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3360 Words
Los sueños no cesaron o pesadillas como me gustaba decirle. Nesh seguía apareciendo en mis sueños. ¿cómo era posible eso? ¿lo estaba invocando? Para nada, ese tipo no era para nada el gusto que solía tener en chicos, bueno cabe destacar que no tenía buen gusto antes, por los patanes con los que solía relacionarme. En Nesh, había algo diferente, un aura que te llamaba, aunque no quisieras, un deseo carnal por satisfacer. Sacudí mi cabeza tratando de espabilar esos pensamientos lujuriosos que estaba ocasionando en mí. —¿Vienes almorzar? Miro hacia mi compañera Lily, reviso mi reloj. Es cierto, es hora de ir almorzar. Suelto el aire y le digo que sí. La sigo hacia afuera, cuando el ascensor está cerrándose una mano lo impide. —Una disculpa, falto yo. —mis ojos se encuentran con los ojos azules. Y no puedo creer lo que estoy viendo ahora mismo, traje gris haciendo resaltar su belleza masculina y joven. Escucho a mi compañera suspirar. —¿Cómo es que estás aquí? —Nesh estaba a mi lado en el elevador. —Srita. Grayson, un placer verla de nuevo. —¿Ustedes se conocen? ¿Mia? —miro a Lily, quiere que se lo presente. —Eh, bueno, em. Si. —muerdo mi labio inferior queriendo golpearlo ahora mismo. —Es el Sr. Nesh. Ella es mi compañera Lily. —alza una ceja hacia ella con una sonrisa formándose en sus labios carnosos. —Un gusto. Srita. —toma su mano y la besa como un caballero. Lily abre ligeramente los labios sorprendida. Es mi turno de poner los ojos en blanco. Esto no es más que un show que él ha montado. ¿por qué mierda se encuentra aquí? —He venido por negocios, respondiendo a tu pregunta —guiña su ojo izquierdo para que lo vea y se ensancha una sonrisa de suficiencia. Sabe que odio que lea mis pensamientos. —Unos muy importantes, fue una coincidencia grata encontrarme con usted. Bufo. El ascensor llega al primer piso y nos deja bajarnos primero. —¿Es hora de su almuerzo? ¿puedo invitarles? —No creo que sea…—mi voz es interrumpida por Lily. —Será un placer. Ella se engancha al brazo que le ofrece Nesh, y los sigo como un pandita perdido. Enserio que estoy comenzando a odiar este día. ¿por qué no ha regresado al infierno? Estamos en un restaurante cerca, y mientras como mi ensalada césar, mi compañera está en una conversación muy profunda sobre la historia de la empresa de Nesh (que obviamente acaba de inventar ahora), mi celular suena con la llamada de mi editor. Me disculpo y la tomo fuera del restaurante, es una llamada que había estado esperando desde hace unas semanas que entregué mi primer borrador de lo que sería la próxima trilogía de mafia. —¿Lina? Dime —escucho mi propia voz entusiasmada. —Lo tenemos. ¡Es fantástico! Es la segunda vez que lo leo, y no puedo dejar de hacerlo. Créeme que es realmente muy bueno, superará el superventas de tu último libro. Esto será algo nuevo para tus lectores, pero te amarán. —suelto un chillido de felicidad. —La editorial quiere que comiences con los otros libros. Van a firmar un contrato por una saga exclusiva, contigo. —¿Enserio? No puedo creerlo. —cubro mi boca de lo emocionada que estoy para no gritar. —comenzaré esta misma noche. Tengo tantas cosas en la cabeza sobre las cuales quiero escribir. No sabes cuanto te agradezco. —Eres genial. Mia. Sigue así. —Gracias, adiós. —Estamos en contacto. Cuelgo. No puedo contener mi emoción, miro el cielo y respiro. Esto tiene que ser obra de Dios. Aunque había pensado que me abandonó cuando me pasó todo esto, dejé de tener esperanzas de que las cosas que me pasaban eran porque tal vez en mi vida pasada fui una mala persona, porque no había forma de explicar todo esto. Era mitad demonio y mitad humano. No era normal. Pero poco a poco he mantenido mi fe y esperanzas en que las cosas van a mejorar para mí, debe de haber un motivo por el cual me ha estado pasando todo este tipo de cosas. Y algún día lo sabré. Regreso a la mesa con Lily, y Nesh, de los cuales solo encuentro a Nesh. —¿Y Lily? —Fue al baño. —me mira —¿Qué ha sido todo eso? —señala hacia afuera. —¿Qué? —Estabas feliz hablando por teléfono y diste saltitos como niña pequeña. —esboza una sonrisa burlona. —¿Me observabas? —alzo una ceja hacia él, interrogante. —No, estaba curioso. —Recibí buenas noticias —limito a decir. No tengo por qué darle explicaciones. —¿De tu novio? —No tengo novio —suelto demasiado rápido. Curva sus labios en una sonrisa. —Lo sé. Entrecierro los ojos. —¿A qué estas jugando? ¿por qué estás aquí? ¿por qué mentiste sobre tener una empresa? —se encoge de hombros. —Es divertido. Dejo mi tenedor a un lado. —¿Es divertido mentirle a la gente? Me doy cuenta que es tu pasatiempo. —No. Es divertido estar contigo. —muerdo el interior de mi mejilla. —ustedes los humanos son una cosa muy entretenida. En tu caso, todavía conservas esa humanidad que te hace única. Cuando estaba mirándote me di cuenta que lo hacen felices pequeñas cosas, como comer un dulce o escuchar una canción que les gusta. —Eso es vivir. —respondo —nosotros los humanos podemos ser felices con cosas tan insignificantes. ¿Y ustedes? Me da una mirada que no puedo descifrar del todo. Entre compasión, desesperanza y tortura. Siento como mi pecho es removido con tristeza ¿por qué su mirada me causa esto? —Los demonios no sienten ¿no es así? —bromeo para apaciguar el momento incómodo que he ocasionado. La mirada que vi hace un momento es reemplazada por una divertida, y una sonrisa socarrona. —Así es, no sentimos nada. —se encoge de hombros. —Disculpen por hacerlos esperar. —Lily aparece retocada de maquillaje. Divina chica que quiere conquistar al demonio que está sentado enfrente de mí, que estúpida. —Bueno, Señoritas. Tengo que irme. Recibí una llamada importante, si me disculpan —se levanta de su asiento. —Nos vemos pronto —dice hacia mí, suena como una amenaza. Le miro sin intimidarme. Claro que nos veremos, pronto. Respondo con mi pensamiento. Me da una sonrisa de lado, viéndolo ser más sexy. Un aleteo en mi vientre me advierte sobre este hombre hermosamente esculpido en carne, trago saliva al sentir mi boca seca. Lo veo pagar la cuenta en caja e irse, no sin antes darme una última mirada de advertencia, y no dejo mirarle hasta que ha cruzado el umbral. Los recuerdos de él en mi cama besándome llegan a mí, ¿qué significan esos sueños? Mi cuerpo se acalora al solo recordar sus labios sobre mi piel desnuda, un escalofrío me recorre todo el cuerpo. Me doy cuenta que estoy metida en problemas. *** Las noches llenas de pasión y desnudos no cesan con Nesh, cada noche que voy a la cama, él está ahí. Haciéndome sentir deseada, jugando con mi cuerpo y esperanzas de tenerlo. —¿Por qué estás haciendo esto? —le pregunto una noche en mis sueños. —Porque es lo que quieres. Sacudo la cabeza. —Es mentira. No quiero esto, nunca lo he pedido. —Me has estado mirando de la forma que lo haces ahora, ¿crees que no he podido sucumbir a tus deseos más ocultos en tu interior? Ese es mi trabajo, conceder deseos que no sabes que tienes. No seas tímida, ven. —extiende su mano y aun con miedo la tomo. Caminamos por un sendero solitario pero lleno de luciérnagas, eso hace hermoso el camino iluminándolo. —¿A dónde vamos? —inquiero temerosa. —Al paraíso. —¿Cómo? —su respuesta no llega porque un escarabajo gigante nos ataca. Nesh desenvaina una espada que no vi de donde la traía, pero se enfrenta al escarabajo a pelear. —¡Nesh, cuidado! El escarabajo intentó aplastarlo con una de sus patas peludas, pero su espada lo cortó haciéndolo retroceder. —¡Mia, corre! —sacudí la cabeza. No iba a dejarlo ahí con esa cosa. El escarabajo dio otra patada hacia él y este tomó la ventaja de treparlo, con su fuerza y destrezas llegó a la cabeza y cortó. La cabeza del escarabajo gigante rodó hasta mis pies. Parecía tener más de ocho ojos, me encontraba aterrorizada, llevo mis manos a mi boca para ahogar un grito. —No temas, estoy aquí. Te protegeré. —los brazos de Nesh me atrajeron a su pecho fuerte y duro haciéndome sentir confortable. Estaba a salvo con él. Invité a Susan por unos tragos y también a Lily. Necesitaba una noche de chicas y dejar de pensar en Nesh por las noches. Voy por mi cuarto chupito, cuando el barban me dice que la siguiente ronda va por la casa. —¿Quién la ha pagado? —inquiero. Señala al hombre sentado al fondo de la barra. —Es guapo. —dice Susan a mi lado. Maldigo para mis adentros. Si que lo era, pero también era prohibido, todo en él gritaba pecado. Hoy llevaba una camisa azul oscuro que hacía relucir su piel, y esos ojos se encontraban llameantes de pasión o era mi imaginación. Sentí el calor inundar mis piernas hasta asentarse en mi centro y después recorrer a mi pecho, cuando vi que se acercaba a nosotras. —Hola, Mia —su voz ronca y seductora llenó mis oídos con una melodía que me hacía sentir placer. Creo que el alcohol comenzó a hacer efecto. Ya que pensaba tonterías, recordé que él podía leer mis pensamientos así que intenté no tener ningún otro pensamiento depravado. —Nesh —saludé. —Sr. Nesh, que gusto verle aquí —Lily se puso enfrente de mí y sonrío de oreja a oreja, la chica estaba emocionada por verle de nuevo, claro que sí. —Srita. Lily —ella agrandó los ojos sorprendida al ver que la recordaba. —El gusto es para mí. —Recuerda mi nombre —su voz melosa comenzaba a hartarme. —Ha sido muy gentil de su parte invitarnos unos tragos. —Nesh parecía agradarle la atención que recibía de mi compañera de trabajo. —Un hermoso nombre nunca se me olvidaría. Y mucho menos cuando se trata del nombre de la primera mujer en el Edén. —ahora nos daría una charla de los testamentos sagrados. Revolee los ojos. —Lily. —dijo con su lengua seductoramente. Lily chilló de emoción. —Mi nombre suena bien en sus labios —alagó. —¿Quién es él? —susurró mi amiga Susan a mi oído. La mirada de Nesh pasó de Lily a nosotras. —Soy Nesh, un amigo de Mia —alcé las cejas sorprendidas por el repentino atrevimiento. ¿Amigo? Sus labios se curvaron en una sonrisa. —Y usted debe ser Susan, su amiga. Ella me ha contado mucho de usted —tomó la mano de mi amiga y la besó como saludo. Susan estaba sorprendida por el caballerismo de Nesh. Pero sabía que solo era pura maniobra para hacerlas caer a sus pies. Yo nunca te he hablado sobre mi amiga. Le dije con mi pensamiento. Sé cosas sobre ti, Mia. Respondió. Apreté mis dientes hasta que sentí que dolían. No soportaba tenerlo cerca. —Un gusto conocerle. Lamentablemente Mia no me había contado nada de ti, Nesh —la informalidad de mi amiga me molestaba. Apenas y le conocía. Nesh me mira con recelo y hace un puchero que le hace ver tierno, entrecerré los ojos. —Mia, eres una mala persona —dice siendo tan tierno como pueda. Mis amigas dejan escapar un sonoro ´Aw´ Genial, las tenía en su bolsillo. Era el encanto de Nesh. —Pidamos otra ronda —dije para que todo este drama se fuera por la borda. Hablé al barman y también le invité una bebida a Nesh. No quería parecer desconsiderada antes mis amigas. —No te preocupes, yo invitaré todas las bebidas que pidan. —interceptó mi tarjeta de crédito cuando se la iba a dar al barman. Le lancé dagas con mi mirada. De ninguna manera. —No hace falta. Yo invitaré las siguientes rondas, puedo permitírmelo —siseé. —Nunca dije lo contrario. Pero quiero que tengan una buena noche en mi club. —se ensancha una sonrisa de suficiencia. —¿Qué? ¿eres el dueño del club? —Susan dijo emocionada. —Eso es fascinante. Ahora entiendo por qué tiene tanto éxito. La miré. —Se debe a que su dueño es inteligente y perseverante. —Nesh estaba satisfecho con la descripción. Sus ojos brillaban. —Gracias por el halago, pero fue más que nada suerte. —menuda estupidez. Si es un demonio muy audaz que usa a los mortales para su beneficio, su magia los hechiza para caer en este tipo de lugares. —Aunque he trabajado duro en ser el mejor de la zona —suelta una risita. Pongo los ojos en blanco, si como no. Trabajo duro. —Debe ser agotador, —la voz de Lily parece preocupante debajo de toda esa melosidad. —¿Tienes a alguien que cuide de ti? —y aquí vamos. Chica inteligente. Anda viendo si tiene rival, Susan y ella esperan con impaciencia por la respuesta de Nesh. Los ojos de Nesh me mantienen prisionera en mi asiento, y me siento inquietante. Su belleza impía y deslumbrante hace que me remueva incómoda. Me centro en mi chupito y lo bebo de un sorbo, mientras escucho su respuesta. —Lamentablemente no. Ninguna mujer quiere pasar el resto de su vida conmigo —escucho su voz triste y melancólica, pero no me dejo engañar por sus artimañas. —Eso es triste. —escucho decir a Lily —Pero sigo sin creerlo. Debe haber cientos de mujeres queriendo ocupar un lugar a su lado como su esposa —y ella piensa que es la indicada. Ahogo una risita. Y pido otro chupito. —Si, así es, todavía no la he conocido. —suena expectante. —O no me he dado cuenta de que está antes mis ojos. —me atrevo levantar mi mirada y cometo el error de encontrarme con sus ojos llameantes. Un calor abrazador me atrapa y hace que sienta un aleteo en mi pecho. —Pareciese que no creyeras en el amor —suelta Susan. Esa es mi chica. Ella no ha caído en su encanto, todavía. Tomo ese momento para apartar mis ojos de él y pido otro chupito. El alcohol quema mi garganta y calma el alboroto dentro de mi corazón. —¿Qué te hace pensar eso, Susan? —estoy escuchando mientras bebo sola. —Por fuera pareces ser encantador y seductor, y no niego que no lo eres. —Susan era inteligente, y algo que me gustaba de ella. Era que no fallaba al estudiar una persona, le dije que tenía un don para leer a las personas y que se había equivocado de carrera. —Pero por dentro eres diferente. Frío y calculador. Eso te hace una persona selectiva con los que te rodean y temo que sea por ello que aún no logras encontrar a la mujer que quiera pasar el resto de su vida contigo. —Touchdown. Santos demonios. Estoy más que nada estupefacta y esperando a ver la reacción de Nesh. Le miro por curiosidad, sus ojos ya no brillan como antes y su mandíbula se ha endurecido, y solo por un segundo veo la oscuridad que emana de él. Está molesto. Pero solo pasa por un segundo que solo lo puedo ver yo, para mis amigas ven a un encantador y divertido hombre. Una risa sonora resuena de su garganta. —Eso ha sido elocuente, pero divertido. Eres una chica inteligente, Susan. Ahora entiendo por qué Mia te tiene a su lado. —sonríe abiertamente. Susan también se ríe, seguido de Lily. —Mia, dice que soy buena leyendo a las personas. ¿Me he equivocado? —enarca una de sus cejas. Nesh sube un hombro y lo deja caer, restándole importancia. —Supersticiones. El hombre deja ver lo que quieren que vean de él ¿no es así? —Susan asiente en acuerdo. —Ahora las dejaré, tengo que ir a ver que todo vaya bien en el negocio. —Se levanta de su asiento y encuentro su mirada escrutadora. Mentiroso, le digo. Ladea una sonrisa. Cree todo lo que quieras, pero al final eres el único que sabe la verdad. Su voz resonó en mi cabeza. —Mia, deja de beber un poco. No quiero que uno de mis guardias tenga que acompañarte al auto. —advirtió quitando mi chupito de mis manos. —Pagaré la cuenta de ellas —le dijo al barman y antes de que yo rechistara. Dirigió la mirada a mi —Y no acepto un no por respuesta. —Nesh —Advertí comenzando a molestarme. —Hasta pronto, princesa. —susurró en mi oído. Ante su cercanía sentí como mi piel se llenaba de calor y fuego, pronto estaba sudando y tenía mucha sed. Al diablo con ello, pedí otro chupito. *** Las manos de Nesh estaban encima de mi cuerpo venerándolo. Mis ojos se sentían pesados y con su lengua recorría mis pezones, me arquee en mi cama, estaba sudorosa y quería que mi centro fuera llenado con toda su plenitud de su hombría. Lo deseaba tanto que dolía. —Por favor —supliqué. —Di que eres mía —ronroneó. —Me perteneces, princesa. —sus manos jugaron en mis piernas tentativamente hacia mi humedad. Mientras sus labios estaban por mi vientre, la tortura de esperar lo que deseaba era exquisitamente placentera. —Soy tuya, Nesh. Por siempre —su boca viajó a mis pliegues húmedos y lamió con avaricia. En mi boca se ahogó un gemido por las sensaciones que me embriagaban. Santos demonios, que delicioso se sentía que mordiera y lamiera. Mis manos jugaron con su cabello y lo empujaron más fuerte entre mis piernas. —Eres traviesa, princesa. —dijo con una voz ronca y llena de deseo. Murmuré algo intangible cuando sentí el peso de su cuerpo encima del mío. También mis piernas sintieron su humedad en su m*****o, tragué saliva tan solo pensar en lo que me haría. —¿Miedo? —bromeó. Estaba casi temblando, pero no por el miedo si no por placer de sentir lo que se avecinaba. Su desestresa en la sexualidad era inaudita. —No —susurré con un gemido. —Deberías, porque destrozaré tu cuerpo a mi antojo —amenazó con sus ojos llenando de un fuego abrazador. Mi cuerpo sintió el calor que emanaba de él, y mis manos viajaron a sus abdominales sintiendo su dureza hasta llegar a su m*****o donde pude sentir su erección contra mis manos. Sus ojos se cerraron de placer al sentir mis manos sobre su hombría. —¿te gusta? —imité su voz. —¿Quieres que lo chupe? —dejó escapar un gemido cuando subí y bajé mi mano con delicadeza, torturándole. Lo hice caer sobre su espalda y lo monté, mi humedad rozó su duro m*****o. Y me sobé sobre él, hasta que sentía que no podía respirar. Bajé mi boca hacia su erección y chupé. Escuché palabras en otro idioma, que esperara fueran de lo rico que le hacía sentir. Se tensó y después vinieron los espasmos. —¿Ahora vas a destrozar mi cuerpo? —inquirí curiosa. Mordí mi labio inferior. Una sonrisa diabólica se dibujó en sus labios y sus ojos brillaron más en la oscuridad. —No. Voy a comerte ese coño de nuevo —mi cuerpo tembló de excitación y placer.
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