Capitulo 46

3825 Words
Estamos todos reunidos en el gimnasio del internado, eran las cuatro de la mañana, y estábamos todos de pie, en filas esperando a que alguien dijera algo, estábamos en líneas según la edad, las mujeres a la derecha y los chicos en la izquierda. Estábamos todos en pijama, cada uno de formas diferentes, muchos chicos estaban vestidos solo con boxers, otros llevaban batas porque claramente iban sin ropa, las chicas íbamos mayormente vestidas, cada quien iba con su estilo pero lo gracioso era que cada quien iba a su estilo, mientras Cristina llevaba un enorme moño en su pelo, y con unos pantalones cortos de chándal y una camiseta cualquiera, otras personas llevaban pijamas de lencería en mi caso, llevaba unos rulos en el pelo con un gorro de tela tapando todo, era un sistema que desde pequeña me enseño mi madre para cuidar mi pelo, mi madre siempre me daba y me enseñaba cosas que me iban a ayudar para que me cuidará, por ejemplo mi madre me enseño una técnica para ir al baño cuando necesitaba, o técnicas para ponerme mascarillas en la cara por la noche y que no se moviera, o no moverme mientras dormía, cosas que mi madre creía importantes. —Nadie se irá adormir hasta que alguien me explique quien ha metido ratas y arañas en las habitaciones de los profesores—dejo claro el señor Miller pero no se cayo—Pica pica en sus camas, y tinte en muchos de los jabones de los profesores—añadió el señor Miller. Por eso no me gustaba que la gente se metiera donde no debía, mientras mi plan era hacer parecer que todos los animales eran por una plaga, una rotura en tuberías o en cualquier cosa, pero al haber dejado que personas hicieran lo que le dieran la gana sin avisar, todo parecía una mala broma, una justificación para que nos castigaran. Mire de reojo a Cristina que tenía una cara de cansancio que no se aguantaba ni ella, pero por su cara estaba clara que no sabía nada del tema por lo que eso me molestaba aún más, era alguien que sabía de mi plan y se había metido porque quería acelerar las cosas, eso me molestaría pero menos, también podía ser alguien que sabía de mi plan y se había metido para complicarme todo o alguien que odiaba igual a los profesores para hacer bromas sin saber de mi plan, cualquiera de la opciones me molestaba demasiado. Odiaba no tener el control Uno de los vigilantes paso por alado de cada uno de los alumnos dando unas botellas de agua de más de dos litros, todos tuvimos que tomar una botella y me daba miedo lo que pudiera pasar, torturarnos con el hecho de hacernos beber mucha agua y así tener que obligarnos a no ir al baño hasta hablar. —Bien, como veo que no vais a hablar—dijo el señor Miller y le mire molesta—Vais a beber y cuando suene el silbato haréis treinta flexiones y veinte abdominales, para después volver a beber agua—dijo. Una mujer le dio un silbato, y vi en una esquina muchas botellas por lo que esta tortura iba a durar todo lo que el señor Miller quisiera, estaba muy segura de que esto era una tortura y de que nadie, ningún padre iba a poder permitir esto, estaba esperando que pudiéramos salir de aquí, para llamar a padres y que así le echaran del internado, si no podíamos luchar con Erick Miller en el internado que lo hicieran los padres era un mecanismo que nos ayudarían mucho. —A empezar—grito el señor Miller, muchos se quedaron quieto pero cuando los vigilantes sacaron palos para golpear alumnos y comenzaron con los más pequeños, todos comenzaron beber agua, mire la botella pensando bien en que podía hacer, no negaba que de forma normal seguiría sin dudar lo que los profesores me dijeran, no me importaba nada, no podíamos permitir una tortura, los alumnos más pequeños miraban con temor al señor Miller mientras bebían agua y algunos de los mayores también lo hacían. A los que no lo hacían se les golpeaba. Aún no había empezado a beber, estaba viendo como algunas vigilantes golpeaban a alumnas de otros cursos, pero al ver que solo creaban miedo, cogieron unos taburetes donde cogieron a alumnos al azar para ponerlos ahí, todos nos congelamos cuando obligaron a más de un alumno a subirse a ese taburete, después les pusieron botellas en las manos e hicieron que se tuvieran que mantener de pie en solo un pie. —Cuanto más tardéis más peso tendrán vuestros compañeros—aviso el señor Miller. Desde niña mi madre siempre estuvo a favor de enseñarme cosas que haría una princesa, es decir, cosas que ella creía como base de la vida real. Ella nació y se crío con las peliculas de Barbie por lo que antes de aprender a usar zapatos o atármelos, supe mantenerme en tacones, en una pierna, con libros en la cabeza o cargando maletas pesadas, sin hablar de las cosas que me enseño a hacer con tacones antes de que con zapatillas, andar rápido o correr pero que no pareciera que lo hiciera, sin hablar de las mil cosas estúpidas que me enseño para parecer aún más educada por lo que si en algún momento tenía que saltar y salvar a mis compañeros, lo haría. —Mientras en este colegio se habla de la hermandad y la unión, y nadie se compadece de sus compañeros—hablo el señor Miller para hacer que pusieran mucho más peso a las personas que había puesto en una pierna, me dieron demasiada pena y a otros muchos que comenzaron a beber agua, mire a mis alrededores y mucha gente bebía agua mientras otros intentaban mantenerse en su posición pero recibían golpes de los vigilantes, quien más fuerte pegaba era José María, ese no era una buena persona, le gustaba la violencia y por lo que me había contado Matt se dedicaba a golpear a los alumnos cuando decían o hacían algo que no le gustaba o que no era de su gusto. Mire a Cristina que estaba sudando de los nervios y bebiendo el agua y ya se estaba apretando las piernas por tener ganas de mear. —Si alguien se mea encima o pide ir al baño, le castigaremos y limpiara con su lengua—dejo claro el señor Miller, lo mire mientras analizaba la situación, ningún vigilante se había percatado de que no bebía, daba gracias porque eso me daba tiempo a pensar y actuar, y beber agua no era un problema para mi, sabía controlar mi vejiga, mi madre es una cosa que me enseño desde muy pequeña, solo mear en mi baño, decía que hacerlo en cualquier otro lado era vulgar y estaba destinado solo para personas débiles, había muchas cosas que no me gustaban de mi madre, sus normas eran cosa de locos y sus enseñanzas eran casi militares pero que me enseñara algunas cosas me venían bien ahora, como por ejemplo aguantar con solo dos horas de sueño sin verme cansada o muchas otras cosas, creo que se lo iba a tener que agradecer. Veía como Estela se acercaba a mi peligrosamente, tenía que reaccionar. Los más pequeños lloraban de la rabia, de la ansiedad de que el silbato no sonara y de que ya les estuvieran dando la segunda botella, una vejiga normal no iba a aguantar tanto tiempo, ni tanta agua ¿Causar explosiones o problemas de cuerpo a alumnos no le importaba al señor Miller? Obviamente no, estaba claro que nada le importaba y mucho menos sus alumnos, éramos piezas en su juego, piezas que se podían destruir solo para conseguir lo que quería, pero estaba claro que esto iba mucho más lejos que el hecho de destruir a Matt, me gire para verlo de reojo. Estaba alado de Aiden quien regulaba muy bien como bebía, lo hacía muy despacio, pero lo estaba haciendo por lo que nadie podía hacer nada, Matt no bebía estaba de pie protegiendo a dos estudiantes de primero que estaban asustados y que se escondían detrás de él, los vigilantes los rodeaban pero en el momento que le dieran un golpe a Matt, él se defendería. Tenía que evitar que le pegaran. Matt giro su cabeza y me miro "bebe" me dijo moviendo sus labios despacio. Mire al frente mientras el señor Miller se reía de algunos alumnos que se hacía pis encima. —Isabella—me llamo la atención Cristina, mire mi botella. Hay muchas cosas que no puedo soportar en esta vida, hemos pasado muchas cosas para conseguir la paz mundial que hoy en día tenemos, muchas batallas perdidas, muchas guerras que pudieron ser evitables pero a día de hoy nada malo pasa en la sociedad, porque hay más comités y unidad en los países, unidad, puede que cada quien vaya por su lado pero el lema del colegio lo dice claro, "Si queremos que el mundo sea bello, debemos ver a todos como hermanos" un lema raro pero real, somos hermanos, somos hijos de un mismo dolor, hijos de una misma causa y ahora estamos sufriendo lo mismo. —Bebe—me ordeno Rosa detrás mío, todas mis amigas se estaban preocupando porque me pegarán, estaba claro que si me hacían algo Matt saltaría, dejaría de proteger a los alumnos que estaban asustados detrás de él, mire de reojo para ver como Gigante estaba aguantando un golpe en el estomago para que no pegaran a unos niños. Lance la botella con todas mis fuerzas haciendo que golpeara a uno de los vigilantes, rápidamente Estela me agarro de la mano tirando de mi para llevarme a donde estaba el señor Miller, no me resistí. No me gustaba que los más pequeños tuvieran que recibir golpes, no era justo como estaban actuando los vigilantes y el señor Miller, y se bien que no iba ha hacerme nada, no era lo suficiente importantes a nivel económico o a nivel posicional, mi posición en el mundo no era demasiado importante, y bueno no puedo negar que mi relación con mi tío Ben podía provocar que su secreto saliera a la luz. —Como no, las peores mujeres son las que parecen buena—comento el señor Miller y lo mire con la cabeza bien alta, se acerco a mi haciendo que le mirara sorprendida por su cercanía—Te recuerdo que se el secreto que oculta tu querido tío Ben—me aviso y le mire. —Esa afirmación solo deja ver lo miserable que eres—deje claro haciendo que me levantara la mano. —Le puedo destruir como puedo destruir a Matt—me dijo y le mire. —Con tus malditas palabras solo estas dejando claro la mierda de persona que eres—le deje claro y le mire—Puede que tu sepas secretos, pero yo también se los tuyos—le deje claro y me miro bajando la mano y apretando el puño. Debí verlo venir, mi mente iba demasiado rápido pero aún no tenía claro mis teorías pero lanzar una falsa afirmación, podía dar el tiempo suficiente para que nadie hiciera nada, no teníamos relojes pero llevábamos con esto como veinte minutos o algo más, alguno de los vigilantes que no estaban tan de acuerdo con la tortura debió dar la alarma, haciendo que todos los profesores y mi tío vinieran del pueblo, eso eran unos quince minutos por lo que solo debía ganar tiempo, hablar y torturarlo era sencillo. Mire de reojo para atrás para ver que nadie bebía y que los vigilantes no golpeaban, los alumnos del taburete pudieron descansar un poco. Bien. —Seguir con el castigo—grito el señor Miller y me miro. —Como alguien se mueva, juro empezar ha hablar de todo lo que se de ti—le amenace, y quizás no era lo mejor en este momento pero era mi mejor movimiento, esto era un juego de ajedrez, y no lo ganaba quien más piezas tenía sino quien era más inteligente, Erick Miller levanto la mano haciendo que todos se quedaran quietos y me miro. —¿Estás dispuesta a sacrificarte por todos?—me pregunto y le mire. —¿No querías hermandad? Aquí la tienes, idiota—le dije sin tener miedo a nada, Erick me tiro de la trenza haciendo que me agachara un poco acercando su cara a mi oreja. —Voy a disfrutar de ver como no te pueden salvar—me dijo mientras me golpeaba el estomago y me tiraba al suelo, recordé las veces que mi madre me hizo fingir secuestros y torturas para que no contará secretos de estado, las tanticas para poder fingir que no me dolía, eso vino a mi mente y agradecí la locura de mi madre. —Pegas peor que mi prima de cinco años—le dije, no note pasos a mi alrededor, estaba claro que habían retenido a mis amigos, eran los únicos que iban a parar mi tortura, estaba segura de que Matt lo iba a matar si no estaba en otra situación peor, sin hablar de Aiden debían estar histéricos pero no iba a dejar que les pegarán. —Voy a disfrutar de destruiros y de humillar a tu querido tío—me quede quieta mientras veía como agarraba un palo e intente aguantar la respiración, estaba demasiado asustada, estaba claro que me iba a pegar, con todas sus fuerzas, me iba a romper más de un hueso, esto ya no solo era un ataque contra mi sino un ataque contra Matt, contra lo que éramos mis amigos y yo, éramos un lastre para él, un mal movimiento, un mal que lo molestaba y tenía que destruir, me iba a romper más de un hueso y ese dolor si que no iba a poder retenerlo o soportarlo, jamás me habita roto. Se que me iba a pegar, estaba segura de que iba a golpear con todas sus fuerzas, estaba claro que tenía muchas ganas de pegarme porque era una de esas personas que creía que me iba a controlar pero no lo hizo, creía que me iba a usar para destruir a Matt pero no consiguió nada, y eso obviamente le volvía loco. Cerré mis ojos, estaba esperando que me golpeara, que me hiciera lo que fuera que quisiera, no me importaba para nada los golpes, no me importaba, estaba acostumbrada a los golpes, a los gritos por lo que iba a recibir lo que fuera que sea para proteger a los más pequeños y el secreto de mi tío Ben, no podía permitir que nada malo pasará, mi tío Ben merecía paz y sabía bien que la ira del señor Miller iba a tener solo una persona con la que pagarlo, que era yo, porque todo esto era cosa mía. —Tú tócala y te juro que te mato—se acerco Matt, me levante para evitar que golpeara a Matt con el maldito palo pero no tenía el palo en la mano sino que lo tenía Matt y el señor Miller se retorcía de dolor, mire a una esquina y dos vigilantes estaban retorcidos en el suelo mientras que Gigante protegía a más de una docena de alumnos de primero. Matt se puso delante mía, note su mano como me agarraba la mía para tranquilizarme, iba sin camisa y de forma normal me hubiera quitado más de un suspiro pero estaba demasiado agobiaba por mi vestimenta, aunque llevaba unos pantalones largos de pijama en la parte de arriba llevaba un top de encaje, era una cosa que me incomodaba por las miradas del mundo pero es que era de esas personas que tenía calor por arriba y frio por abajo. —Estáis jugando los dos con fuego—nos aviso el señor Miller y le mire. Un nudo se hizo en mi estomago, estaba demasiado nerviosa por lo que pasaba, no me importaba que me castigarán por hacer una broma, me había ganado un castigo y no tenía problemas en tener mis consecuencias por lo que había hecho pero que los demás tuvieran que pagar por mi error, no era algo que me gustaba y mucho menos me gustaba que mi tío pudiera perder su vida por culpa de un idiota sin emociones y que claramente era un psicópata en potencia. —¿Qué más hará?—le pregunte y me miro, Matt me miro de reojo—Nos has quitado toda la libertad que has podido, ya no podemos respirar, ni tragar sin tener miedo a que nos castiguen, estas fastidiando el internado, nuestros mejores años porque eres un maldito psicópata—le dije y lo mire, sin dudarlo me gire para mirar a mis compañeros—La persona que esta encargada de todos los problemas y todos nuestros castigos es el señor Miller, así que sabéis a quien odiar—deje claro. Los alumnos comenzaron a susurrar y Matt me miro para simplemente asentir, en ocasiones era como si pudiera leerme incluso antes de que las ideas llegaran a mi mente. Me gire a los alumnos. —El director del colegio tiene un problema, un secreto—dije y todos me miraron—Un secreto que solo el señor Miller sabe y esta usando eso para hacer lo que quiera con el internado—deje claro y todos me miraron—No es un mal secreto, ni algo malo pero es lo suficientemente peligroso para que el director este asustado, tiene miedo de que cierren el internado o que nos hagan algo malo a nosotros, solo quiere evitar que nos manden a lugares peores—dije y suspire. —¿Por que no les cuentas el secretito?—me dijo el señor Miller y cerré los ojos. —Cierra esa boca o te mato—le aviso a Matt. —Aquí no tienes inmunidad diplomática, principito—le dejo claro el señor Miller a Matt y les mire. —Probemos, imbécil—dijo Matt pero sin darle tiempo golpe al señor Miller quien aprovecho la caída para quitar el palo a Matt y usarlo para intentar golpearlo. Estaba claro que iba a causar muchos problemas, esto podía provocar que el señor Miller hablará de más, que contará todo lo que mi tío Ben escondía, podía destruir a Matt contando más de un secreto suyo, estaba demasiado cansada de que esta persona tuviera el control de todo, tiene el control de cada cosa que pasaba, tenía el mundo en sus manos pero estaba harta, no le iba a permitir que tuviera el poder, estaba cansada de ello, estaba cansada de él, podía ser que mi plan principal fuera hacer que se volviera loco pero si tenía que insultarlo lo haría. El señor Miller empujo a Matt haciendo que se cayera, y se acerco a mi para volver a levantar la mano e intentar pegarme pero Chiqui agarro su mano. —Baje esa mano—aviso mi tío Ben entrando en escena con Chiqui. —No te metas Ben—aviso el señor Miller haciendo que mi tío lo mirara, sin mucha dificultad Chiqui empujo al señor Miller lejos de mi y me dio una chaqueta para que me tapara—Te recuerdo que puedo decir muchas cosas sobre ti—aviso. Suspiré y mire a mi tío. —Bien—dijo mi tío Ben e hizo un gesto para que todos los alumnos le miraran—El señor Miller sabe una cosa de mi, que muchos de vuestros padres no tolerarían y podrían echarme o sacaros de aquí—hablo mi tío y negué mientras le miraba— Mi padre oculto las desapariciones de varios alumnos en este internado pero eso no es lo que el señor Miller tiene en mi contra, eso es algo que yo no pude ayudar porque solo tenía diez años—dijo y le mire. —No por favor—susurré y le mire con miedo, Matt agarró mi mano en forma de apoyo pero es que nadie iba a poder protegerlo de esto. —Maté a un hombre—dijo mi tío Ben y le mire asustada—No use armas ni mis manos, pero mate a un hombre porque use mi poder contra él—dijo y lo mire—Mi esposa se enamoro de un hombre y yo me puse celoso, pero ese hombre que era nuestro amigo no se enamoro de mi mujer, sino de mi—dijo y lo mire—No me gustan los hombres pero no odio a quienes los aman, pero cuando supe eso lo torturé haciéndolo creer que lo amaba y lo hice hasta tal punto que se termino suicidando—dijo y lo mire—Disfrute de cada cosa que le hice pasar hasta el momento que se quito la vida, ese hombre era el padre del señor Miller por eso le debo algo y sabe mi secreto—. Se hizo el silencio, todos los alumnos se quedaron en silencio, creo que pensando en que podía pasar, en las palabras de mi tío, el silencio se hizo claro, y eso me mataba cada neurona de mi cabeza, estaba matándome que nadie pudiera hablar y defender a mi tío. —Ya no tienes nada en mi contra—dejo claro mi tío—Estas despedido y todos tus vigilantes igual, os quiero fuera en dos horas—dejo claro mi tío Ben. Todos se quedaron en silencio y eso me mataba mucho porque debían defender a mi tío. —Tenéis dos opciones—grito Matt y le mire—Que seáis unos idiotas y destruyamos a primer director que se preocupa por nosotros haciendo llamadas estúpidas o que aceptéis que hizo algo malo con malas consecuencias y disfrutéis de lo que queda de curso—les dijo Matt a todos los alumnos—Decidirlo lo que queda de noche y todos a dormir—finalizando haciendo que todos se fueran. Varios alumnos al salir dieron la mano a mi tío haciendo que mi tío sintiera apoyo, y de que el dolor de mi pecho se fuera poco a poco disminuyendo. —Os pienso j***r—dejo claro el señor Miller pero se fue con sus queridos vigilantes, no pude más y abrace con fuerza a Matt demasiado feliz, no solo porque se fueran las personas que estuvieron jodiendo la vida, sino que mi tío no iba a ser destruido, se que la gente tenía demasiado respeto a Matt como para hacer que dijera las cosas y ahora mismo no me importaba que una persona me hubiera amenazado con destruirme o con cualquier cosa, no me importaba nada porque ahora mismo las cosas estaban bien, ahora todo iba a salir bien, porque los problemas se iban a ir poco a poco.
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