Ivana se quedó en silencio, procesando lo que Clara acababa de confesar. Por un lado, sentía una chispa de esperanza, pero por otro, recordaba la conversación que había tenido con Dante.
- Clara… esto es complicado. Estoy en una situación delicada.
- Lo sé,- respondió Clara, su voz suave pero firme.
- Pero no puedo seguir escondiendo lo que siento. No quiero ser solo una opción en tu vida. Quiero ser una prioridad.- Ivana sintió que la presión aumentaba.
- ¿Y qué significa eso para ti? ¿Quieres que termine con Dante?.
- Eso es lo que me gustaría, pero no quiero presionarte,- dijo Clara, su expresión llena de vulnerabilidad.
- Solo quiero que sepas que estoy aquí, lista para dar un paso más si tú también lo deseas.- La mente de Ivana giraba a mil por hora.
Se sentía atrapada entre dos mundos: la estabilidad que había construido con Dante y la posibilidad de algo más profundo y auténtico con Clara.
- Necesito tiempo para pensar,- finalmente dijo, sintiendo que no podía apresurarse a tomar una decisión.
Clara asintió, aunque su expresión era de decepción.
- Entiendo. Solo quiero que sepas que estaré aquí, sin importar lo que decidas.- Al regresar a casa, Ivana sintió que el peso de la decisión la aplastaba.
Dante la recibió con una sonrisa, pero ella no pudo devolverla.
- ¿Todo bien?- preguntó él, notando su estado.
- Clara y yo hablamos,- admitió Ivana, sintiendo que la sinceridad era lo único que podía ofrecer en ese momento.
- ¿Y?- preguntó Dante, su expresión cambiando a una mezcla de curiosidad y preocupación.
- Me confesó que tiene sentimientos por mí,- dijo Ivana, sintiendo que cada palabra era un golpe que resonaba en la habitación.
Dante se quedó en silencio por un momento, procesando la información.
- ¿Y tú qué sientes?.
- No lo sé,- respondió Ivana, sintiendo que las lágrimas amenazaban con brotar.
- Siento cosas por Clara, pero también valoro lo que tengo contigo.- Dante tomó su mano, su mirada seria.
- Quiero que seas feliz, Ivana. Si sientes que hay algo especial entre tú y Clara, deberías explorarlo. Pero también quiero que sepas que estoy aquí para ti, sin importar lo que decidas.- Ivana sintió una mezcla de alivio y tristeza.
- Es difícil, Dante. No quiero herirte, pero tampoco puedo ignorar lo que siento.
- Lo entiendo,- dijo él, su voz suave.
- Tómate el tiempo que necesites. No quiero que sientas que estás atrapada.- A medida que pasaban los días, Ivana se sumergió en sus pensamientos.
A veces se encontraba soñando con Clara, recordando los momentos que habían compartido y la conexión que habían comenzado a reconstruir.
Otras veces, recordaba la estabilidad y el apoyo que Dante le ofrecía. Una noche, mientras estaba en su cama, decidió que era hora de tomar una decisión. Se sentó y escribió en su diario, desahogando sus pensamientos.
- ¿Qué es lo que realmente quiero? ¿Qué me hará feliz? - La respuesta no era clara, pero sabía que no podía seguir en un limbo emocional.
Finalmente, decidió que debía hablar con Clara y con Dante, y expresarles cómo se sentía.
El día siguiente, se reunió con Clara en el mismo café donde habían tenido su conversación anterior. Clara la recibió con una sonrisa, pero Ivana pudo ver la tensión en sus ojos.
- ¿Estás lista para hablar?- preguntó Clara, su voz llena de esperanza.
Ivana respiró hondo y asintió.
- Sí. He estado pensando mucho en lo que dijiste. Y la verdad es que… siento algo por ti. Pero también tengo miedo.
- ¿Miedo de qué?- inquirió Clara, inclinándose hacia adelante.
- Miedo de lastimar a Dante, miedo de perder la estabilidad que tengo con él,- admitió Ivana, sintiendo que la sinceridad era lo único que podía ofrecer.
Clara la miró fijamente, comprensiva.
- Entiendo tus preocupaciones.
Pero también creo que debes ser fiel a ti misma. No quiero que te sientas culpable por tus sentimientos.
- ¿Y si terminamos lastimándonos a nosotras mismas y a Dante?- preguntó Ivana, sintiendo que el nudo en su estómago se apretaba.
- Es una posibilidad,- dijo Clara, su voz tranquila.
- Pero también podríamos ser felices juntas. Solo tú puedes decidir qué es lo que realmente deseas.- Con esas palabras resonando en su mente, Ivana se sintió más segura de que debía ser honesta con Dante también.
Esa misma noche, decidió hablar con él. Cuando llegó a casa, encontró a Dante en el sofá, leyendo un libro.
- ¿Podemos hablar?- preguntó Ivana, sintiendo que su corazón latía con fuerza.
- Claro,- respondió él, cerrando el libro y mirándola con atención.
Ivana se sentó frente a él, sintiendo que cada palabra era un reto.
- He estado reflexionando sobre nuestra situación, y la verdad es que creo que necesito ser honesta contigo.- Dante asintió, su expresión seria.
- Te escucho.
- Clara y yo hemos estado hablando. Ella tiene sentimientos por mí, y yo también siento cosas por ella,- dijo Ivana, sintiendo que cada palabra era un peso que se levantaba de sus hombros.
Dante mantuvo la mirada en ella, su rostro impasible.
- ¿Y tú qué sientes?.
- Me siento confundida, pero no puedo ignorar lo que siento por Clara. Pero también valoro lo que tenemos,- explicó Ivana, sintiéndose vulnerable.
- Lo entiendo,- respondió Dante, su voz tranquila.
- No quiero que te sientas atrapada. Si sientes que hay algo entre tú y Clara, debes explorarlo. Pero también quiero que sepas que estoy aquí para ti, sin importar lo que decidas.- Ivana sintió una mezcla de alivio y tristeza.
- No quiero perderte, Dante. Pero tampoco quiero ignorar mis sentimientos.
- Entonces, tal vez sea hora de que ambos consideremos lo que realmente queremos,- sugirió él, su tono reflexivo.
- Es posible que este acuerdo ya no funcione para nosotros.- A medida que la conversación avanzaba, ambos comenzaron a explorar la posibilidad de redefinir su relación.
Hablaron sobre lo que significaba para ellos, y cómo podían avanzar sin que nadie resultara herido.
Finalmente, Ivana se sintió más en paz con su decisión. Había aceptado que la vida es un camino lleno de elecciones, y que cada una de ellas lleva a nuevas oportunidades. Aunque el futuro era incierto, sabía que había tomado el control de su propia vida. Mientras salía de la habitación, sintió que una nueva etapa comenzaba.
La aceptación de sus sentimientos, la honestidad con Dante y la apertura hacia Clara le ofrecían una oportunidad para ser auténtica. Y en ese momento, supo que estaba lista para enfrentar lo que viniera.