Respondió con voz suave, dirigiéndose hacia su habitación. —Hola, Ray… Al haber conversado con Farid le ayudó a poder dejar por breve aquello que la hacía sentir incómoda, insegura. Seguiría fingiendo que nada pasaba hasta estar convencida de saber lo que él hacía y así podérselo decir de frente y cuando volviera afrontarlo. —Hola cariño, ¿cómo estuvo tu noche? —Bien dormí a gusto. —¿Ya no le temes a la mansión? —En realidad, Ignacia está conmigo desde hace un rato. ¿Qué haces? Él respiró hondo. —Vuelvo de la oficina donde Frank me ha pedido atender a varias personas con respecto a un tratado colectivo de socios para una firma. Cosas aburridas, te lo aseguro. —Claro, ya me lo imagino. Oye, cariño, tengo una duda… ¿Cuándo me presentarás a tu familia? Ray al otro lado del tel

