Narrado Isabella
Estaba tumbada en mi cama mientras simplemente pensaba, al haberme quitado asignaturas pues tenía mucho más tiempo libre, siempre adelantaba cosas entre clases por lo que ahora mis tardes eran de no hacer nada y estaba esperando a que me llegaran los libros que había pedido, estaba segura que mi madre me iba a matar por haber gastado mi paga en libros, mi madre era más partidaria de que me gastará el dinero en ropa.
—¿Sabes que tienes a tu madre llamando?—me pregunto Cristina entrando a la habitación, la mire de reojo, me senté en mi cama y la mire.
—Si, pero he decidido no contestarle—le deje claro y me miro—Me quiere echar la bronca porque me he comprado unos libros—le explique y me miro.
—Si me comprara libros creo que mi madre me daría mucha más paga—me dejo claro y se tiro a la cama.
—Mi madre quiere que gaste el dinero en ropa y maquillaje—le deje claro y me miro, creo que estaba demasiado sorprendida pero es que mi madre, es una mujer especial, ella era de esas mujeres que creía que el dinero era algo que se debería verse, es decir, debes mostrar lo que tienes con cosas que son visibles, pintalabios, que son cosas que puedes sacar en mitad de una reunión y retocarlo, o maquillaje porque la gente ve que lo tienes eso, ve las cosas que tenemos, y bueno los libros eran cosas que según ella cualquiera podía conseguir, con un sueldo medio, no eran cosas muy lujosas o bonitas para ella.
Habían pasado dos días desde el momento fatídico de las palabras de Laura, y la había evitado con todas mis fuerzas. No era una persona que quisiera tener cerca, me había demostrado no ser tolerante ni mucho menos ser una persona agradable y por lo que sabía que no la quería en mi vida, en otro momento siempre me planteaba el hecho de tener muchos amigos o de ser amiga de todo el mundo pero ahora, tenía claro que eso no merecía la pena, que había personas que aunque fueran amigos de mis amigos no debían ser mis amigos, esa cosa que siempre tuve en mente de los amigos de mis amigos son mis amigos, quizás debía cambiar a que sería cordial con esas personas, pero no tenían que ser mis amigos. Yo elegí a mis amigos, yo debía hacer mis amigos y elegirlos según sintiera, según creyera mejor, había muchas personas con la que se juntaba Cristina que no me caían bien que no eran buenos para mi, como seguramente había gente que yo me gustaba que a nadie le gustaba, es decir John, pero eso no deshacía nuestra amistad, no debía hacerlo al menos.
—Tu madre es especial—me dejo claro y me miro—¿Por que te has pedido libros? No es que tengas mucho tiempo— comento y la mire.
—Chiqui me ha quitado asignaturas, dice que no estoy llevando una vida sana con eso de tener tantas asignaturas—comente y me miro.
—Por eso te han cambiado la dieta—me dijo y me miro—¿Pero que paso con el golpe?—me pregunto y la mire.
—Ya os lo dije, no fui con vosotros porque no podía, según la enfermará mi capa de grasa corporal es baja y mi estrés es demasiado alto por lo que mi cuerpo no esta equilibrado en energías ni en vitaminas, según ella que un impacto así de leve me causará dolor es señal de mi poca resistencia al dolor aparte de que ella cree que fue un ataque de ansiedad muy fuerte—deje claro y me miro—Más bien un ataque de pánico, según ella tengo un problema con que me golpeen por algo que me paso de niña pero creo que cualquier persona en su sano juicio esta en contra de que la peguen—deje claro.
—Pensé que no te ponías mala—comento y la mire.
—Supongo que lo físico y mental van por separados—.
Mis palabras resonaron en mi cabeza, la mente era la clave de cualquier movimiento, todo comenzaba con la cabeza, si no tenemos las neuronas colocadas ni funcionando no podemos respirar o movernos, creo que la mente es el principio de cualquier cosa y cualquier problema, la mente, el pensamiento eran la base de todo, sin pensamiento no hubiéramos creado nada de lo que hoy en día teníamos, y sin pensamiento no sabríamos la mitad de lo que sabemos y era la que controlaba el cuerpo, quien gestionaba y daba ordenes a todo y si estábamos mal mentalmente, pues el cuerpo lo pasaba mal, y yo era muy consciente que mi cabeza no era la mejor del mundo pero me negaba que todos mis problemas fueran por un desorden mental.
Mis pensamientos fueron callados cuando la puerta fue golpeada por alguien. Cristina se acerco a la puerta y la abrió, ahora ya no dejábamos que la persona abriera la puerta por miedo a que fuera alguna de las vigilantes y nos complicará el día, por no tener la cama perfecta o cualquier cosa.
Cristina se aparto de la puerta para dejar que Matt y Aiden que venían con una enorme caja, me la dejaron en la cama y les mire impresionada, me acerque la caja para abrirla, y me alegre al ver todos los libros que había comprado, eran más de veinticinco libros, estaba en mi era de jugadores de cualquier deporte que fueran increíbles, amorosos y lo que fuera, no es que yo tuviera un mal novio o que no me gustara mi relación pero vivir mi vida a través de libros eran demasiado increíble, era vivir la vida en otros mundos, era demasiado bonito.
—No se que has pedido pero pesa demasiado—me dijo Aiden pero no le mire porque estaba demasiado preocupada mirando que los libros estuvieran bien, que obvio lo estaban porque cada uno estaba envuelto en su plástico y venían con marca paginas, velas y cosas de los libros.
—Son libros—deje claro y los olí para comprobar que fueran de buena calidad.
Leer y comprar libros son dos cosas completamente diferentes, aficiones que se complementan pero no se solapan, no tienes que leer para comprar pero si comprar para leer, al menos comprar un libro electrónico y aunque lo tenía nada era tan bonito como leer un libro en físico en el que puedes marcar, oler o incluso tirarlo, es una sensación demasiado increíble, era como si las palabras entraran mejor sin hablar de que leías mucho más rápido.
—¿Y como los vas a leer señora sin tiempo?—me pregunto Aiden.
Note como alguien se acercaba a mi y besaba mi mejilla, era demasiado claro que era Matt, no me moví, le deje que hiciera sus movimientos mientras me dedicaba a revisar uno de los libros que me había comprado.
—No tengo tantas asignaturas ahora, por lo que puedo leer—deje claro.
—Chiqui se las ha quitado—aviso Cristina y me encogí de hombros.
Los detalles de mi historia con las asignaturas que las dejará o que hiciera con ellas no era para nada importante, eran cosas que no importaban, viajes de palabras que pasaban pero al final era yo la que lo controlaba, si me daba la gana asistir a mis clases de forma normal, nadie se podía oponer, mi madre pagaba porque me dejarán educarme de la forma que más me gustará por lo que nadie podía evitar que hiciera con mis clases lo que quisiera aunque no negaba que era demasiado bueno el tener tiempo para leer, era una cosa me encantaba y bueno poder hacerlo era demasiado divertido.
—Creo que tendré que dar a Chiqui un ducado o algo así—comento Matt.
—No lo necesita, en su país de origen es como un príncipe—comente y me arrepentí a los segundos, note las miradas de todos sobre mi y me sentí demasiado incomoda, de forma normal no era una persona que contará los sevretos de nadie, era muy consciente de lo importante que era mantener los secretos de los demás, el no hablar sin tener en cuenta a las demás personas, a las personas que eran dueñas de esas vidas, pero estaba claro que mi cabeza se había puesto tonta al ver los libros.
Matt me quito el libro de la mano e hizo que me sentará en mi cama.
—Habla—me ordenó y le mire.
—No puedo contar cosas que no son sobre mi—deje claro y todos me miraron.
—No jodas Isabella—se quejo Cristina—¿Cómo puede ser que te enteres de todo pero nunca quieras contar nada?—me pregunto y les mire.
—Meterme en la vida de los demás es una cosa que no me gusta—deje claro y les mire—Es que hablar de los secretos de los demás, es como si me estuviera metiendo en su intimidad y esto...—comencé pero me quede callada.
—¿Qué ibas a decir?—me pregunto Matt que se sentó a mi lado y miro el libro—No sabía que te gustaban los deportistas—comento y le mire.
—No me gustan los deportistas en la vida real, me gustan los deportistas en la ficción, los que están escritos pro mujeres—deje claro y analice a Matt—Tú estas escrito por una mujer, eres atento y romántico, los chicos no suelen demostrar que aman a alguien y eso realmente es una mierda, los actos dramaticos de amor son increíbles y mayormente ideados por mujeres, así que me gustan las ideas de las mujeres que hacen los hombres no reales—deje claro.
En la literatura había muchos autores y muchos libros, con ello había millones de personajes, cada uno creado de formas diferentes, no todos eran iguales, cada personaje era de una forma y eso era lo bueno de la literatura pero claramente había una gran diferencia entre los personajes que eran escritos por mujeres y los que eran escritos por hombres, no me tenía que ir muy lejos, la madre de Matt era escritora, y sus libros estaban llenos de hombres que aman a sus mujeres, que las respetan y las cuidan, y aunque haya otros personajes machistas y que gritan brutalidades, el personaje principal siempre es ese hombre que todas deseamos tener, y por otro lado esta Erick Miller, que puede ser muchas cosas pero cuando escribe a hombres son hombres con poder y la mujer en sus libros es algo sin importancia o que es conexión con otro hombre poderoso, sin hablar de como las retrata, son solo físico y es bastante desagradable.
Creo que por eso las mujeres son sentimos mejor en los mundos que crean otras mujeres, son seguros.
—Isabella—me llamo la atención mi primo y le mire.
—Iba decir que lo que se de Chiqui no influye en nuestro camino o nuestras aventuras pero realmente si lo hace—deje claro y me miraron.
—Así que no dejas de viajar—supuso Cristina y la mire.
—Viajo porque es mi derecho de nacimiento pero Laura no lo hará, porque no le dejaré y si es necesario que hable con Aurora y cuando la vea entrar os expulse, lo haré—les deje claro haciendo que todos me miraran, pueden llamarme rencorosa o lo que quieran, pueden pensar que no soy justa pero no me parece justo que algo que es mío, de mi familia, sea tocado por alguien que ni me respeta, no lo merece, era una cuestión de principios y respeto, me había acusado de egoísta así que ahora iba ver lo que podía ser.
—Me parece justo—dejo claro Matt y le mire sorprendida, aunque no necesitaba el apoyo de nadie, era interesante saber que era apoyada.
Aiden solo asintió y Cristina no dijo nada.
—Chiqui es sobrino de Eva—les dije y les mire—El abuelo de Chiqui que es el padre de Eva y su madre, mando a cada uno de sus siete hijos a cerrar los portales que daban a Aurora, son como unos protectores de la luz, y a Eva la mandaron al internado pero obviamente no cerro nada, quizás le gusto demasiado esta vida o no se pero sabemos lo que paso—dije e hice una pausa—Hay una asociación, unas personas que quieren esos portales para usarlos para el mal, no lo entiendo aún muy bien pero son marcados con un tatuaje del siete detrás de la oreja —explique y me miraron.
—¿Un siete?—pregunto Matt y le mire.
—Si, creen que es un numero mágico—explique.
Matt iba a dar alguna relevación. algo demasiado importante pero no lo pudo hacer porque alguien llamo a la puerta. Rápidamente los chicos se metieron en el baño y Cristina abrió la puerta pero no dejo pasar a la persona.
—Tengo las cosas que me pidió Isabella—escuche hablar a Laura, Cristina me miro y la mire.
—Que lo deje y se vaya—deje claro mientras me levantaba de la cama sabiendo que uno de mis planes había comenzado.