Melissa
Estar lejos de Nick era como llevar un abrigo muy cálido… pero colgado en otra habitación.
Lo sentía cerca, lo pensaba todo el día, pero no podía tocarlo, no podía tenerlo, no aún.
Y lo peor de todo era que no pasaba un solo día sin que recordara su beso.
Ese beso.
El que me dio antes de irme, el que no me pidió nada y lo entregó todo.
Suave, paciente, lleno de promesas silenciosas.
Y como si eso no bastara, cada tanto… mi mente me traía flashes de aquella noche en el bar.
Sus labios recorriendo mi cuello.
Sus manos en mi espalda, mi cintura, mi piel desnuda.
Su respiración acelerada mezclada con la mía y la forma en que me miraba… como si fuera suya.
Como si desde ese momento, sin saberlo, ya lo fuera.
Pero ahora estaba en Houston.
Con mi familia, con mi pasado.
Con
