Capítulo 4: Nuevamente

1908 Words
Abro el grifo y dejo que el agua corra por mi piel, es la única forma que tengo para poder borrar las marcas de las caricias de aquel hombre asqueroso de Sebastián, lo que no entiendo es porqué mi tía no ha venido, si su perro guardián me vio es obvio que ya le fue con el chisme, pero como si mis palabras y mi mente la hubiera embocado porque escucho como abren la puerta de la habitación a toda y después la del baño y ahí está ella parada observando con ganas de matarme «si pudiera» —Quiero saber que estaba pasando por esa cabeza hueca al momento de dejar al prestigioso señor Sebastián Jones plantado sin cumplir con tu deber —dice acercándose a mi, pero yo no pienso ni puedo dejarme intimidar mi tía, ella sabe muy bien mis condiciones y el hecho que ella haya querido violarlas no le da el derecho para venir a reclamar. —No pensaba en nada, solo que tu muy bien sabes que no me gusta que hagan las cosas sin avisarme —respondo, aún debajo de la ducha con mi cuerpo totalmente desnudo ante la mirada de mi tía y detrás la de su perro guardián, quien solo me mira con lujuria, pues se reconocer las miradas, son cosas que he aprendido a conocer con el paso del tiempo. —Y tu que dijiste, hago mis berrinches y no pasa nada —dice burlona alzando una ceja, chasqueando con su lengua. —Pero tía, ese viejo asqueroso quería hacer algo de lo que yo no estaba de acuerdo, y yo no estoy dispuesta a soportar tal humillación —digo con lágrimas en mis ojos, pero se que mi tía no lo nota ya que el agua corriendo por mi piel hace que pueda disimular las lágrimas que salen de la impotencia que tengo por no poder salir de una buena vez de este maldito infierno junto con mi hermano —Contesta —gritó mi tía furiosa, sacándome de mis pensamientos —Perdón tía, no te escuche. —Agacho mi cabeza y me tapo mis pechos al sentir un fuerte golpe sobre mis costillas pues mi querida tía Amanda me golpea con su bastón, es algo tan común en ella. —¡Ya basta tía! —gritó agarrando con una de mis pequeñas manos el bastón con que golpea mis costillas. —Suelta el maldito bastón si no quieres pasar la noche en el cuarto oscuro junto con Damián —dice señalando a su perro guardián el cual deja salir una sonrisa de satisfacción lanzándome una mirada lasciva —No tía allí no, por favor. —Ruego e imploro por algo de cordura pues no quiero pasarla en ese cuarto frío y lúgubre y mucho menos junto al perro guardián, aún recuerdo cuando me encerró la primera vez y siento que entró en pánico INICIO FLASHBACK Terminó de hacer el oficio y como todas las noches ya es muy tarde, sólo espero que Martín ya se haya dormido, apagó las luces de la cocina y caminó por el resto de la casa verificando que todo esté bien, sólo que la luz encendida de la biblioteca llama mi atención así que voy hasta ella, pero se me hace extraño ya que recuerdo haberla apagado hace unos instantes, al llegar a la puerta de la biblioteca sólo escucho la voz de mi tía quien se quejaba. —No, no —Me llene tanto de miedo que pensé que le estaban haciendo daño, así que entre, pero hubiera preferido nunca haber entrado, tapo mi cara dando un grito de la impresión que me acabo de llevar, mi tía está sobre el escritorio totalmente desnuda y encima de ella Damián su guardaespaldas, una escena bastante explícita. —Qué haces aquí niña estúpida —gritó mi tía aún agitada, tapando su arrugado y gordo cuerpo —Na, na, nada —respondo en titubeos. —Déjala a ella le gusta —dice Damián riendo, yo niego una y otra vez con la cabeza que empiezo a retroceder pero al dar vuelta me doy contra la puerta cayendo al piso. —¿Qué te pasa acaso me estás espiando o quieres acostarte con mi hombre? —Niego con mi cabeza una y otra vez haciendo que mis lágrimas rueden por mis mejillas, su voz me aterra, todo me aterra por parte de ella. —No tía, simplemente pensé que le estaban haciendo daño —digo asustada al verla parada frente a mi zarandeando mi brazo —No es cierto Amanda, acuérdate que ella se la pasa insinuándose —dice Damián, mi tía me levanta como si se tratara de una muñeca para luego estampar su enorme mano sobre mis mejillas, sólo siento un calor intenso recorrer mis mejillas pues por poco y me quita la caja torácica —Te lo he dicho una y otra vez, zarrapastrosa, que no te metieras con él ahora vas a pagar las consecuencias —dice a lo que yo ni hago si no llorar a moco tendido, se que muy pronto tendré que empezar a pagar una deuda que todavía no entiendo cómo, si ni siquiera me permite salir de casa así que no se como es que voy a pagar una deuda que apenas tengo conocimiento, pero esto es nuevo para mí, no entiendo lo que aquel hombre dice a mi tía, yo nunca sería capaz de provocar a ningún hombre, si ni siquiera tengo novio ni conozco el amor, como es tan cínico y dice que me le insinuó, salgo de mis pensamientos al ver que Damián me toma entre sus brazos para ponerme sobre sus hombros y empezar a caminar conmigo —Bájame bájame —Zapateo y gritó, pero este hombre además de grande es sordo, solo veo los pies y detrás la voz de mi tía ofendiéndome, diciendo que yo me lo busqué, pero no entiendo qué fue lo que busque, sólo lloro y lloro hasta cuándo Damián se detiene y me tira a una habitación, la cual está llena de humedad. —Aquí te vas a quedar hasta que pienses en lo que acabas de hacer y ni se te ocurra volver a mirar a mi hombre por que no respondo —dice, cerrando la puerta para dejarme aquí con mi soledad donde solo reina la oscuridad y la humedad además de pequeños chillidos de animales, deben ser ratas ya que la siento como pasan por mis pies, yo solo grito y grito, pero nadie viene, nadie escucha, no se cuanto tiempo ha pasado no se si son horas o días sólo se que mi estómago está vacío y está oscuridad me está matando sólo lloro y lloro sólo quiero salir de aquí no aguanto más este cuarto oscuro FINAL FLASHBACK —Mira niña estúpida, el señor Sebastián Jones se fue furioso contigo, y ya no va pagar por ti para llevarte a la playa, así que mañana lo vas a llamar y le vas a decir que te disculpé, —Asiento pues para mi es mejor pedir disculpas a un hombre así a que me encierre nuevamente en el cuarto oscuro —Si tía Amanda mañana a primera hora lo llamó —digo en un hilo de voz casi que con el alma sobre mis manos —A y otra cosa esto te va a costar, el dinero que me hiciste perder esta noche te va a costar el doble —dice, dando vuelta para salir de la habitación, quedando ante mi su perro guardián que si yo fuera su presa no dudo que ya se me hubiera lanzado encima con todo y sus garras. —Vamos Damián —grita mi tía al ver que él todavía sigue en el baño mirándome fijamente además de lamerse los labios y hacer uno que otro acto obsceno, doy gracias a Dios que mi tía se haya devuelto y se lo llevará, pues el muy imbécil me estaba mirando descaradamente, salgo de la ducha y seco mi cuerpo, camino hasta mi cuarto, tome mi pijama, me la pongo y me tiro a la cama, la verdad estoy agotada por mi desaparecería de la faz de la tierra, pero se que no lo puedo hacer, Martín quedaría sólo bajo el yugo de mi tía quien no dudo que sacaría cualquier excusa para hacerle la vida imposible a mi niño hermoso, estoy tan cansada que caigo rendida en los brazos de Morfeo. No se si es un suelo o una pesadilla pero el tacto de unas manos recorrer mis muslos hacen que despierte asustada, pero me llevo una sorpresa al ver que lo que sentí no era un suelo si no una verdadera pesadilla, pues el perro guardián de mi tía Amanda se encuentra sentado aun lado de mi cama —Que diablos hace usted en mi habitación —digo irritada, al ver como se abalanza sobre mi y me tapa la boca, para que no grite —Ni se te ocurra gritar —susurra a mi oído, provocando en mi repulsión tan sólo de tenerlo cerca, como puedo logró empujarlo logrando que quitara sus horribles manos de mi boca —¿Qué le pasa?, lárguese de inmediato de mi habitación, —señaló la puerta, a lo que él solo se ríe descaradamente, y se lanza de nuevo sobre mi arrebatándome por completo las sábanas con que cubría mi cuerpo, se que desde hace años el tiene ganas de tomarme a la fuerza " lo se" no se como se ha mantenido al margen pero esta noche no se como se atrevió a tanto. Mi tía no se lo permitiría y menos siendo él su hombre; pero dónde está mi Tía, forcejeo con él para quitarlo de encima de mi, pues con una mano tapó mi boca y con la otra trata de quitar la diminuta pijama que llevo puesta, pero yo lucho con todas mis fuerzas levantó mis piernas y pateó su entrepierna logrando que me soltara para retorcerse de dolor, “maldita perra” grita, me levanto rápido de la cama y corro hacia la puerta —¿A dónde crees que vas maldita? —me jala del cabello haciendo que detenga mi escape —suéltame —gritó. —Que pensaste niña estúpida, que me ibas a provocar sin tener consecuencias —dice llevándome de nuevo hacia cama, rasga mi pijama con tanta fuerza que la rompe en mil pedazos dejando mi cuerpo con tan sólo ropa interior, mis lágrimas recorren mis mejillas sin que las pueda contener, es tanta la impotencia que tengo el no poder defenderme ante lo que Damián me quiere hacer, pero mi cuerpo es mucho más pequeño ante sus enorme cuerpo que está formado lleno de músculos, dejó de luchar, mientras él recorre sus asquerosas manos por todo mi cuerpo haciéndome sentir repulsión —Oh, Valeria no sabes cuanto esperé por este momento —susurra a mi oído, dejo que siga jugando con mi cuerpo mientras llevo una de mis manos a un lado de mi cama, y alcanzó la lámpara vieja que siempre está sobre la mesa de noche y, con toda la fuerza que sin aún me queda se la estampó sobre su cabeza, cayendo como muerto encima de mi cuerpo —Damián, Damián, — lo muevo logrando quitarlo de encima de mí, pero él no responde, está como muerto me levanto rápido dejando su cuerpo inerte sobre mi cama.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD