capitulo 7

1374 Words
Finalmente, Ivana decidió que necesitaba hablar con Clara. Había pasado suficiente tiempo, y aunque la herida seguía abierta, sentía que era hora de cerrar el capítulo. Así que tomó su teléfono y le envió un mensaje a Clara: - ¿Podemos hablar? - Clara respondió casi de inmediato. - Sí, por favor. Te he estado esperando. - Quedaron para verse en un café que solían frecuentar. Ivana llegó primero, sentándose en una mesa en la esquina. El lugar estaba lleno de risas y conversaciones, pero para ella, todo sonaba distante. Su mente giraba en torno a lo que iba a decirle a Clara. La decisión de alejarse de su amiga pesaba en su corazón, pero sentía que era lo que necesitaba. Cuando Clara llegó, su rostro se iluminó al verla, pero la sonrisa se desvaneció al notar la seriedad en los ojos de Ivana. Se sentó frente a ella, nerviosa. - Gracias por venir,- dijo Clara, su voz temblando un poco. - Gracias a ti por aceptar hablar,- respondió Ivana, sintiendo que cada palabra que decía era un paso hacia el abismo que había decidido enfrentar. Clara tomó un sorbo de su café, buscando las palabras adecuadas. - He estado pensando mucho en lo que pasó. Nunca quise que se convirtiera en esto. Lo siento de verdad. Ivana sintió un nudo en el estómago. - Lo sé, Clara. Pero lo que hiciste no se puede ignorar. Me traicionaste, y eso duele más de lo que puedo explicar. - Clara bajó la mirada, avergonzada. - No supe cómo manejarlo. Me dejé llevar por la situación y no pensé en las consecuencias. Te juro que nunca quise lastimarte. - Pero lo hiciste,- interrumpió Ivana, su voz firme. - Y ahora tengo que enfrentar las repercusiones. No puedo seguir en esta confusión. Necesito espacio. - La tristeza se reflejó en los ojos de Clara. - ¿Espacio? ¿Significa que… que me estás echando de tu vida? - Ivana sintió que el dolor la atravesaba. - No es que quiera hacerte daño, pero necesito protegerme. Este ciclo de dolor no es saludable. No puedo seguir así. - Pero ¿no podemos intentar solucionarlo? Tal vez hablarlo más, entendernos mejor… - Clara suplicó, su voz llena de desesperación. - No sé si eso es posible,- Ivana respondió, sintiendo que su corazón se rompía en mil pedazos. - Las cosas han cambiado, y yo también. Necesito tiempo para pensar en lo que quiero _ Clara se quedó en silencio, procesando las palabras de Ivana. Finalmente, dijo: - Entiendo que estés herida. Pero te prometo que estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario para enmendarlo. - Es que no se trata solo de ti, Clara. Se trata de mí y de lo que necesito. He estado atrapada entre lo que siento por ti y lo que mi familia espera de mí. Necesito encontrar mi propio camino, y eso significa alejarme de ti por un tiempo. - ¿Y si te digo que estoy aquí, dispuesta a luchar por nuestra amistad? - Clara insistió, su voz llena de emoción. - Eso no es suficiente,- Ivana respondió, sintiendo que las lágrimas amenazaban con escapar. - No puedo seguir permitiendo que esta relación me consuma. Necesito encontrar mi propio rumbo, y eso significa que debo dejarte ir. - Clara se quedó mirando a Ivana, con los ojos llenos de lágrimas. - No puedo creer que esto esté sucediendo. No quiero perderte. - Y yo no quiero perderte, pero a veces, alejarse es lo mejor para sanar,- Ivana dijo, sintiendo que su corazón se rompía nuevamente. - Es doloroso, pero es lo que necesito. - Clara asintió, comprendiendo la inevitabilidad de la situación. - Si eso es lo que necesitas, lo aceptaré. Pero siempre estaré aquí si decides volver. - Ivana sintió un alivio momentáneo al escuchar esas palabras, pero la tristeza la abrumaba. - Gracias por entender, aunque sea difícil. No sé cuánto tiempo necesitaré, pero espero que algún día podamos volver a ser amigas. - Siempre tendrás un lugar en mi corazón,- Clara murmuró, su voz quebrándose. - No importa cuánto tiempo pase. - Ambas se quedaron en silencio, sintiendo el peso de la decisión. Finalmente, Ivana se levantó, dispuesta a enfrentar lo que vendría. - Debo irme. Necesito tiempo para reflexionar. Clara asintió, permitiendo que las lágrimas fluyeran libremente. - Cuídate, Ivana. Te echaré de menos. - Yo también te echaré de menos,- respondió Ivana, sintiendo que un capítulo de su vida se cerraba. Al salir del café, el aire fresco la recibió, pero la carga emocional seguía presente. Los días se convirtieron en semanas, y aunque Ivana intentó mantener la mente ocupada, la ausencia de Clara era un vacío constante. La decisión de alejarse la había dejado sin rumbo, y cada día se sentía más perdida. Las conversaciones con Fernando y Beatriz se volvieron tensas, ya que su familia esperaba que se sintiera aliviada, pero la tristeza la consumía. Una noche, mientras revisaba fotos en su teléfono, una imagen de ella y Clara riendo juntas la golpeó con fuerza. La risa, la complicidad, los sueños compartidos; todo parecía un recuerdo lejano. Se sintió atrapada en un ciclo de nostalgia y dolor. Decidió salir a caminar para despejar su mente. El parque estaba iluminado por la luna, y el aire fresco le ofrecía un respiro. Pero, a medida que caminaba, la soledad la envolvía. Se sentó en un banco, sintiendo que el peso de la decisión la aplastaba. - No sé si hice lo correcto,- murmuró para sí misma, sintiendo que las lágrimas volvían a asomarse. Fue entonces cuando su teléfono vibró. Era un mensaje de Clara: - Solo quería saber cómo estás. Te echo de menos. - Ivana sintió que su corazón se aceleraba. Quería contestar, pero la confusión la mantenía en un dilema. Finalmente, decidió responder: - Estoy tratando de encontrarme. Gracias por preguntar. - Clara respondió rápidamente: - Siempre estaré aquí si necesitas hablar. Cuídate. - Las palabras de Clara la hicieron sentir un atisbo de calidez, pero la tristeza seguía presente. - ¿Y si nunca regreso? - pensó. - ¿Y si esta decisión me aleja para siempre de lo que éramos? - En los días siguientes, Ivana siguió sintiéndose perdida. Intentó enfocarse en sus estudios y en su familia, pero la sensación de vacío persistía. Fernando y Beatriz notaron su estado y, aunque intentaban ayudarla, sentían que la distancia emocional se había ampliado. Una tarde, mientras estaba en su habitación, recibió una llamada inesperada. Era Clara. Su corazón se detuvo por un instante, pero finalmente decidió contestar. - Hola,- dijo Ivana, sintiendo que la voz de Clara la envolvía. - Hola,- respondió Clara, su tono suave. - Solo quería saber cómo te sientes. No quiero presionarte, pero he estado pensando en ti. - Ivana sintió un nudo en la garganta. - He estado bien, solo… reflexionando. A veces me pregunto si hice lo correcto. - Es normal sentirse así,- Clara respondió. - Pero recuerda que siempre estaré aquí. No tienes que tomar una decisión ahora. - Lo sé, pero la incertidumbre es abrumadora,- Ivana admitió, sintiendo que las lágrimas comenzaban a acumularse. - No sé cuánto tiempo puedo seguir así. - Clara respiró hondo. - Tómate el tiempo que necesites. Pero no olvides que la amistad que tenemos es valiosa. No quiero que se pierda. - Ivana sintió que su corazón se debatía entre el deseo de aferrarse a su amistad y la necesidad de protegerse. - A veces me siento culpable por alejarme, pero necesito encontrar mi propio camino. - Y eso es completamente válido,- Clara dijo, su voz llena de comprensión. - Solo quiero que sepas que estoy aquí, sin importar lo que decidas. - Ivana se sintió un poco más ligera, pero la tristeza seguía siendo un peso en su pecho. - Gracias por ser tan comprensiva. No sé cuándo estaré lista para volver, pero aprecio que estés aquí. - Siempre estaré aquí, Ivana. Cuídate. - La llamada terminó, y aunque se sentía más tranquila, la incertidumbre seguía presente. La expulsión había dejado una marca profunda en su vida y, aunque Clara siempre estaría en su corazón, sabía que el camino hacia la sanación sería largo y complicado. Con cada día.
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