tal, pues siento que ahora ando mucho más estresada que nunca.
Me urgen unas vacaciones.
—Sofía, tienes a uno de los inversionistas en la línea esperando —Alana entra a la oficina avisándome por segunda vez que me esperan en la llamada e inmediatamente la agarro sin pensar.
—Aquí Sofía Leprince, señor López, dígame, ¿en qué le puedo ayudar?
—Sofía, no podré asistir esta semana que viene a la reunión que impusiste para los miembros, lo siento, se me presentaron cosas que debo reso
