"Hay veces que las personas debemos tomar decisiones complicadas" es la frase que comenzaba el diario de al chica misteriosa que me había quedado desde el ultimo viaje, se que era una mujer porque las letras a y las e eran demasiado suaves, las palabras eran detalladas y suaves, nada violentas y hablaba del amor como si fuera la mejor cosa del mundo pero en ningún momento usaba nombres, hablaba de ella en tercera persona, era como si la historia no fuera de ella, pero te la cuenta con todos los detalles que solo quienes han vivido eso podían contar.
No hablamos más del tema.
Esta semana solo había interactuado con Matt, Rosa, Lisa, John, Gigante y Cristina, ellos se estaban volviendo mis amigos más fuertes y leales, y me dolía demasiado que mi primo no me hablara pero era una conversación que teníamos pendiente, mi primo pudo tomarse mi petición como una forma de insultarlo, decir que no es lo suficientemente bueno para hacer las cosas, pero en ningún momento de esta semana habíamos tenido el momento adecuado, estábamos los dos demasiado nerviosos con el hecho de tener que hacer las maletas y organizando cosas, formularios para el año que viene y esas cosas que ocupaban la mente de los adolescentes, pero teníamos esta noche un viaje en avión que me serviría para hablar con él.
Me mire al espejo mientras me peinaba para el día de la graduación, al no ser alumna de ultimo año, no teníamos que llevar nada de togas o birretes, solo debíamos llevar un hermoso vestido y atender a los padres de los alumnos que se graduaban.
Pase el peine por mi pelo, ya no se ni cuantas veces lo había hecho pero no quería tener que salir de este momento, quería las vacaciones pero en ocasiones la vida me daba tanta pereza que solo quería parar por unos minutos y no tener que hacer nada en mucho tiempo.
—No me puedo creer que ya sea nuestro penúltimo ultimo día—comento Cristina mientras se cepillaba los dientes, corriendo de un lado para el otro.
—El principio del final—comente haciendo que Cristina me mirara, suspire, me levante para colocar bien mi vestido color crema, era un escote que se adornaba en mi cuello pero que dejaba mis manos libres, en tirantes, acaricie el collar de perlas que Matt me había dado la noche anterior.
—Matt me ha informado sobre los tres meses de viajes, y me apunto sin duda, Aiden igual pero supongo que ya lo sabrás—me comento Cristina.
La mire de reojo.
—No hemos hablado—le deje claro.
Me quede quieta, note la intensa mirada de Cristina en mi, no era muy normal que Aiden y yo no habláramos, de forma normal siempre hablábamos, de cualquier cosa, la comunicación era la mejor y parte más importante de nuestra relación, pero es que no podía enfrentarme al hecho de que le había hecho sentir mal, le había dicho que era una persona no responsable, no me fiaba de algunas personas y le había puesto en el mismo saco que ellos.
—¿Todo esta bien?—me pregunto y le mire.
—Si, solo tenemos que aclarar algunas cosas—le deje claro y ella agarro mi mano, pasando su mano por la pulsera que tenía a medias con Aiden, era una pulsera demasiado bonita, la mía tenia esmeraldas y la de Aiden zafiros, siempre recordaban a Aiden con el color verde y a mi con el azul aunque Aiden amaba el rojo y yo el amarillo, cuando nuestra nos la regalaron, simplemente nos las intercambiamos, el llevaba mi nombre y yo el suyo, eran pulseras finas y eran una de mis cosas favoritas.
—Hiciste bien en que no nos dejaras viajar—le dijo y la mire—Se que Aiden lo entiende, no actuamos bien, jugamos con algo que no comprendíamos —explico y la mire.
Cerré mis ojos mientras suspiré con fuerza.
—Solo quiero que las cosas dejen de salir mal—le deje claro y abrí mis ojos para mirarla.
—Que le den a todo—me dejo claro y me miro—Mírate, estas guapísima, hoy nos toca bailar y disfrutar de que no vamos a volver a ver a más de uno en unos meses o en algunos casos, nunca más de los jamases—me dijo haciendo que riera.
Se agacho para colocar bien sus zapatillas y la mire lo bien que iba con su vestido de lentejuelas rojo.
Sonreí.
Dejamos la habitación y caminamos hasta las millones de sillas que estaban colocadas en el enorme jardín del internado, por suerte la ceremonia solo era para los alumnos de ultimo año y los demás con nuestros padres podíamos pasar tranquilamente a las celebraciones que se daban en las enormes capas situadas en diferentes zonas, cada una preparada para un curso, lo gracioso era cuando veías a una madre corriendo de un lado a otro porque tenía hijos en diferentes cursos, o niños de brazos cruzados porque sus padres no llegaban.
Mire por todas partes y vi que mis padres no habían llegado.
—No vienen—me dijo Aiden, me gire demasiado sorprendido para verle con el traje bien colocado y colocándose el reloj—Ha llamado la abuela, que nos esperan directamente en casa que hay un problema con algo y no pueden acompañarnos ahora mismo—me explico y asentí.
—Al menos tengo quien aplaudirá cuando me den mi diploma—le dije y agarré su mano.
—No hay diplomas para los alumnos de penúltimo—me dijo y le mire.
—Te estoy intentando pedirte perdón—me queje y le mire—Se que he sido una mala amiga y peor prima, por actuar como la jefa del mundo entero, pero enserio, solo quería evitar que las cosas se pongan peor—explique y mi primo me miro, con toda la tranquilidad del mundo beso mi mejilla y me miro.
—Isabella, no estoy enfadada—me dejo claro y le mire—Entiendo tus acciones, y si esta semana no te he hablado es porque tu loca idea de estar un mes en Dinamarca, otro en Monte Alto y luego irnos a la casa de tu querido hermano, me ha causado varios problemas con nuestra familia que he tenido que solucionar como cambios de decoración, ropa, y seguridad que seguramente debamos adaptar para la tranquilidad de nuestra abuela—explico y le mire.
No dude un segundo y abrace a mi primo, porque si hay un problema que me molesta en todas las pelicuals y libros es la comunicación, cuando las personas no hablan por el simple hecho, de no hacerlo porque creían que era mejor, llevando a miles de peleas y problemas que no eran para nada necesarios pero que eran los que daban emoción a la historia, en la vida, eran innecesarios.
—Los abrazos son para mi—dejo claro una voz a mi espalda.
Me gire y vi a Matt con su traje bien puesto, me acerque corriendo a él para abrazarle y no porque llevara días o semanas sin verlo sino porque adoraba mucho darle abrazos. Era mi lugar seguro y esa persona que nunca dejaría de abrazar, bueno y no necesitaba justificar cada cosa que hacía, mi madre no estaba delante por lo que podía hacer lo que me saliera del alma.
—Pero mira que hermosas damas tenemos aquí—comento Matt abrazándome con fuerza y dándome un beso en la frente.
Los cuatro nos colocamos juntos, y cuando un camarero se acerco a nosotros, cada uno cogimos un vaso de refresco, me hubiera encantado decir que nos ofrecían vino o champan pero éramos menores, y aunque tuviéramos la edad dudo que el colegio se quisiera arriesgar a que un adolescente se pasara de copas e hiciera alguna locura, porque de forma normal no necesitábamos las copas para que un alumno escalara un árbol o se bañara con ropa en el rio.
—Bueno, una semana y luego estaréis todos en mi casa y comiendo Frikadeller—comento Matt y le mire demasiado sorprendida porque su cara era demasiado feliz, creo que estaba planeando todo lo que nos iba a obligar a hacer—Nadie se va ha hacer vegano en estas vacaciones—dejo claro y le mire—Es más, todos tendréis mi dieta—.
—No—dejo claro Cristina y la mire—Comes demasiado, necesito comer lo que me de la gana—.
Iris con una caja paso por alrededor de cada grupo, dándonos los teléfonos, ese era el momento que creo que los alumnos más lloraban y deseaban, sobre todo los más nuevos que no se sabían la de tener un segundo móvil, los móviles no eran para llamar o sacarte fotos en el baño, sino que la cosa es tener un móvil para comunicarte con tus amigos, aunque las cartas y las notas funcionan, son más lentas.
—Espero que mi hermana me haya enviado millones de fotos—dijo Cristina todo emocionada.
Iris se acerco a nosotros y nos miro.
—Mis alumnos favoritos y más brillantes—nos saludo haciendo que riéramos—Espero que el año que viene tengamos las mismas bromas y buenos ratos que hemos tenido este año—.
—Ten claro que vamos a ser los mejores alumnos, otro año más—comento Matt haciendo que riera, nos ofreció la caja y buscando el numero de la habitación pudimos coger nuestro teléfono, desbloquee mi teléfono y lo puse en mi bolso, no esperaba para nada un mensaje, nadie me llamaba a ese móvil, mi hermano usaba su móvil privado y mi madre llamaba al internado, mis amigos estaban aquí por lo que nadie necesitaba mi móvil, claramente todos empezaron a mirar los teléfonos, recibiendo mil mensajes de sus amigos de fuera y de sus familiares que aun estando dentro de un internado les hacían parte de la vida, como si nada malo pasara.
—Os juro que llevo tanto sin esto que siento que no lo necesito—comento Cristina y Iris le quito el móvil.
—Pues me lo quedo—comento la profesora y se marcho tranquila mientras Cristina la perseguía para tener su móvil.
Estaba claro que se lo iba a devolver pero la escena era demasiado divertida.
—Voy a ayudarla—comento Aiden dejándonos solos.
Matt comprobaba su móvil mientras le miraba como lo hacía, tenía algún que otro mensaje pero lo que más hizo fue sincronizar sus dos teléfonos, no sabía como siendo un príncipe no le dejaban tener el teléfono y dejarlo estar siempre al pendiente de todo, o quizás era la razón principal, para no ser localizado.
—¿No esperas ni un mensaje?—me pregunto Matt y le mire.
Hace mucho que ya no espero los mensajes de nadie, antes solo recibía los de Aiden por lo que no creo que hubiera mucha novedad en seis meses.
—Las personas más importantes de mi vida, están aquí o saben que este teléfono esta nueve meses apagado—le deje claro y el uso su teléfono para sacarme una foto, pero no era una de esas bonitas sino que agarro mis mejillas y saco una foto a mi cara—¿Qué haces?—le pregunte sorprendida.
—Necesito a mi novia de fondo de pantalla—dejo claro enseñándome que me había puesto de fondo de pantalla—Ya veré como paso las fotos que te he ido haciendo a escondidas—susurró haciendo que riera.
Saqué mi móvil dispuesta a sacarle una foto para hacer lo mismo pero una notificación paro todos mis movimientos.
Mire mi móvil mientras la gente gritaba y lo que ahí se reproducía me dio demasiado miedo.
Estábamos en problemas.