Capitulo 5

1515 Words
Narrado Cristina Estaba claro que alguien nos estaba gastando una broma, estaba claro que tener que aguantar a John en nuestro grupo de amigos no era suficiente para la vida, no, esa señora con gran egocentrismo necesitaba con todas sus fuerzas gastarnos bromas demasiado pesadas, creo que no querían que tuviéramos un momento de tranquilidad, creo que deseaba, la vida, que pasemos demasiado mal para que cualquier loco logro nos sienta a victoria o simplemente porque le gustan vernos sufrir. Corrí buscando a Matt por todos los lugares, sin dudarlo me metí en clase de Chiqui que estaba dando matemáticas, se quedo impresionado de que entrara así, me miro demasiado sorprendido pero no dijo nada, me miro analizando mi cara de desesperación. —Gigante, te necesito—deje claro. No dije nada, no di una sola explicación, no creo que tuviera que dar una sola explicación a nadie, no creo que nadie mereciera saber que me estaba pasando por la cabeza, bueno obviamente Gigante si porque le estaba sacando de clase para que me ayudará en algo que aún no sabía pero conocía a Matt, le conocía desde que era un renacuajo, al igual que Gigante conocía demasiado bien a Matt, eran como hermanos, se conocían casi tan bien como si fueran un reflejo del otro por lo que me venía bien su ayuda. —Cristina, estamos en medio de una clase muy interesante—me dijo Chiqui y lo mire. —Y te juro que pienso irme cuando solucione esto a la sala de castigo si lo quieres, y te juro que pagaré lo que sea a quien le explique lo que estas dando a Gigante pero tengo un código n***o en mis manos que sino lo controlo va estallar—le conté como si le importara pero era Chiqui, obviamente le importaba todo lo que pasaba. Chiqui era una de esas personas que merecía la pena que fuera profesor, porque era esas personas que amaba lo que hacía, que amaba enseñar y que valoraba a sus amigos, no estaba amargado por haber estudiado una carrera super complicada y tener que dedicarse a lo primero que pudo, sino que lucho siempre por ser profesor y de matemáticas que es la asignatura más odiada, pero él cada día hacía que más personas les gustara y amarán esa asignatura. . Adoraba a Chiqui y era para mi como mi referente, no iba ser profesora pero estaba claro que iba ser como él, lleno de pasión y amando lo que hacía. Chiqui asintió tranquilo, y dos segundos después Gigante se acerco a mi para salir conmigo. —Cristina, dile a tu código n***o que como rompa algo, lo mato yo mismo—me dejo claro Chiqui antes de que saliera con Gigante corriendo, en otro momento me hubiera reído, de tanto tiempo que pasamos en castigos con Chiqui se conocía mis contraseñas con Matt de memoria y eso me dejaba más tranquila, sobre todo porque Chiqui era de los pocos profesores que aguantaba a Matt y sus bromas, que le querían por como era y no le castigaban por todo. Era mi profesor favorito. Seguí todo lo rápido que pude a Gigante, que iba demasiado rápido camino a no se donde, creo que se dio cuenta que no le seguía el ritmo por lo que se paro y me subió a su hombro como si fuera un saco de patatas para poder correr a donde quiera que fuera a ir. —Voy a suponer que soy peso pluma para ti—dije quedándome tranquila por la posición que llevábamos, me apoye en mi brazo para ir más cómoda mientras intentaba no votar demasiado por el trote de Gigante. —Soy Hulk ¿no?—comento en tono de broma cuando se paro y me bajo, le mire unos segundos riéndome internamente pro la broma que siempre hacíamos con su fuerza pero es que era verdad. Me di un golpe mental y me preparé para lo que venía, me gire para ver que estábamos en el gimnasio, no dije mucho porque rápidamente los golpes nos llevaron al saco de boxeo donde Matt estaba casi rompiendo este de los golpes que estaba dando, estaba aún con el uniforme, solo estaba remangado y dando golpes como si no hubiera un mañana, iba a terminar con las manos muy rotas por no llevar nada de protección. —¿Qué le han hecho exactamente?— me pregunto Gigante en un susurró. Le mire. —Erick Miller—deje claro. Si hay alguien en la vida de Matt que sea alguien a quien mataría, no era John ni mucho menos su padre, ese era Erick Miller, un ex compañero de la universidad de sus madres, este intento tener un relación con cada una de sus dos madres y después con las dos al mismo tiempo, como esas relaciones de hoy en día, poliamorosos creo que se llaman, no estaba segura si en ese momento lo llamaban así pero era la misma idea. Tras no conseguir nada con ninguna de las madres, se dedico a j***r la vida a la familia de Matt, difamando y haciendo cosas demasiado repugnantes a su familia, desde insinuar que una protagonista prostituta y asesina de uno de sus libros era inspirada en una de las madres de Matt, sin hablar los comentarios indeseados de internet o los regalos poco apropiados a su casa de campo que enviaba cada doce de enero. —Matt—le llame, bueno le grite haciendo que dejara en seco el saco de boxeo, suspiro con fuerza, su pecho estaba demasiado agitado, estaba con la cara roja de la rabia y tenía las manos llenas de sangre por los golpes que había dado—Por dios, vamos a curar esas heridas—dije para ir a buscar el botiquín más cercano. —Lo voy a matar—dejo claro Matt demasiado furioso y dio otro golpe al saco—Como me joda con Isabella, te juro que lo mato—dejo claro. No dije nada, estaba claro que si ese señor estaba ahí, no era para ser profesor ni mucho menos para ser amable o solucionar las cosas con Matt, no iba a ser amable, iba a ser una tortura tenerle aquí y estaba claro que su objetivo iba a ser Isabella al ver que era algo de Matt, les había visto besándose, no se si estaba seguro de que eran pareja o eran un royo pasajero, eso sería según cuanto Matt pareciera molesto con los siguientes pasos que diera Erick pero iba ir a por ella e íbamos a tener que andar con cuidado, con mucho cuidado porque ese señor estaba loco. —No va a hacerle nada a Isabella—dejo claro Gigante quitándome el botiquín para intentar curar las manos de Matt, obviamente él entendía más de heridas que yo, se daba golpes por disfrutar por pasárselo bien, bueno como deporte pero no importaba era por vicio y yo no me daba golpes por nada del mundo, no me iba a caer ni hacer daño por amor al arte, era una persona con deseos de mantener bien mi cuerpo. —Isabella es demasiado inteligente para caer en sus enredos—deje claro pero Matt me miro. —Ama leer, ¿Y si es su autor favorito?—me pregunto demasiado preocupado, y le mire preocupada, intente recordar que era lo que ese señor escribía pero para mi era casi imposible saberlo, leía libros pero los suyos eran algo que estaban completamente bloqueado de mi mente y de mis listas de libros, aunque fuera el mejor libro del mundo, si lo escribió él, no iba a tocarlo por lo que intente pensarlo de otro lado, intente recordar los libros que tenía Isabella en la habitación, no tenía más de veinte y los cambiaba cada dos meses cuando se leía todos, pero dejaba siempre cinco que eran sus favoritos pero no era capaz de recordar cuales eran, y eso que me hablo mucho de ellos. —No creo que tenga tan mal gusto—dejo claro Gigante y miro a Matt vendando la mano—Si habeís superado a una madre loca y a John, te aseguro que un escritor ofendido, no es anda para vosotros—. Matt miro a Gigante con desesperación, luego le mire para darle todo mi apoyo, si tenía algo claro es que la pareja que podía con todo era Matt e Isabella, eran mi pareja favorita del mundo, y no era porque fueran mis mejores amigos del mundo, sino porque Matt era una persona luchadora y positiva, no dejaba que nada le aplastara e Isabella era la luz en persona por lo que esas dos cosas juntas, no iba a pasar nada malo, iban a superarlo todo y sino les encerraba juntos en una habitación y que lo solucionen todo, peor que estos dos se casan, se casan por mis santos ovarios. —Vamos a cuidarla, pase lo que pase—le deje claro sabiendo que este era solo el comienzo de uno más de nuestros problemas.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD