Ray despertó con un terrible dolor de cabeza. Miró cuando Ignacia se asomó a la habitación. Corrió las cortinas llevándole analgésicos y un vaso de agua. — ¡Me dejarás ciego! ¿Qué haces? —Ya amaneció Ray. Bebe esto. Le recibió el agua y los analgésicos para la terrible migraña. Ella se sentó sobre la cama a su lado. —Ray, ¿qué pasó a noche? Él la miró fastidiado. —Angie y yo tuvimos un pleito, ¿entiendes? Ahora creo que comprendo a Farid. Eso explica porque no quiso casarse. Las mujeres con incomprensibles. Pero a mí me obliga a tener que hacerlo con ella. ¿Qué ocurrió cuando ella estuvo aquí? Tú lo sabes y me lo dirás, Ignacia. —Impuso son soberbia y un tono de voz autoritario. —Ray, no tengo porqué meterme en problemas con… —¡Deja de idolatrarlo! Pensé que en verdad te impor

