TRATA

TRATA Víctimas del poder ADVERTENCIA La historia que estás a punto de leer, puede ser delicada, para algunas personas, si eres muy sensible, te recomiendo ampliamente NO ENTRAR, el único objetivo de este libro es entretener, no ofender, engañar o lastimar tus sentimientos. «LA TRATA DE PERSONAS ES UN DELITO GRAVE QUE VULNERA LOS DERECHOS HUMANOS. CADA AÑO, EXISTEN 2.5 MILLONES DE VICTIMAS EN EL MUNDO, AUNQUE SOLO UNA DE CADA VEINTE PERSONAS SE IDENTIFICA. 142 PAISES, UN 94% DE LA POBLACIÓN MUNDIAL ESTÁN AFECTADOS POR LA TRATA. LOS TRATANTES APROVECHAN LA SITUACION DE VULNERABILIDAD QUE RODEA A LAS VICTIMAS PARA OBTENER UN BENEFICIO ECONOMICO» “La esclavitud del siglo XXI es invisible y se nutre de la desigualdad, la pobreza, la impunidad y la injusticia” *** Camila Martins, es una estudiante de periodismo de veinte años, una chica marcada por una desgracia familiar que arropo a su familia 10 años atrás cuando su hermana mayor, una hermosa reina de belleza desapareció en una fiesta universitaria, dejando un enorme vació familiar, porque no solo desapareció, sino que además nunca encontraron respuesta de lo sucedido aquella noche cuando Sofía no regreso a casa. La familia Martins se rompió, un divorcio fue el siguiente golpe en el vínculo sagrado del linaje familiar, aquellos padres se culpaban unos a otros por la triste historia de su hija. Sin embargo, Camila jamás se rindió, mientras extrañaba crecer con la presencia de su hermana a medida que pasaba el tiempo se prometía a sí misma esclarecer lo sucedido con Sofía, se volvió una investigadora mientras estudiaba periodismo. Encontrando en los amigos de su hermana esos que diez años atrás declararon no saber nada por miedo una parte de la verdad sobre la última noche de su hermana, esas personas decidieron abrir su corazón con Camila pensando calmar esas ansias de verdad que exigía en su investigación personal, narrándole una parte de lo que sucedió aquella noche. uno de los amigos “más cercanos” de su hermana era un aprendiz de tratante (joven universitario que se encargaba de recolectar mujeres jóvenes y bonitas para ser vendidas en el mercado n***o), estas jóvenes eran trasladadas sin su consentimiento a otro continente sin tener la más mínima idea del futuro que les esperaba. Camila siente rabia de saber que su hermana fue vendida en el mercado negr*o para ser explotada sexualment*e, por lo que decide encontrar el lugar donde Sofía fue llevada, sin saber que su vida daría un vuelco inesperado por nadar en aguas oscuras. *** Durante muchos años espere este momento saber ¿Qué había sucedido con Sofía?, y ahora que conozco su triste final siento rabia, impotencia ganas de vomitar porque ninguna mujer merece un final tan denigrante y vacío, incluso tenía muchas más preguntas que antes ¿seguía viva? ¿en qué continente termino? ¿Quién la compro? ¿lograría escapar?, sabía que México era uno de esos países donde las mujeres desaparecen diariamente, pero es difícil conocer el final de cada una de ellas, diez años después de tantas incógnitas logre saber que sucedió con mi hermana o al menos quien había intervenido para que desapareciera aquella noche, en ese momento decidí que mi investigación y búsqueda apenas iniciaba. Es peligroso lo sabía, pero no podía vivir con la incertidumbre de saber si mi hermana aún era parte de este mundo, amaba la escritura y mi sueño de escribir un libro diferente y real estaba frente a mí. Encontraría todas las respuestas, pero sobre todas las cosas encontraría que sucedió con mi hermana después de ser vendida. Sonó mi celular era Santiago mi novio cibernético desde hace cinco meses, lo conocí a través de la web, pero no era cualquier ser humano, él trabajaba en el FBI como hacker y venia ayudándome con la investigación del paradero de Sofía, hace unos días le pedí averiguar qué había pasado con ese maldito que vendió a mi hermana, dando su nombre para tratar de encontrarlo. —No sé si darte esta información, este hombre es sumamente peligroso según los informes. —¿Sigue vivo? —pregunte tajante. —Si cariño, pero no es seguro para ti. —Es por mi investigación Santi. Cambiare su nombre para el libro, pero necesito saber todo lo que hayas averiguado de ese hombre. —Te estoy enviando la información a tu correo. Prométeme no hacer ninguna tontería. —Lo juro, gracias. Dentro de dos meses viajare nuevamente para estar contigo. —Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, me preocupa que te pongas en peligro por esa obsesión que tienes. —No es una obsesión, era mi hermana y desapareció sin dejar rastro alguno. —Eso es trabajo de la policía. —Han pasado diez años y la policía jamás nos ha dado una puta respuesta de lo sucedido con mi hermana, para ellos es un puto fantasma —cortando la llamada bastante alterada. Que difícil era para las personas entender el amor que sentía por mi hermana desaparecida y las ganas de encontrarla, de saber que sucedió con ella después de su secuestro ¿Dónde estaba?, suelen decirme constantemente, pero si tenías diez años cuando desapareció no debes ni siquiera recordar su voz, si supieran que cada noche sueño con ese día cuando vestía un hermoso vestido amarillo con flecos que llegaban a su rodilla, esa última noche cuando entro a despedirse prometiendo ir al día siguiente a recogerme a las clases de baile para tomar un helado juntas como todos los sábados, la recordaba al ver sus fotografías en el álbum familiar y darme cuenta que mis padres tienen razón cuando dicen que soy el vivo retrato de Sofia, ahora sueño con encontrarla con vida y traerla de vuelta a la vida que le arrebataron, sin importarme que tenía que hacer para encontrarla. Tenía la identificación de aquel maldito que la vendió, ahora conocía su rostro, en la actualidad era dueño de varias discotecas alrededor del país, donde estaba segura seguía llevando su maldito negocio de trata de mujeres, según la documentación que Santi me promovió sobre los tratantes siempre les venden a los mismos compradores del mercado negr*o, si quería encontrar a Sofia y la verdad de toda la perversión que rodeaba a este negocio tenía que entrar al juego por más loco que sonara, era una red muy hermética y poderosa difícil de penetrar, si quería obtener información debía ser una de esas mujeres. Viaje a Cancún el fin de semana porque era allí donde residía este delincuente, la más grande y ostentosa discoteca se encontraba en este destino turístico donde diariamente hay millones de turistas visitando el paradisiaco lugar, lo más seguro es que no solo venda jóvenes mexicanas, compre el atuendo más provocativo y vulgar que pudiera encontrar con el único objetivo de llamar la atención, antes de salir de CDMX, hable con mis padres para decirles una mentira sobre mi ausencia, iría a tomar cursos por un año a Japón. Por muchos años después de la desaparición de mi hermana mis padres me sobreprotegieron como a nada en el mundo, por lo que se mostraron en desacuerdo con mi idea de irme lejos por tanto tiempo, aunque al final se mostraron resignados por la decisión que ya había tomado. Entre aquella discoteca dispuesta a ser una de esas mujeres que Jovani del Toro vendía, sin duda alguna esta idea podría sonar como una completa locura, pero era mi única alternativa. Me mostré solitaria, y deprimida, tomando tequila y una que otra cerveza, uno de estos hombres que caminaba y bailaba a mi alrededor tenía que ser los recolectores (encargados de encontrar las chicas vulnerables). —Es raro encontrarse con una mujer tan hermosa en una discoteca bailando y tomando sola —Hablo a mis espaldas un hombre joven y apuesto con acento español. —Bueno soy una mujer solitaria, mi familia me odia, no tengo amigos y acabó de perder mi empleo —tomando mi tequila —. me gusta bailar sola —en forma de gracia, logrando sacarle una sonrisa. —Ya no estarás sola te hare compañía toda la noche. —Gracias. Fue literal loque dijo, se quedó bailando y tomando conmigo hasta que la discoteca cerro y debí tomar un Uber hasta el hotel sintiendo decepción por haberme distraído toda la noche con ese español encantador, la mañana siguiente me levanté alrededor de las once de la mañana necesitando un late vainilla con crema de coco urgente, me di una ducha y vestí un conjunto deportivo negr*o, lentes oscuros y me dispuse a caminar desde el hotel al Starbucks más cercano el cual quedaba a unas dos cuadras. La mañana era cálida típico de Cancún, el mar golpeaba la arena de forma pasiva, niños armaban castillos de arena mientras sus madres practicaban yoga, parecía un día precioso para caminar por las calles. Un pinchazo en el cuello me hizo alertar, pero al tratar de averiguar qué sucedió volteando mi cuerpo al sentido contrario de mi caminata, sentí todo n***o a mi alrededor, cuando mi cuerpo intentaba recomponerse un nuevo pinchazo me desconectaba. Desperté por fin con un fuerte dolor de cabeza, escuchando gritos y llantos de mujeres, confundida y bastante mareada incorporé mi cuerpo chocando con la realidad, frente a mis ojos se encontraba Tony el español que había compartido conmigo la noche anterior en la discoteca, pero no estaba sola había algunas quince jóvenes más histéricas y bastante nerviosas, entre ellas había una que grito piedad pues estaba embarazada. —¿Estas de encargo cariño? —pregunto el español. —Si, por favor déjeme ir. Juro que no diré nada —rogaba arrodillada ante él. —Claro que te iras hija de puta porque preñada no me sirves de nada —sacando su arma y disparándole en la frente. El resto de chicas lloraba mientras yo imaginaba a Sofia como esa mujer que yacía en un charco de sangre. —Escúchenme bien a partir de ahora ustedes son mercancía y la que pretenda desobedecer o cometer alguna estupidez terminara como su compañera ¿quedo claro? —gritando —. Márquenlas, luego seguimos el maravilloso camino a casa —acercándose a mí. —Eres la primera mujer que tengo frente a mí que no tiene una puta lagrima en los ojos. —¿Cambia en algo mi situación si lloro?, parecías encantador anoche. —Soy más encantador de lo que parezco —. Ella primero. Un joven con tatuajes en todo su cuerpo se acercó, ordenándome apoyar mi cara en la almohada, obedecí escuchando el sonido de una maquina tatuadora y el primer trazo en mi cuello, soportando el horrible dolor que causaba esa aguja en mi piel. —Su terminar es 250 —grito el tatuador. —A partir de ahora así serás llamada, olvidaras toda la vida de mierda que llevabas, te prometí que siempre estaría a tu lado y suelo cumplir mis promesas —guiñando su ojo derecho. Aunque mi vida a partir de ahora se convertirá en una mierd*a, mi interior gritaba de felicidad porque estaba segura que encontraría todas las respuestas que pretendía encontrar sobre mi hermana.