Capitulo 36

2549 Words
Narrado Isabella Camine furiosa por el pasillo del internado mientras que Aiden y Cristina me seguían. Estaba con bastantes dudas de adonde ir, tenía que pensar bien las cosas, no estaba segura de como iba a hacer, pero tenía claro que el mundo iba a arder, no iba dejar un pedazo vivo, iba a destruir a todos los que se creían con el poder que aplastar a los débiles o los que no decían tanto como ellos por placer, estaba harta de la pacifista, de la chica que no se quejaba, estaba harta de no hacer nada y dejar que el mundo tomara su decisión, su venganza, ahora iba ser yo la que tomara cartas en el asunto, espero que Dios me perdone, porque iba ha tomarme mucha justicia por mi mano. —¿Qué vas ha hacer?—me pregunto Cristina y me para en seco para mirarles. —No lo se—deje claro y los dos me miraron. —Acabas de amenazar a un profesor ¿Eres consciente?—me pregunto Aiden y le mire. —Si, soy muy consciente—deje claro y lo mire—No me arrepiento, es un idiota y voy a destruirle—deje claro y los dos me miraron sorprendidos—Tenéis dos opciones callaros y no molestarme o ayudarme—les avise y les mire—Ese hombre ha hecho daño a dos personas que quiero, primero a jodido a Matt y luego a mi tío Ben, no voy a permitir que se salga con la suya—deje claro. —¿Cómo ha amenazado al tío Ben?—me pregunto Aiden. No dije nada, me quede un segundo callada por que necesitaba pensar bien lo que estaba pasando, me quede callada porque necesitaba bien pensar que iba a decir, no quería rebelar el secreto de mi tío, no quería tener que decir nada sobre su secreto, no era cosa mía, necesitaba tener las cosas controladas por lo que respiré y mire a mi primo. —Tiene un secreto, no puedo decir nada porque no es cosa mía, pero es lo suficiente para que le decapiten—comente y respire hondo, y mire a mi primo—Me encantaría poder decirlo, pero no es asunto mío—. Mi primo me miro con dudas pero no dijo nada, me miro seriamente pensando en que hacer pero espero que las cosas se calmaran, se acerco a mí y paso su mano por mis hombros. —Sin muertos—aviso y le mire. Cristina me miro, no dijo nada pero asintió dejándome claro que era una forma de apoyo, sabía que si o si me ayudaría, era la mejor amiga de Matt, estaba segura de que haría muchas cosas por él, les mire y espere para pensar que podía hacer, tenía dos opciones, tenía que ir a donde Matt y a donde mi tío para aclarar las cosas. —Ir donde Matt—les ordene, me gire y camine a la dirección, si estaba claro que mi tío podía hacer algo y era evitar que echaran a Matt o cualquier alumno, en especial de a mi, creo que aunque le dejará hacer a Erick Miller lo que le diera la gana, podía dejarle hacer lo que le diera la gana, poner las normas que le apetecieran, pero no iba a echar a nadie, no iba expulsar a nadie. Entre a secretaría, y mire a la secretaria. —Esta con llamadas importantes—me aviso Clara pero la ignore y entre al despacho de mi tío que nada más verme se disculpo y colgó el teléfono, lo mire molesta, en silencio pero no estaba enfadada con él ni con Clara y debería disculparme en otra ocasión por ser tan mal educada que no me di el tiempo de decirle hola o que no me importaba lo que pasara, era una emergencia. Cerré la puerta y le mire. —Vengo a darte un aviso, no necesito tu permiso—deje claro y le mire—Voy a destruir a Erick Miller—avise haciendo que mi tío me mirara de forma sorprendida, estaba claro que nadie que me conociera se esperaba eso de mi, todos me veían como la perfecta niña que no iba ha hacer nada malo, que siempre estaba sonriente y perfecta, sonriendo y evitando que el caos cundiera, respetando las normas de la sociedad—Estoy harta de que te manipule y que haga daño a Matt, por lo que voy ha acabar con él y llorara por pedirte poder irse—le deje claro y me miro. No necesitaba su permiso, no necesitaba para nada que me dijera, hazlo querida o cualquier cosa del estilo, haría lo que quisiera, estaba harta de que los demás decidieran mi vida por mi, que me dijeran que hacer o que me dijeran como llevar mi vida, iba a tomar el poder de mi vida, iba a decir que hacer y lo iba ha hacer con fuerza, estaba harta de ser la niña que lloraba todas las noches, iba a ser una nueva versión mejorada y buena de mi. No necesitaba el permiso de mi tío para hacer nada, estaba claro que no me iban a echar, por muy mal que lo hiciera, mi historial académico era el mejor, un colegio en su sano juicio me mantendría porque subo las medias y gano concursos, hago que el internado gane premios por lo que me iba quedar si o si en el internado, además si me veía en peligro solo tenía que llamar a mi abuela y ella haría que mi tío se pensara dos o tres cualquier cosa, mi abuela imponía y podía hacer que cualquiera hiciera lo que ella quisiera, y Matt tenía una corona a su espalda, los escándalos no iban a afectarles, no iban a dejar que los echaran o que lo dejaran mal por un idiota, así que no tenía mucho miedo por eso peor si tenía a mi tío de mi parte era más fácil. —¿Qué debo hacer?—pregunto. —Por mucho que haga o por mucho que diga la gente, no expulsar a nadie—le deje claro y mi tío asintió dándome todo su apoyo. —No quiero asesinatos, no quiero heridos—dejo claro y lo mire, demasiado sorprendida porque todos creyeran que fuera a matar a alguien, no lo iba ha hacer, aunque pudiera, no tenía ganas de tener que lavar la sangre de mis manos, me daba demasiada pereza que la gente matara a los demás, era cansado y necesitabas planes para todo, que hacer con el cuerpo o cuartadas, no me apetecía para nada eso, me apetecía hacer a la gente sufrir pero había muchas cosas que podía hacer para que sufriera sin manchar mis manos, mi madre era una experta en tortura no verbal y no física, sabía hacer las cosas en silencio, sabía hacer que te doliera todo, que lloraras sin que hiciera nada físico o dijera nada, había aprendido de la mejor por lo que podía hacerlo—Si me prometes eso, haré lo que sea para protegeros—aviso. —Nadie sabrá tu secreto—le deje claro y me miro—No es nada de lo que debas sentir vergüenza, es una cosa que me hace ver lo fuerce y valiente que eres, pero se porque no lo quieres decir, muchos te quitaran lo que tienes y te odiaran de por vida, lo guardaré hasta la tumba, y evitaré que lo cuente, pero acabaré con él—deje claro. Mi tío solo asintió pero se que estaba en un debate mental, me lo conto y creo que ahora que veía que no era tan mala la reacción de la gente, creo que ahora quería o sentía que lo podía contar, bueno tampoco lo sabía, no podía leer su mente y no quería hacerlo pero deseaba que se sintiera mejor y con cada vez más fuerza. Bese la mejilla de mi tío. —Suerte con tus llamadas—me despedí y salí del despacho para ver como Erick Miller hablaba con Clara, la tenía encantada como a medio mundo, era un gran actor de esos que te hacía sentir una persona importante, escuchada, capaz de todo, tenía esa capacidad de atraer hasta un mosquito pero bueno, las moscas van siempre a la mierda. Le ignore, pase por su lado con la cabeza alta para dejarle claro que no iba a poder conmigo, me fui de ese lugar sabiendo que Erick iba ha hacer lo que estuviera en su mano, para que echaran a Matt porque había roto muchas normas por su declaración de amor o a mi por amenazarlo, pero no lo iba a conseguir, si es necesario yo misma le explicaría que el podía ser denunciado por acoso o por mil cosas más, así que que no me empezara a comer la cabeza. Me fui a la sala de castigo, donde no había un solo vigilante y al entrar vi que solo había alumnos, Gigante, Matt, Aiden, Cristina, Laura y Rosa. Suspiré aliviada y les mire acercándome a ellos, estaban hablando y echándole la broca a Matt por el desaprovechamiento de flores. —He dicho a varios de los de tercero que cojan flores y las repartan por el pueblo como forma de agradecer al pueblo su paciencia con tantos adolescentes—explique y todos me miraron sorprendidos—Claro que dos ramos están en mi habitación, he mandado a que me hagan ramos con diferentes flores, con diferentes tipos de flores y así decoren la habitación—añadí, y mire a Cristina—¿Te parece bien?—. Cristina solo asintió. —Dejemos el tema de las flores—dejo claro Matt y me miro—¿Cómo es eso de que vas a destruir a Erick Miller?—me pregunto y todos me miraron. —¿Tienes algún problema?—le pregunte. Matt me miro divertido. —Se ha metido con la chica equivocada, así que voy a acabar con él—deje claro, Matt me ofreció su mano y la agarré para que me ayudará a sentarme a su lado, me miro demasiado feliz. —Esa es mi chica—me dijo y beso mi mejilla—¿Qué hay que hacer?—me pregunto. —Tú nada—le deje claro. Con el mensaje de Cristina de que podía ser que Matt se hiciera rey de un gran país en cualquier momento, pues no necesitábamos que nadie le tuviera manía, o que le miraran solo como una persona que no se tomaba nada en serio, no lo necesitábamos, necesitábamos que lo quisieran y respetaran, por otro lado debía hacer eso, que todos respetaran y amaran a Matt al mismo tiempo que le vieran como un gran lider. —Yo me apunto—dejo claro Laura y la mire. —Creo que todos menos Matt podemos participar—se burlo Aiden y le mire mal pero en realidad tenía razón, no podíamos arriesgarnos a que Matt participara. —Y una mierda—dejo claro y le mire—Si hay alguien en esta sala que deba j***r a ese hombre, soy yo—dejo claro, le mire sorprendida—Es mi padre—. Todos nos quedamos en silencio, su confesión era una cosa demasiado sorprendente, los únicos que no se quedaron blanco fueron Cristina y Gigante que obviamente sabían todo. —Es padre solo por e*****a, pero no lo digáis—añadió Matt. Le mire, estaba demasiado sorprendida, sabía lo realmente mala y turbia que eran parte de la historia de vida de Matt con su padre y la de ese señor con sus madres. Todo comenzó como una amistad, pero ese señor se creyó que iba a ser el marido de dos mujeres, tener a dos mujeres a su disposición, la fantasía de cualquier hombre tener dos mujeres a su lado, para lo que el quisiera, una para el día y otra para la noche, se creyó que la relación giraría entorno a él pero cuando solo lo usaron para lo que ellas querían y vio que gracias a contratos, él no podía pedir dinero y todo era secreto, por lo que eso jodio su orgullo, eso hizo que todo en su mundo de narcisistas con deseo de que las cosas fueran para el alrededor de él pues no le gustaron y tuvo que destruir la vida de personas que solo quisieron ser sus amigas, esta confesión no me dio pena o ganas de no hacer nada sino, más fuerza para joderle. —Bien pues ayúdanos—dije sin poder negarme y agarré la mano de Matt—Pero en este juego, mando yo—le deje claro. Matt me miro. —Seguiría tus ordenes hasta el infierno si es necesario—me dejo claro y le mire. Se acerco a mi y me dio un corto beso, creo que estaba esperando ver mi reacción como si le tenía asco o mi sensaciones y relación hacía él cambiaba para esa confesión, pero no lo hacía, lo que yo sentía por mi novio, por Matt era diferente, era una persona maravillosa, del que estaba completamente enamorada, estaba loca por Matt por lo que no me importaba quien fuera su familia, no me importaba una mierda quien era su familia, no me importaba su familia, me importaba solo él por lo que seguí su beso sin dudarlo. —Vale, no necesitamos una muestra de afecto—comento Laura haciendo que me separara de Matt riendo. —Mientras no haya heridos ni muertos, mi tío nos da su completo apoyo y evitará que no nos expulsen—les deje claro y todos me miraron con dudas. A ver, creo que todos se creían que por mi enfado, iba a matar a alguien, iba a agarrar un cuchillo y clavárselo a alguien pero es que no lo iba a hacer, era mucho más inteligente que todo eso, había formas de hacer que las personas sufrieran sin problemas, sin mancharme las manos, lo primero era j***r su habitación y obligarle a vivir en el pueblo, sabía quien tenía el único hotel del pueblo por lo que acceder a la habitación y hacer que lo pasara mal sería fácil, y su coche iba a ser otro objetivo, le iba a hacer que ese coche de tanto valor que limpiaba todos los días, se le destruyera y envía una copia de su ultima novela a todos los padres donde un alumno se enamoraba de su profesor y tenían relaciones sexuales en un internado, sería un gran punto, muchos pedirían su cabeza, y en todo eso sería suficiente para que el pueblo lo odiara y también los padres, y eso sería solo el principio. Iba a hacer que todos los alumnos amaran al director, y en el momento que Erick Miller intentara dar un golpe de estado, que se que lo haría, nadie lo haría, familias, alumnos y profesores, todos en su contra, todo debía ser un plan a fases, sin adelantarnos ni hacer nada sin pensar pero suficientemente bueno para que no consiga nada en su vida. Iba a acabar con ese hombre, primero en el mundo educativo y luego en la vida en general.
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