Capítulo 1: En donde está mi diario

1819 Words
Capítulo 1: En donde está mi diario. 6 de abril 2001 Austin es un niño muy lindo, paro todo el rato en casa de él. Hace poco se mudaron al frente de mi casa. Así puedo estar más con él. Su mamá prepara ricos postres, aunque a veces llora cuando los prepara. Austin dice que es por su papá, no entiendo mucho pero mi Mami y Papi viene a hablar con ella. Hoy día me enoje mucho con él porque entre y lo encontré con Leah, ella le presta sus colores y me empuja y se lo lleva. Cuando entre por su casa él estaba con ella. Me enoje mucho, pero no me fui porque Papi dice que nunca se da por vencida cuando algo se quiere. No me gusta que ella este detrás de mí Austin, porque él es solo mío. Y ella no me va a quitar a mi amigo. No quisiera ni estar aquí. Pero Majo me obligó prácticamente. Y no puedo creer que mi Hermana la ayudara, al parecer todos están en contra con que Caitlin tengo su noche de Netflix. La ropa la cual ellas eligieron es hermosa eso si no lo voy a negar pero siento que todo el mundo ve mis piernas. No les ha dado esa sensación en el cual uno quiere pasar desapercibida pero pasa todo el contrario y sientes que todo el mundo te mira y estás como paranoica, pues yo estoy justo así en este momento. La falda en A negra es un poco corta y los mini botines marrones me hacen ver un poco más alta, eso es lo bueno. El body está bien, ellas supieron combinar los que les gustan y lo que me gusta. Las busco por todos lados y la primera en ver es a mi hermana, no es difícil encontrarla ya que siempre se encuentra rodeada de chicos. Mi hermana es hermosa pero cuando se maquilla y se viste para una fiesta parece como una estrella, inalcanzable. Bueno y más si está al lado de Alice, que parece otra modelo más, angelical, pero igualmente inalcanzable. Me acerco a mi hermana, toco su hombro y voltea, me encanta como ha delineado sus ojos con un crayón plateado. Hace sus ojos más claros como si eso fuera posible. Creo que entre mis tres hermanos yo tengo los ojos más claros, ya que los míos van de un azul grisáceo claro, los de mi hermana un azul grisáceo oscuro y mi hermano completamente azul. – Si llegaste – me sonríe como si hubiera ganado la lotería. – Si porque vine a recoger a mi chiquito, de sus sucias manos. – Oye duende, eso es ofensivo. Veo que te pusiste la ropa que elegimos para ti– Alice pone una mano en su cintura y arquea una ceja. Cualquiera que la vea en este momento pensara que es la pose de una niña rica y superior. Ella en ocasiones la verás como una niña mimada, creída y antipática. Pero cuando la conoces es todo lo contrario. No se juzga un libro por su portada. Ella es sencillamente adorable y cariñosa y graciosa. No sé ni cómo es que comparte genes Austin. – Bueno ya que me tienen aquí. Tienen que darme el diario, no puedo creer que lo tomaran como rehén. – Tranquila está con Majo. – ¿En dónde está Majo? – La vi al lado bailando con un chico. – ¿Qué? ¿Está ebria? – No lo sé, creo que un poquito– Alice se encoge de hombros. – No, no– me dirijo a la pista de baile pero no la encuentro sé que Alice y Chelsea me siguieron– ¿La ven? – ¡Ahí!– Chelsea señala y voy hacia mi amiga la ebria que está bailando con un chico muy apuesto y sé que ella solo lo sacaría a bailar si está muy ebria. Está siendo el bailen sensual y ella solo hace ese baile cuando está bien ebria, su parte trasera está que frota la parte delantera del chico. – ¡Majo! – ¡Eh! Viniste– se separa del chico, casi cae en el intento. – Si, si vine– me abraza y siento como se resbala un poco, está a instantes de caer pero la sujeto. – Caitlin te quiero presentar al chico caliente, ¿Cómo te llamabas?– él chico sonríe de medio lado. – Michael, hermosa. – Si Michael estudia con nosotras pero nunca lo había visto ¿Verdad? – Eso creo– él chico no parece ni ebrio, pero siento que se ríe de mi amiga, que si está bien ebria. – ¡Majo enfócate!– miro sus ojos que están como en las nubes. Solo quiero saber dónde está mi chiquito y me voy a ver mi maratón de serie. – Dimle– sus palabras salen un poco torcidas. – ¿En dónde está el diario? – ¡Oh! ¿Qué diario? – Mi diario, el que tomaron ustedes como rehén. – Ah... ese diario– su risa es media boba, pero no se ve mal en ella. A pesar de que tiene la cara de ebria feliz y sé que ella mañana se va a arrepentir. – Si ese diario ¿En dónde está? – En mi bolso. – ¿Y dónde está tu bolso? – Con los demás bolsos pues– se ríe más, la dejó en los brazos del chico. Ya después regreso por ella. Salgo corriendo al guarda sacos, ya que no sé cómo se dice. Al abrirlo, comienzo a buscar el bolso de majo. – ¡Ey! tranquila pareces una loca– Chelsea sigue detrás mío. – Por favor vallan por Majo, me la llevo. – Pero no te puedes ir, recién acabas de llegar– al girarme veo a Alice con un puchero. – Tengo que irme. Porque si me quedo alguien va a terminar en un hospital y no seré yo. – Está bien, Alice vamos por Majo, por borracha calentona. Al girarme veo como Chealse señala a Majo que está que besa al chico y está tocando el pene de esté. Espero que Alice, siendo Alice haya tomado una foto de esas, para luego extorsionarla con que deje de mandarme investigar a sus chicos del bus. Vuelvo a buscar, hasta que siento a alguien atrás mío. – Ya les dije que vallan por Majo, no quiero que saque el pene del chico. – Bueno eso creo que están haciendo– al girarme tan fuerte me golpeó la cabeza con el palo de madera donde se cuelgan los sacos– ¿Estás bien? – Sí, estoy bien– y se preguntarán quién me habla. Bueno lo denomino en tres palabras: el idiota Austin. – Que bueno porque eso se vio con que dolió– señala mi cabeza, alejo mi mano de la zona afectada. Luego de que él dejó de hablarme, solo fueron eventos en el cual debíamos estar en la misma habitación. El cumpleaños de mi mamá, ya que su mamá es muy amiga de la mía, el cumpleaños de mi papá ya que mi papá era amiga de la suya, cumpleaños de Alice y año nuevo. El que siempre me afectaba de cierta forma era el del año nuevo, porque pensaba que iba a venir hacia mí y pedirme perdón por dejar de hablarme, nos besaríamos e iríamos corriendo a ver los juegos artificiales. Pero me canse de esperar cuando cumplí los ocho. Donde fue mi cumpleaños y él decidió no aparecerse a pesar que le hice llegar la invitación y le dije a su hermana como una docena de veces que le hiciera recordar. Pero ese día me enteré que mientras yo soplaba las velas rogando que mi deseo se cumpla y él venga a saludarme, él estaba pidiéndole a Leah Clark que fuera su novia. Leah Clark, o Anti-Leah con solo verla hace que te de alergia, como si eso fuera científicamente posible. Yo le digo suena como médicamente para la alergia. El anti viene de un significado, él antipática pero con varios pronombres como anti talentosa, anti amable y un sin fin. Así que decidí reducirlo y juntarlo con su nombre. Y ahí está Anti-Leah las únicas que lo aprueban son las chica. Claro que mis primas decidieron que le pongan un pendeja adelante del nombre en un español muy claro. Ese día, fue el día que decidí avanzar y no rogar por el cariño de nadie, cuando puedo contar conmigo misma. – Estoy bien– alzo mi mentón, él no deja de verme, sé que es un momento incómodo en el cual yo quiero que se valla y él quiere irse. Pero como dije He sufrido muchos golpees para, doblegarme. – Vine por el bolso de Leah– ahí fue cuando quise realmente tirarle el bolso y que se valla lo más rápido de mi vista. – Y yo por el mío. Veo dos bolsos iguales, no sé cuál es de Majo y cuál es el de la rata novia de Austin. En este caso la Anti-Leah. Agarro el menos pesado ya que si contiene mi diario debe pesar menos. – Gracias que amable– él sonríe con ironía ya que la última vez que lo vi le dije que era un idiota. Ya que era muy tarde y estaba con los parlantes de su música a las diez de la noche, el cual un día antes tenía que acostarme temprano ya que tenía examen. Bueno no soy tan linda, cuando de mi sueño se trata, ahí seas quien seas te mando al carajo. – Yo siempre soy amable– veo como las chicas vienen con Majo y me acerco hacia ellas. Gracias a dios Austin no me sigue. Las chicas me ayudan a subir al carro a Majo, la pobre esta semi-inconsciente. Habla, se duerme y vuelve a balbucear. Me subo al puesto de piloto y veo como mi hermana se sube al puesto de copiloto. Y atrás por el espejo retrovisor veo a Alice. – Pero ¿Que hacen? pensé que se iban a quedar. – No si ustedes no están no es divertido, y ya vinimos, hablamos, bailamos y ahora nos vamos– Chealse asiente hacia las palabras de Alice. Comienzo a manejar y le digo a Chelsea que habrá el bolso de Majo y que saque el diario. – ¡Oh, oh! – enfoco mi vista por un momento en ella. – ¿Qué? ¿Qué pasa? – Creo que te equivocaste de bolso– freno con algo de fuerza y Majo se queja ya que se golpeó la cabeza contra el asiento del copiloto. Le quito el bolso a Chelsea y es cierto ese no es el bolso, y si este no es el bolso, eso significa que le di el bolso incorrecto a Austin. Oh dios, le di mi diario al idiota de Austin.
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