Melissa No dejaba de pensar en él. No lo conocía, no recordaba su rostro con exactitud, ni tenía su nombre, pero algo dentro de mí se aferraba a la imagen borrosa de ese chico del bar, a su risa, a su forma de mirarme como si yo fuera la única en el lugar, a ese instante en el estadio, cuando mi cuerpo reaccionó antes que mi mente al verlo con el jersey número once, sin siquiera saber si era él. Todo me sabía a él, todo me dolía por él. Y aún así, no sabía si era real. Caminé por la habitación, insegura, inquieta, no podía estar más de diez minutos sin mirar el teléfono, sin repasar la escena en el bar, sin preguntarme si él sentía lo mismo, si también se estaba volviendo loco por no recordarlo todo. Cuando Ethan y Olivia me invitaron a cenar, acepté, no porque tuviera hambre, sino p

