TRATA

SOSPECHAS MALIGNAS

CAPITULO 5

SOSPECHAS MALIGNAS

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No podía negar que esta situación con el capo de la mafia Italiana si me causaba miedo ¿Por qué querría verme? La rusa trajo un vestido rojo ajustado al cuerpo de tela de cuero brillante y tacones negros, camine hasta la mesa en la zona VIP donde solo se encontraba el dueño con un trago en mano. Me miró de pies a cabeza analizando a la mujer que tenía frente a él, su mirada fría y calculadora inspeccionaba mi comportamiento mientras estaba parada a un costado de la mesa.

—Siéntate —ordenó.

Me senté intentando crear en mi cabeza respuestas lógicas sobre lo que pudiera preguntarme.

—¿Cuál es tu nombre?

—250 señor.

El sonrió.

—Llevo más de 20 años en este negocio, se leer a una mujer incluso sin hablar, se como deberían actuar ante cualquier situación, mucho más cuando son tan jóvenes como tú. Volveré a empezar las preguntas, supongo que ya sabes que pasa con las personas que me mienten.

—¿Como te llamas?

—Verónica Montes —ese era el nombre de la hija de la dueña de la papelería que estaba frente a mi universidad.

—¿Qué edad tienes?

—22 —respondí —. Se lo que usted intenta hacer, cree que soy sospechosa porque actuó como ningún otra chica aquí, mucho menos recién llegada a este sitio.

—¿Te crees muy inteligente? —mirando a uno de sus hombres, quien tomó mi cuello con fuerza cortando el paso de oxígeno, a tal punto que pensaba que rompería mi tráquea.

Quizás no pensé con serenidad mi comportamiento sereno en esta misión que la vida había puesto en mi camino para encontrar respuestas sobre mi hermana desaparecida, había calculado cada cosa que haría y soportaría en este lugar para hallar a Sofia, pero jamás pensé en como tendría que actuar frente a todos, mi comportamiento despreocupado y calmado me hacía ver como una sospechosa, cuando debería estar como el resto de chicas nuevas llorando y lamentándose por el rumbo oscuro que tomaban sus vidas, por esa razón aunque quisiera tener un arrebato de histeria acompañado de un ataque de pánico por la falta de oxígeno a mis pulmones, decidí apretar con fuerza los marcos de la silla, sin inmutarme por estar a punto de morir.

El me miraba mientras disgustaba su vaso de whisky, estaba apunto de desmayarme cuando el ordeno que me soltaran.

—¿Quién eres y que haces aquí?

—Muchas veces no somos nadie, nuestro comportamiento, forma de ser, de actuar, de hablar son producto de los golpes de la vida, he perdido todo lo que era y lo que soñaba ser, esta mujer fría y poco empática que tiene frente a usted es simplemente un fantasma de su propia vida. Si me asesinan o no me da exactamente lo mismo porque mi vida dejo de importarme mucho antes de llegar a este lugar.

—No confío en ti, pero me costaste mucho dinero y tienes talento para el tubo según escuche , incluso hay clientes que desean que tengas dos funciones por noche, pero si descubro que eres más que un simple fantasma, créeme yo mismo me encargaré de tu muerte “deseada”

En ese momento me di cuenta que este hombre no era ningún tonto, si deseaba salir victoriosa con la información para mi libro las pistas para encontrar a Sofía y sobre todas las cosas con vida debía encontrar la manera de hacer que este monstruo abandone su investigación hacia mi. De lo contrario lo único que encontrare en este infierno es la muerte.