No podía dejar de pensar en su propuesta de matrimonio, sentía que había algo diferente esta vez, los días comenzaron a pasar lentamente, como si aquella conversación no hubiera ocurrido, al menos eso trataba de hacer yo, él había dejado de hablar de eso, pero podía ver que no estaba nada cómodo con aquello, él estaba esperando que pudiéramos resolverlo. Los días en la oficina se me hacían cada vez más difíciles, tenía que controlar mis cambios de humor y hormonas, me sentía frustrada por razones casi absurdas, me daba impotencia no poder caminar grandes distancias sin que mis tobillos se hincharan, para mi mala suerte Andrew percibía todas esas cosas y me relevaba de las cosas sin tener opciones. Parecía tener una clase de confabulación con mi secretaria, cuando me veía los compromisos

