Abrí los ojos despacio para encontrarme en el sillón mientras alguien me estaba echando aire. Me encontraba muy confundida con lo sucedido.
— ¿Quién sois?—Solté preocupada con bastante angustia.
—Adam cariño, tu esposo.
—O… Okay—la voz me sale entrecortada.
—¿Estás bien?, perdón por no contarte que éramos trillizos—no le respondo, solo los observo y me siento afligida con todo este asunto. Él me acarició la cara al ver que no respondía— ¿Cómo te sientes?
—No sé—respondo mientras no le quito la mirada de encima.
—Descansa aquí, yo me quedo contigo.
—Es que… uno me dijo que eras tú, solo que se había cambiado…
—Seguro estaba intentando jugarte una broma, no les había comentado, sabías que éramos trillizos—Intenta justificarse.
— ¿Por qué no dijiste nada?—Intento que me dé una respuesta.
—Quería sorprenderte.
¿Sorprenderme? ¿De verdad quería hacerlo?, no entendía si a él le parecía una sorpresa de buen gusto, porque a mí no me gusto.
— ¿Eso te parece una sorpresa de buen gusto?—le pregunto de mala gana.
—Sí, tal vez no lo pensé—encoge los hombros intentando mostrar arrepentimiento, pero me encontraba molesta.
Demasiado.
—Quien sabe que más escondes—Suelto molesta mientras me levantaba—. Me voy con el resto de invitados.
No quería verles la cara ahora, recién me caso y me entero de que me ha estado mintiendo referente a sus hermanos.
— ¿No quieres descansar?—me pregunta y si quisiera hacerlo sería lejos de él.
—Me voy lejos de tus mentiras—le cortó y me voy de nuevo al salón.
Me sentía engañada, así que la mejor decisión que podía tomar era alejarme para no recordar que todo este tiempo me había mentido con respecto a ellos, no quería verlos, no quería verlo por ahora. Observar a las personas riendo y hablando en sus mesas me hizo acercarme a ellos, así que me senté con ellos.
—Todo quedó muy hermoso, querida, ¿A dónde irán de luna de miel?—Adam no me había comentado sobre la luna de miel, lo más seguro es que no fuéramos.
—No sé.
No sabía si él podía, ni tampoco si yo quería ir ahora con todo lo sucedido, me era increíble todo, pero no pensaría en todo eso, no lo haría más.
— ¡Oh bueno!, igual tiene tiempo para pensarlo—si teníamos tiempo para pensar qué hacer.
—Sí, así es.
—Me muero por ver el primer baile de ustedes—faltaba el baile, partir el pastel.
Pero ya estaba agotada con todo lo sucedido, quería que esto se acabara lo más rápido posible. Puede que muchos estén encantados con todo, pero ahora no estaba disfrutando mi boda como correspondía.
—No estoy segura si vamos a bailar—no pasaba nada si los novios no bailan.
— ¿Por qué? —No parece gustarle mucho la noticia de que no bailaremos.
Pero mis ánimos son pocos, con todo lo sucedido no tenía claro lo del baile, dejaría la decisión en Adam.
—Estoy cansada—me limito a responderle.
—Entiendo, es mejor guardar energías para la noche de bodas—Se ríe levemente.
—Sí—si es que hay noche de bodas con aquel mentiroso.
No sea y decida decirme alguna mentira para evitarla a toda costa, no me sorprendería, aunque deseo dejar de pensar eso por ahora porque me entristece.
— ¿Dónde mandaste hacer tu vestido?, está hermoso —dice de manera divertida—. Para ver si me caso, no se si esta noche encuentre algún hombre guapo.
Río por la ocurrencia de la señora.
—La verdad me lo regalaron y me tomaron las medidas en la casa—me pareció un lindo gesto y el vestido es hermoso.
—Ya veo, te quedo divino.
—Gracias.
En eso veo a Adam acercarse a donde estábamos con una linda sonrisa.
—Espero estén disfrutando la velada— le dice a los invitados y luego me mira a mí—. ¿Amor me acompañas un momento?
—Está bien—no quiero discutir, así que me levanté y me acerqué a él.
Fuimos donde nadie pudiera escucharnos hablar, esperaba que fuera para algo importante.
—Amor, yo no te he mentido—empieza y solo lo observo—sí, no te aclare que éramos trillizos, pero te dije que éramos muy parecidos.
Sigue sin ser una excusa, un pretexto que acepte por su mentira, para mí es un engaño, me mintió y me vio la cara de idiota todo este tiempo.
—Pero no significan iguales—dije con clara molestia.
—Sí, se que me equivoque al no decirte qué tan parecidos somos—y mucho, se había equivocado mucho.
— ¿Algo más?—preguntó deseando irme a otro lado.
—Sí, se aproxima el baile.
— ¿Y?— ¿Qué pasa con el baile? Mis ganas de bailar son pocas.
—Nuestro baile—Lo sé.
No necesitaba aclararlo, yo sabía que el baile que se aproximaba era el nuestro, definitivamente empezaba a creer que me veía como una estúpida.
—No sé siquiera bailar—Lo observó.
Una de las cosas que las personas esperan, aparte del pastel, es el baile de los novios, porque en ese instante se abre la pista para el resto de parejas, ¿Si no hay baile, nadie baila?
— ¿Entonces digo que no?—me pregunta.
—Hagámoslo. —Lo que menos deseaba, aparte de bailar ahora, era tener que escuchar a personas diciéndome y preguntándome por qué no bailamos.
—Está bien, vamos—le agarro la mano y nos dirigimos hacia la pista.
La música que escogí para este día empezó a sonar y empezamos a bailar por toda la pista, tenía claro que mi cara de felicidad era nula, me encontraba, sería mientras miraba a mi esposo.
—Si no quieres verlos, no te obligaré a interactuar con ellos—me dice en un susurro para que nadie más entienda, solo yo.
—No quiero—Hacerlo es ver su mentira.
—Procuraré que no lo hagas.
—Gracias.
Esperaba que lo cumpliera de verdad. Seguimos bailando por un rato más, ya había varias parejas alrededor de la pista de baile.
— ¿Bailas con mi padre?
—Sí.
—Bueno—en eso me entrega su padre—, solo un poco.
Empecé a bailar con el padre de Adam y otras parejas se fueron incluyendo en la pista de baile.
—Adam me contó lo que sucedió—Tal vez debí negarme, porque él también sabía respecto a los trillizos y nadie fue capaz de contarme, y eso que los padres son quienes acostumbran a dejar a sus hijos en ridículo con los cuentos vergonzosos.
—No se si a él le pareció gracioso eso—ni siquiera deseo hablar sobre él tema.
—Pensábamos que sabías, de no ser así te hubiéramos dicho—aun así nunca dijeron que tuvieron trillizos.
—Es que solo me dijo que tenía hermanos y se parecían, pero jamás que eran idénticos o trillizos—hay una enorme diferencia entre parecer y ser trillizos.
—No son tan parecidos —Me resulta lo contrario, son idénticos—. Pero necesitarás tiempo, fue un impacto muy fuerte.